Las propuestas del Gobierno libertario apuntan a desregular la economía y favorecer a sectores empresariales directos, pero también a dar la batalla cultural contra los sectores que ellos consideran progresistas y opositores.
En el proyecto de ley que se tratará en el Congreso hay muchos golpes directos a la cultura: se eliminan el Instituto Nacional del Teatro y el Fondo Nacional de las Artes, se desfinancia el Instituto Nacional de la Música (INAMU) y se modifica la ley de financiamiento del Instituto Nacional de Cines y Artes Audiovisuales (Incaa). También se desregulan los precios de los libros y se eliminan los subsidios fundamentales para la continuidad de las Bibliotecas Populares, entre otros.
Agustín Espada es doctor en Ciencias Sociales, investigador del CONICET y director de la Maestría en Industrias Culturales de la Universidad Nacional de Quilmes. En esta entrevista con El Numeral se encargó de analizar las motivaciones de los libertarios para atacar de manera tan directa a la cultura nacional.
De acuerdo al investigador y docente, “Milei busca construir un enemigo y ganar en el plano de la batalla cultural”, atacando a “los que ellos creen que viven del Estado”. También sostiene que el proyecto del libertario en el ámbito cultural apunta a que “se sostengan solamente las voces y producciones que puedan ser orientadas por el mercado”.
P: ¿Hay antecedentes de medidas tan drásticas contra la cultura?
R: No, nunca hubo un desfinanciamiento directo tan claro contra los sectores de la producción y la promoción cultural como los que propone el gobierno en el proyecto de ley. Hay que recordar que este tipo de políticas surgieron en los 60 y que incluso se ampliaron de alguna manera en los 90, con la ley del Cine durante el Gobierno de Menem.
P: ¿Por qué crees que eso ocurre?
R: Desde el sector libertario interpretan que la cultura es un espacio de financiamiento de grupos kirchneristas y progresistas, entonces lo primero que hay que hacer es terminar con esa prácticas de promoción. Para ellos, es un paso en la batalla cultural. Milei tiene, además de un proyecto político y económico, uno cultural pro mercado y contrario a la intervención estatal.
P: En esa batalla cultural, ¿están apuntando a un enemigo?
R: Claramente. Las principales batallas que pusieron a Milei en la política nacional estuvieron relacionadas con la pelea contra el feminismo, contra el progresismo, contra la ampliación de derechos y contra quienes según ellos se aprovechan de los impuestos. Esa batalla se da en el discurso cultural también.
De acuerdo a su visión, todos los que necesitan un subsidio son casta, sea un laburante de una empresa estatal o un artista. La construcción del enemigo público, que claramente entró en mucha gente durante este proceso electoral, va tomando la forma de distintos actores y se le va poniendo distinta etiqueta dependiendo del ámbito del que hablemos. Entonces la cultura es la casta en este discurso y lo están demostrando con los hechos.
P: ¿Cómo afectarían estas medidas a la industria cultural?
R: Si cortan el financiamiento del cine, por ejemplo, se termina la producción nacional, no hay mucha más vuelta que darle. Como mucho veremos dos películas producidas por Netflix al año y nada más. Sin el apoyo del Estado, sin el impuesto que financia la industria, van a terminar haciéndose proyectos a favor de intereses económicos. Acá hay una realidad: sin intervención estatal la cultura nacional se esfuma.
P: Otro de los puntos importantes en el DNU es que elimina la publicidad oficial. ¿Cómo modificará el trabajo de los medios?
Creo que afectará a todos de manera transversal, pero mucho más a los grandes, porque los medianos y pequeños ya se acostumbraron a rebuscarsela. Igualmente, vamos a ver un proceso de crisis similar al del macrismo, con cierre de muchos medios. Sin embargo, lo más destacable es que el decreto abre paso a la discrecionalidad porque elimina la publicidad de Presidencia y los Ministerios, pero no dice nada de las empresas estatales u organismos que en general no informan dónde, cuánto y cómo pautan.
P: Desde tu visión, ¿Milei intenta generar su propio relato?
R: El proyecto libertario lo que busca es que en todos los ámbitos, pero especialmente en la producción mediática y cultural, se sostengan solamente las voces y producciones que puedan defender sus políticas, orientadas por el mercado o por los empresarios amigos.