La difusión de imágenes de niños, niñas y adolescentes vestidos con el uniforme militar marchando o realizando actividades asociadas al combate en Jujuy, estremeció a la opinión pública. Entre marchas, flexiones de brazos y pintura en la cara, se los ve atentos al grito de sus superiores en «academias premilitares».
La «oferta educativa» la realizan cuatro instituciones que se autodenominan «academias premilitares» y reciben a niños desde los 7 años. Para ingresar, se debe pagar inscripción y una mensualidad que variará según la edad del aspirante.
Bajo la premisa «orden y disciplina» buscan transformar a las próximas generaciones de las fuerzas.
Una de esas academias es la General José de San Martín, que brinda educación militar a niños, niñas y adolescentes desde 2019, otra, Manuel Álvarez Prado. Ambas, que tienen una alta matrícula, representan espacios que prometen orden, disciplina, formación y un ingreso más seguro a institutos militares nacionales, como el Ejército Argentino, Prefectura, o el Servicio Penitenciario.
En general, estas academias funcionan como «colimbas infantiles» y son privadas. Asimismo, tienen el apoyo institucional y legal del Ministerio de Educación de Jujuy.
Métodos de enseñanza
En esos espacios «de aprendizaje», los menores sufren hostigamiento y abuso de poder de las autoridades.
En los videos que se viralizaron en las redes sociales, se podía ver maltrato, como violencia infantil, tanto en el modo de dirigirse a ellos como en las tareas y acciones que les demandan. Siempre se enfatiza el “orden” y la “defensa personal”.
En la Academia Gral. San Martín, por ejemplo, enseñan «UNIDAD TÁCTICA DE COMBATE Y ACONDICIONAMIENTO FÍSICO (U.T.C.A.F.)», que la definen con el objetivo de “introducir al cadete en la destreza física y mental en los deportes de combate”.
Hay otras secciones con armas (que incluyen a los más niños) que son desarrolladas en la “Unidad de Tiro Deportivo Juvenil”.
Para la ley argentina, los niños, niñas y adolescentes no son objetos sino sujetos de derechos y de cuidados. Y, una instrucción militar, aunque cuente con el aval del Ministerio de Educación de Jujuy, parece estar más que lejos de respetar la normativa nacional. Incluso si se toma en cuenta que se trata del distrito que gobierna Gerardo Morales y que sigue inmersa en un conflicto social y político.