No entendiendo muy bien qué les depararía el destino pero, a su vez, teniendo en claro que decir y cómo decirlo, el dúo de Paloma Iturri y Vero Gerez, “Bestia”, pisa el escenario musical desde el 2015 enamorando todos los oídos posibles.
Bestia es una banda fresca, es volátil y alegre, sin embargo, con grandes niveles de sensibilidad: cuando sus canciones se vuelven retrospectivas o nos presentan un escenario poco festivo, sus integrantes saben cómo sumergirnos en ese mundo.
En diálogo con El Numeral Vero Gerez, acompañade de su gato (Rex), quién escucha atento con piernas cruzadas mientras ronronea, nos cuenta cómo comenzó todo y cómo es estar detrás de este proyecto musical.
El inicio
Bestia surge en 2015 cuando Paloma me dice que tenía ganas de hacer un proyecto. Nosotras nos conocíamos por medio de su pareja y de mi amigo Martín Dadamo, que son hermanos. Además, yo tocaba en una banda, en Pequeña Orquesta de Trovadores con Martín (Dada) y nos veíamos ahí en alguna fecha, en algún cumpleaños, simplemente nos cruzábamos.
Un día Moma -creo que un poco porque se lo dijo su pareja y también se lo dijo Dada- me propuso hacer algo juntas, para ver qué pasaba. Yo le dije que sí, que justo estaba por irme a algún lugar a trabajar y que cuando volviera de ese viaje hablemos. El 20 de abril me escribió y me dijo: “¿Cuándo nos juntamos?”, y nos juntamos una primera vez en su casa.
Ella me mostró un tema suyo, yo le mostré un tema mío. Casi sin conocernos, porque nos conocíamos un poquito, nos empezamos a proponer cosas y así nació nuestro primer encuentro musical.
Los primeros escenarios de Bestia
Las primeras presentaciones fueron enseguida. Creo que la primera vez que tocamos fue en “La oreja negra”, un lugar que ahora no sé si existe, en Palermo. Ese mismo año, nos pusimos una fecha, armamos cinco o seis temas y dijimos: “Bueno, ahora tenemos que tocar, tenemos que probar hacer estos temas y que suenen, tocarlos frente a un público”.
La primera vez que tocamos frente a un público desconocido fui ahí, en “La oreja negra”. Antes de eso creo que fue en un cumpleaños de mi hermano, o una fiesta de disfraces que hizo uno de mis hermanos, el mayor, en un departamento en Cabildo y Juramento, en una terracita.
“Tocábamos en cada lugar que aparecía”
Después tocábamos en cada lugar que aparecía, de repente nos invitaban y nos anotábamos en cada show que aparecía, como varietés o algunos shows en centros culturales que tocaban diez bandas en una noche, tres temas cada une. Y así, medio que fuimos llenando nuestra agenda de fechitas, abriendo algún que otro show. Creo que la primera vez que hicimos una producción grande de un show propio fue en Matienzo. Después cambiamos la formación, fuimos tres en una época, hicimos un yiru circular que fue muy hermoso.
Las primeras presentaciones fueron muy diversas. Después empezamos a tocar un poco en lugares más grandes, a conocernos entre colegas, compañeres así como de bandas, y empezar a tener otro tipo de fechas, quizás más producidas, siempre haciendo nosotras la producción. Y también teniendo amigues, colaboradores, gente que se acercaba y nos decía “che, voy a hacer esta fecha, ¿quieren tocar?” o “tengo este lugar, ¿tienen ganas de hacer algo?”, como que siempre hubo un movimiento, más que nada dentro de Capital, porque vivimos en Capital.
“El ser un formato pequeño nos abrió un montón de puertas”
Después hemos tocado en La Plata, y alguna que otra vez en Quilmes. Después hicimos una jugada loca que fue que antes de irnos de viaje a algún lugar más cerca, nos fuimos a España, que fue casi que nuestra primera gira. La hermana de Moma vive allá y era justo el momento en el que podíamos hacer esa movida, y nos fuimos. Antes de viajar nos armamos una carpeta como muy seria, muy cheta, con toda la información de nuestro proyecto (artística, musical) y el rider de lo que necesitábamos para tocar que era básicamente nada, porque teníamos una tecla, un ukelele y dos voces.
El ser un formato pequeño como un dúo nos abrió un montón de puertas porque justo en España era verano y había muchos lugares que estaban haciendo eventos o cosas, y en la mayoría de los lugares donde mandamos como esa gacetilla de que íbamos a viajar nos dijeron: “bueno, vengan”. En algunos nos ofrecían un cashé, en otros nos decían: “pueden pasar un sobre”.
Por qué Bestia
El nombre “Bestia” surgió de que no sabíamos, no teníamos ni media pista de hacia dónde queríamos dirigirnos con el nombre. Un poco porque era como muy desconocido el proyecto para nosotras, no era que teníamos una dirección y queríamos que sea una banda de rock, ponele. Era algo que no entendíamos muy bien la forma, que no sabíamos cuál era su género, no podíamos ubicarnos en ningún lugar, entonces que tuviera un nombre era muy importante, por una lado para que nos identificara, y que también nos permitiera ser como quisiéramos ser en un momento que todavía no sabíamos.
Hicimos un juego: agarramos un libro que tenía Moma arriba del piano, en su casa donde estábamos ensayando, e hicimos como si fuera un oráculo y en la página que elegimos entre las primeras palabras apareció bestia y nos pareció hermosa y potente. También hay algo de la palabra bestia que tiene diferentes connotaciones y significados. Entonces eso nos divertía también porque «bestia» está visto como poderoso y también está «bestia» como desde su connotación más negativa como algo torpe, sin forma. Un poco en esa figura mostri nos identificamos, y creo que eso nos dio mucha fuerza.
Siempre decimos que bestia es como un bicho que tiene identidad propia, y que nosotras mucho no sabemos qué forma tomar ni qué va a ser de nosotras. Todas las cosas que fueron surgieron con el proyecto es como si hubieran sido tomadas por la entidad bestia que tiene una fuerza que nos ocupa y nos dirige. Capaz que lo explico de una manera muy mística, pero lo sentimos así.
Experiencias buenas y no tanto
La verdad que hemos tenido experiencias de todo tipo moviéndonos, más que nada por ser independientes. Esa fue una razón por la cual en algunos lugares quizás nos subestimaban. Nos pasaba bastante que teníamos desencuentros, a veces con la parte técnica, a veces con la gente que organizaba, a veces con otras bandas.
Justo creo que empezamos a tocar con Bestia en un momento donde se estaba sintiendo el cambio de paradigma de esta época, donde ya es común ver otro tipo de escena y quizás muy de a poquito paisajes más diversos. Bandas conocidas de mujeres empezaron a abrir otras protagonistas la escena. Ahora estamos a siete años de cuando nosotras empezamos a tocar, la escena se ve muy diferente, por suerte.
De todas maneras, hacer música y ser una mujer o disidencia siempre tiene como sus otras complicaciones. La producción y el mundo de la producción musical y de los eventos, de cómo se manejan las discográficas y las grandes empresas de la música funciona en una lógica que ya no nos queda a nosotres. Excluye bastante, es bastante arrasacabezas la situación, hay que hacerse lugar y eso es bastante agotador.
Pienso que también en ese momento en el que arrancamos fuimos siempre muy privilegiadas también. Yo venía de una banda que tenía su movida con la que había empezado a tocar en 2009, 2010, con la que aprendí un montón y toqué un montón. Salí con contactos y data de ese otro espacio en el que había trabajado un montón.
“Todo lo que ganábamos lo fuimos invirtiendo en hacer más música (…) No creo que simplemente sea trabajar, también son las condiciones que se dan para poder hacer ese trabajo”
Moma trabajó mucho tiempo como productora, además de ser música y de haber estudiado música. Dedicó gran parte de su vida a estudiar piano y a ser cantante. Tuvimos las posibilidades y se alinearon un montón de cosas para que podamos trabajar y producir de una manera que pudimos hacer que ese proyecto sea un poco consistente, en algún momento. Todo lo que ganábamos lo fuimos invirtiendo en hacer más música, mejor, hacer propuestas artísticas, y eso sí fue bastante a partir de poder hacerlo. No creo que simplemente sea trabajar, trabajar, trabajar; también son las condiciones que se dan para poder hacer ese trabajo.
En paralelo a Bestia, yo siempre estuve trabajando como actriz y antes de trabajar como actriz tuve un montón de trabajos y Moma también. Parte de dedicarle toda esa energía era ponerle todo otro montón de energía a otros trabajos y otras cosas que nos sostenían. Es complejo el hacer artístico, creo que todes nos empapamos de aprender un millón de roles para poder tener proyectos independientes, y terminamos haciendo todo, o armando equipos en donde ponemos un montón y pocas veces se llega a que eso sea coherente en relación a lo que se gana haciendo proyectos así.
Trabajar de la música
Hay miles de configuraciones para trabajar en lo que une quiere, que quizás no son lineales para todes. Algo que pasó con Bestia, algo que nos pasó y que hicimos que pasara, fue que con Moma siempre cantamos a dúo y siempre hicimos nuestras voces armonizadas, hay una manera muy bestial de hacer coros. Un poco gracias a eso, a ir encontrándonos en esos coros, en esas voces, primero nos apareció una propuesta por parte de El kuelgue, que ya eran amigues de Moma desde antes, para que empezáramos a hacer coros como Bestia en sus shows.
Después gracias a Camila -que era una amiga/productora que nos estuvo dando una mano- después de una vez que nos vino a ver tocar y nos dijo: “¿Qué necesitan?” y nos dio una mano. Gracias a ella conocimos a Marilina Bertoldi, y ella nos convocó también para que hagamos los coros de los shows de su anterior disco. Actualmente Moma sigue siendo corista de Maru y de El Kuelgue. Yo dejé esa otra pata de la música, porque empecé a hacer teatro y a encarar otros proyectos y por cuestión de tiempo.
Bifurcamos nuestro camino y Bestia ahora quizás está en una pausa, o en un renacer, muerte-resurrección, lo que sea que sea este momento. Cada una se está nutriendo por sus lados, yo quizás más desde lo escénico y lo cinematográfico y Moma en otros proyectos, ampliando sus búsquedas musicales.
Tomar decisiones de a dos
Con Moma nos encontramos en un lugar desde lo artístico y desde lo creativo muy complementario. Esa fue nuestra manera de encontrarnos en el proyecto. Tenemos formas muy diferentes de accionar pero también una sensibilidad muy parecida, y siempre entendimos que para ponernos de acuerdo también necesitábamos ir manifestando nuestros deseos, gustos, incomodidades. Tomar decisiones de a dos es casi como ser una pareja de amantes convivientes, es lo más parecido a un matrimonio que hay.
Siempre hubo una comunicación muy buena, y esa fue la base de que el proyecto sea muy saludable durante muchos años. Lo sigue siendo ahora, inclusive que no estamos tocando y no estamos proyectando más que volver a juntarnos a componer. Pasa el tiempo y tenemos vidas diferentes y elegimos caminos que nos alejan quizás en espacio y tiempo pero nuestra conexión musical y nuestra amistad es re sana.
En la composición siempre fue más así: yo tengo una verborragia de composición como más inconsciente, de escribir una letra o de ponerme a probar cosas tocando mal algún instrumento, porque esa es mi forma, toco mal todos los instrumentos y los uso como excusa para componer canciones. Y Moma toca muy bien y sabe mucho de música y capta esas melodías perdidas y las armoniza, les pone ritmo y las bestifica. A veces pasaba que Moma traía algo que había compuesto en piano y le buscábamos una letra o tratábamos de encontrar para qué lado podía ir melódicamente. Pero siempre con una conexión muy fluida nos encontramos. También hubo momentos en los que no podíamos componer nada, y había silencios, y hacer pruebas que quizás no nos gustaban o pasaron de largo.
Mi canción favorita de Bestia es Bestia. Es uno de los primeros temas que hicimos y siento que nos sigue hablando un poco de nosotras, sigue hablando del proyecto. Es una canción que parece entre el canto de una ballena y un mantra sacado de alguna montaña. Creo que eso es lo que más me gusta de esa canción que siempre que la escucho me transporta a la esencia de lo que este proyecto es.
Referencias
La música estuvo siempre. Mi primer encuentro con la música fue la radio siempre prendida en casa. A los diez años más o menos empecé a cantar en un coro de niñes, ese fue como mi primer encuentro con otras personas cantando, pero repertorio bizarro, obvio. Hice comedia musical y en simultáneo conocí a Susana Peralta. Fue mi primera profesora de canto y quien me voló la cabeza, que me enseñó a amar-cantar básicamente. Siempre digo que mi mayor revelación fue cantar con ella. Antes cantaba mucho pero tenía mucha vergüenza y no podía disfrutar. Esta profe me cambió un poco la vida.
Después de haberme encontrado con esta profe de canto que me hizo conectar con la voz y con el instrumento cuerpo a niveles muy profundos y muy técnicos, empecé a escuchar otro tipo de música que quizás no había tenido acceso o era desconocida para mí. Ahí conocí a María Rita, a Jamie Michael, a mi cantante de jazz favorita, Billie Holiday, cantantes de otra época y de otros países. Más adelante, cuando empecé a componer canciones, tuve una conexión muy fuerte con Violeta Parra y María Elena Walsh. Hay un disco muy hermoso de Leda y María Elena que fue como un gran hallazgo.
“A veces estar en silencio está buenísimo porque escuchas con más atención lo que pasa alrededor y lo que pasa adentro también”
Me genera mucho fanatismo la música de cerquita y conocer a las personas que hacen esa música. Creo que en este momento estoy escuchando música más contemporánea y descubriendo bandas más cerquita y me gusta encontrarme con propuestas nuevas. También me aburro de todo muy fácil y me gusta estar en silencio. A veces estar en silencio está buenísimo porque escuchas con más atención lo que pasa alrededor y lo que pasa adentro también.
Lo que más me gusta hacer dentro de la música es cantar, me apasiona, me divierte, me gusta mucho hacer coros, cantar con otres, improvisar. Estoy aprendiendo cosas nuevas ahora, volví a estudiar y a escuchar con otros oídos. Me gusta la música de las palabras también. Ahora estoy empezando a saborear eso, quizás por estar más conectada con el teatro y con la actuación. Disfruto mucho de leer poesía, de leer a mis amigues que escriben, de pensar en las palabras y su forma, y quizás no tanto en su significado. Pensar las palabras como música también.
Proyectos personales
Ahora estoy haciendo una obra de teatro en el Teatro Nacional Cervantes que me entusiasma mucho. Se llama «Familia no tipo y la nube maligna», la dirige Mariana Chaud y Gustavo Tarrío, dos personas y artistas que admiro un montón y que me siento muy agradecida de estar trabajando con elles. Además, trabajo como asistente de producción y artística con Flor Dacal, una amiga diseñadora y recicladora que recupera ropa en desuso y recicla trajes, y el sábado 13/9 es la presentación y muestra de este proyecto.
Por otro lado, hace poquito me empecé a juntar con dos amigos a reinventar unas canciones pero están ahí, todavía secretas. Con Moma, espero que nos volvernos a encontrar pronto, lo último que hicimos fue el videoclip de «Jugo de tomate» en el CCK, que grabamos una versión nueva con Roki Fernández y Martín Dadamo, tenemos una compañía con la que venimos haciendo películas y cosas que nos entusiasman.
Deseo seguir proyectando cosas que agiten, adentro y afuera, con gente querida, discutiendo un poco lo que pasa. Eso deseo. Seguir trabajando con gente linda, un futuro con más amigues y trabajos que podamos gestionar desde el placer y no tanto desde estar resistiendo siendo como una producción independiente que tiene que vencer todos los obstáculos de las megaproducciones.