La Confederación General de los Trabajadores (CGT), en conjunto con la CTA y otros organismos sindicales, encabezaron el histórico paro nacional contra el gobierno de Javier Milei a tan solo 45 días de su asunción. Desde el principio hasta el final, un cántico unificado resonó constantemente, con la frase emblemática: «La Patria no se vende». Este lema se cantó de manera ininterrumpida a lo largo y ancho de la Plaza de los Dos Congresos.
Todas las calles cercanas se encontraban abarrotadas cuando el sol se hallaba en su punto más alto. Con una movilización masiva, el pueblo argentino demostró la importancia de expresarse en la calle y defender a la Nación.
«No hay nadie dice la Bullrich», decían acompañado de risas en las cercanías de Paraná, casi Avenida Rivadavia, mientras intentaban avanzar entre la gente. El calor y el amontonamiento eran un hecho. El ambiente no irradiaba alegría, sino más bien preocupación. La idea de que nadie se salva volvió a resonar en las calles y la fuerza a ser ancla para la lucha.
“A vos te queda poco, peluca botón”, cantan sobre Avenida de Mayo. El descontento con este gobierno es notorio en las calles. Carteles, cánticos, remeras, pintadas y hasta muñecos que imitaban a los actuales líderes políticos del oficialismo formaron parte.
“Algún día nos daremos cuenta de que tenemos un país maravilloso pero también dirigentes que son desastrosos”
Rodolfo, jubilado y militante, a sus 78 años se encontraba en la plaza con dos carteles que rechazaban rotundamente las políticas de este gobierno. “Veo cómo se desangra el país, como se equivocan al traer gente que verdaderamente no vale absolutamente nada y veo que este país que tuvo 30.000 desaparecidos no merece tener un presidente como este. Algún día nos daremos cuenta de que tenemos un país maravilloso pero también dirigentes que son desastrosos”, nos decía.
El rechazo a las políticas quedó patente: ningún sector quedó exento de críticas. Docentes, médicos, trabajadores de la cultura, del CONICET. También empleados estatales, camioneros, estudiantes, jubilados y bancarios se unieron en la jornada del miércoles para defender los intereses de Argentina y su pueblo.
¿Qué dijeron los dirigentes?
El secretario general de Camioneros, Pablo Moyano, inició con el acto central: “los diputados tienen que elegir si están con los laburantes o con las corporaciones. Siendo peronistas no pueden votar este DNU y la ley Ómnibus. Es una decisión histórica”, disparó el sindicalista.
Por su parte, Héctor Daer, secretario general de la CGT, aseguró que “vienen con cuatro conceptos para destruir los derechos individuales y colectivos de los trabajadores”. Sin embargo, aseguró: “Vamos a seguir la lucha hasta que lleguemos al éxito, hasta que caigan el DNU y la ley ómnibus. No vamos a dar un paso atrás”.
Al cierre de la jornada, se confirmó que el próximo martes se tratará en la Cámara de Diputados el proyecto de ley Ómnibus que plantea un desguace estatal, privatizaciones, desregulaciones y reformas en diferentes áreas. Este proyecto, con modificaciones, obtuvo dictamen durante la noche del martes. Por su parte, la CGT planteó que es probable una nueva movilización cuando el proyecto llegue al Senado.
A 40 años del retorno de la democracia, las calles volvieron a ser cuna de la resistencia para defender la soberanía de la Patria y los derechos de las personas. Pareciera ser el comienzo de un plan de lucha que no tiene fecha de vencimiento, pero sí objetivos claros: defender el país de aquellos que la odian, exigiendo la caída del DNU y de la ley Ómnibus que atentan contra la Argentina y su pueblo.
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