“Recién intentamos matar a Cristina”, le escribió Nicolás Carrizo a un tal Kevin Bargas a las 23:17 del 1 de septiembre, es decir, dos horas después del intento de magnicidio.
“Mi empleado. Le quiso disparar. Va a ir preso. El arma es mía amigo. Te lo juro por dios. Estamos con el grupo. Todos juntos”, agregó el dueño de la máquina de hacer copos de azúcar.
Y redobló envalentonado: “Para que el gobierno sepa con quienes se están metiendo. Bueno amigo el que la va a matar seguro va a ser un amigo o voy a ser yo. Recordá esta fecha. Esta hdp ya está muerta”.
Las impactantes frases aparecieron en un análisis del celular de Carrizo que hizo la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal, órgano del Ministerio Público Fiscal y que fueron detectadas por la querella de CFK. Parece que al juzgado de María Eugenia Capuchetti se le habían pasado por alto pese a que el informe está en la causa hace un mes.
Para los abogados de la vicepresidenta, José Manuel Ubeira y Marcos Alzazabal, el hallazgo muestra que Carrizo lejos de estar haciendo bromas, como quiso argumentar en su indagatoria, tuvo un papel de “líder en la planificación del ataque”.
Por esto, le requirieron al juzgado que vuelva a indagar a Carrizo como coautor del intento de homicidio, en lugar de cómplice, así como a Sabag Montiel y Brenda Uliarte, ya que esas y otras conversaciones no habían sido incorporadas a los interrogatorios previos.
Quien difundió la presentación judicial fue la propia Cristina Fernández de Kirchner, quién explicó el hallazgo en su cuenta de Twitter.
El mensaje que estás viendo surge de la pericia al teléfono celular de Gabriel Carrizo, el tercer detenido por el intento de asesinato en la puerta de mi casa. Las conversaciones que mantuvo esa misma noche con sus contactos, prueban su rol como coautor. pic.twitter.com/KShSCqgb5g
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) November 22, 2022
Los chats de Nicolás Carrizo
En el intercambio con el supuesto Kevin Bargas, Carrizo le reenvía un chat con Uliarte, que ya se conocía, donde él le dice “estamos todos juntos, a la mierda Cristina” y la mujer le responde que la próxima vez dispararía ella.
Acto seguido, Carrizo escribe: “No sabés que hicimos con esto. Generar miedo”. Este mensaje coincide con un discurso idéntico al que se escuchaba en boca de los integrantes de Revolución Federal en sus vivos, un asunto que sigue tramitando en una causa aparte.
También en sintonía con esa organización de ultraderecha a las intenciones de matar le suma un plan destituyente: “Estamos pensando matar al jefe de la Cámpora y al jefe de la movilización de la izquierda. Matar a Cristina. Para obligar al señor presidente a que renuncie. El y toda sus movilización”.
Además, estos mensajes se complementan como un rompecabezas con otros que estaban incorporados al expediente.