Desde el año 2004 el 30 de diciembre no volverá a ser un día más en la vida de una generación. Esa generación, de la que muchos de nosotros formamos parte, crecimos con una herida. Y muchos con ausencias. Cromañón definitivamente cambio nuestras vidas, nuestra adolescencia, nuestra juventud.
Hoy 30 de diciembre se cumplen 18 años. La tragedia de República de Cromañón tiene la misma edad que muchos de los pibes y pibas que perdieron la vida allí. 18 años donde las víctimas y los sobrevivientes no dejaron nunca de pedir justicia y luchar porque no volviera a pasar nunca más. 18 años para que se recuperara un espacio que es la representación del horror y la corrupción y se pueda transformar en un espacio para la memoria.
Porque tuvo que pasar Cromañón para que se descubriera la corrupción y que aprendamos que ella mata y no la música. Tuvo que pasar Cromañón para que en los recitales se tomará conciencia del peligro que significaba la pirotecnia. Le tuvo que pasar a Callejeros y ser ellos víctimas también para que muchas otras bandas supieran a lo que estaban expuestos. Tuvo que pasar Cromañón para que muchos y muchas creciéramos y disfrutáramos de salidas y recitales en espacios con mayores condiciones de seguridad.
Aún quedan muchas deudas con las víctimas y sobrevivientes. Muchos no pudieron aguantar la desidia de un Estado que los abandonó y muchos todavía esperan poder ser acompañados en un dolor que perdura después de 18 años.
Como cada 30 de diciembre miramos al cielo y cada uno recuerda a esa piba a ese pibe que hoy ya no está. Para que la injusticia no nos vuelva a arrebatar los sueños. Por los de los 194 pibas y pibes que quedaron allá y por los de los que están acá. Nunca más, los pibes y las pibas de Cromañón presentes. Ahora y SIEMPRE.
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