Paraguas, pilotos, camperas, mochilas y hasta bolsas de consorcio. Todo sirvió para frenar un poco la copiosa lluvia que caía sobre la cabeza de los miles y miles que se hicieron presentes para escuchar a su referente política.
La llegada a la Plaza no fue sencilla. La gran cantidad de personas que estaban en la zona hicieron difícil el acceso para este cronista, que no pudo acercarse más que a 80 metros del escenario. Como tantos otros (miles) se tuvo que conformar con seguir el discurso por los parlantes y ver apenas de costado una pantalla gigante.
¿Medio millón de asistentes, según la organización? ¿Apenas unos miles, según los grandes medios? No importa el número, quien haya llegado hasta el lugar puede dar fe de lo complicado que fue moverse y de los asistentes por metro cuadrado que estuvieron allí.
Banderas en mi corazón
Por Diagonal Norte, Sur, Avenida de Mayo y por las calles laterales se acercaron los y las militantes hasta el acto. Miles encolumnados, otros miles de manera independiente. Con símbolos partidarios, con alguna remera. En familia, con amigues.
Hubo estandartes de las agrupaciones políticas, de sindicatos, de dirigentes y de intendentes. Banderitas argentinas compradas en la calle. Muchas de Cristina y de Néstor. También mucha gente sin identificación alguna.
La espera fue en calma y aguardando de forma ansiosa a que apareciera «ella». Un video con palabras de Néstor Kirchner dio el puntapié inicial a un acto que llenó de emoción a muchos y muchas.
Palabras más, palabras menos
Desde todos los rincones del país la militancia dijo presente para poder ver en vivo a quien sigue generando grandes expectativas y esperanza. Fue casi una hora que se siguió con cantitos, aplausos y gritos. Un rato en el que se callaron las voces para escuchar un nuevo discurso de la dirigente más convocante del país.
En materia musical, el hit de la tarde fue el “Cristina Presidenta”. Pero, a diferencia de los actos anteriores como el de La Plata, hubo un nuevo pedido hacia la vice. “Una más y no jodemos más”, fue lo que se cantó al inicio y al final del acto, casi como un pedido desesperado.
La multitud siguió con atención el repaso histórico de los últimos 20 años y celebró cada momento como un gol de Cristina. Casi como el penal de Montiel a Francia. El desendeudamiento, el mejor salario en dólares de Latinoamérica en 2015, la recuperación de Aerolíneas y la estatización de las AFJP fueron los momentos más aplaudidos.
También acompañaron con silbidos cada ataque hacia el Fondo Monetario Internacional, hacia los economistas liberales y hacia la Corte Suprema. La palabra “mamarracho”, en homenaje al Tribunal Supremo, fue el momento de mayores carcajadas de la jornada.
Y que sea lo que sea…
Aunque desde el periodismo se esperaba, y casi que se necesitaba, una definición política o el anuncio de una candidatura, desde la militancia nadie lo exigió así. Ante la consulta de El Numeral, la mayoría confió en que la vicepresidenta sabrá elegir «a esa persona que buscará el bien común del pueblo».
“Cristina es la mejor y queremos acompañarla”, contó Celia. Ella, junto a otros cientos de compañeros y compañeras, llegaron desde Pilar para decir presentes. También para respaldar cualquier decisión de Fernández: “Si ella elige a alguien, seguramente será una persona que va a trabajar para la gente”.
Como ella, Bocha asistió al acto a pesar de las inclemencias del tiempo. Militante de Lanús, contó que fue “para bancar a Cristina”, porque “defender a la patria es venir a la plaza”. ¿Su opinión sobre el anuncio de una candidatura? Dijo que “en el cierre de junio nos vamos a enterar”.
Ya con el acto finalizado, la gente comenzó a dispersarse por las calles laterales. Allí estaba David, un hombre que desde Tigre dijo presente en la Plaza. Con varias décadas de militancia, contó que Cristina le “genera confianza absoluta” y que “es la única que puede sacar el país adelante”.
Mientras buscaba un techo para guarecerse, David expresó lo que muches estaban pensando: “Solamente Cristina puede hacer que vengamos con el día horrible que hubo”.
Porque aunque el pronóstico político no es el ideal, e incluso se esperan tormentas libertarias de gran intensidad, para la militancia fue un lindo día. Un día peronista.