Eduardo Galeano nació en Montevideo el 3 de septiembre de 1940. A lo largo de sus 74 años escribió más de 40 libros que fueron traducidos a varios idiomas. En 2015 un cáncer de pulmón se lo llevó de este mundo. Pero a pesar de eso su obra y sus enseñanzas están más vivas que nunca.
En 2011 y 2012 el canal estatal Encuentro decidió proponerle a Galeano grabar 2 programas: «Los días de Galeano» y «La vida según Galeano». Y es para homenajearlo a él que les traemos esas historias que nos hacen sumergirnos en el universo Galeano.
La vida según Galeano
En 2011 llegó el primer programa que sentó a Galeano en un estudio de televisión. A lo largo de 13 capítulos el escritor nos acercó su particular forma de ver Latinoamérica y el mundo. En estos episodios combinó temáticas como el arte, el fútbol y la historia. Y a esa mezcla le sumó imágenes y documentos para ilustrar su testimonio.
Así, lo que resalta es su descripción única del ser humano y del mundo en que vivimos. Mediante estos capítulos buscó recuperar las historias de nuestro continente para conocer nuestro pasado y poder construir nuestro futuro.
En 2012 llegó el turno del programa basado en el libro «Los hijos de los días» editado por la editorial Siglo XXI.
El libro compuesto por 365 historias fue la inspiración para este programa. A lo largo de 13 capítulos Galeano leyó los textos que formaban parte de su nueva obra.
Así, mostró que cada día tiene una historia que contar. Porque como lo expresó en la presentación del programa:
» Somos hijos de los días, porque cada día tiene una historia y nosotros somos las historias que vivimos»
Durante los capítulos recordó fechas que marcaron la historia de la humanidad y que sucedieron a lo largo de los 12 meses del año.
Así, Galeano encontró una nueva forma de que quienes no lo conocían lleguen a su universo. Que se sumerjan en sus historias y disfruten de una manera distinta los relatos que juntó a lo largo de su vida.
Y cada día Galeano nos invita a seguir soñando. Seguir caminando hacia ese horizonte donde está la utopía. Porque sus palabras lo resumen todo cuando dijo:
«Hoy más que nunca es preciso soñar. La realidad no es un destino, es un desafío que nos invita a resistir, a revelarnos, a imaginarnos el futuro en vez de vivirlo como una penitencia inevitable. Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo»