Preocupante: por primera vez ingresaron uniformados en la ex Esma

Efectivos de la Policía Federal y agentes de civil se mostraron en Derechos Humanos, donde la semana pasada un custodio del secretario Alberto Baños amagó con desenfundar su arma.

La imagen es impensada y repudiable. Integrantes de la Policía Federal, armados y con escudos irrumpieron en la ex Esma y formaron cordones contra los trabajadores despedidos que intentaban ingresar al espacio de memoria.


En profundidad. El hecho se enmarcó en el despliegue impulsado por el Gobierno de la Nación en todas las áreas del estado donde a los despidos masivos se les sumó un show policial en la puerta de los organismos, e incluso en el interior de las dependencias, junto a las “listas negras” con los nombres de las personas que pasaban a ser despedidas.

A pesar de que en todas los organismos fue preocupante la presencia de la fuerza, en la Ex Esma el despliegue fue mucho más impactante ya que se trató de la primera vez que la policía irrumpe en el lugar desde que es un espacio de memoria, y no cualquiera, sino el más emblemático. Mientras varios trabajadores se enteraban que habían sido despedidos, la escena dramática y angustiante se repitió en escenarios con similar carga simbólica: la Secretaría de Derechos Humanos y el Ministerio de Justicia.

Sin embargo, no estamos frente a la primera señal de alarma. La semana pasada, en medio de un ruidazo por los despidos, uno de los custodios que lleva el secretario Alberto Baños amagó con desenfundar su arma en la ex Esma.

Hubo otras señales, previas, una suerte de escalada del terror: los policías que desde la pandemia custodian el predio, pero lo hacían sin vestimenta de las fuerzas, y desarmados. Con la nueva gestión recibieron órdenes de calzar primero uniformes y luego armas.

Paula Donadio, delegada de ATE, no puede evitar unir lo que vivieron recientemente con lo que ocurrió exactamente una semana atrás. “Son dos jornadas de lucha en las que se nos niega todo diálogo, y se exhibe la violencia, el amedrentamiento, las armas de fuego, primero del custodio, ahora de la policía. Mientras tanto gente que tenía veinte años acá, trabajadores ejemplares de administración, de recursos humanos, llorando porque se acababan de enterar que estaban despedidos. Es violencia sobre la violencia”, denunció en diálogo con Página12.

Derechos Humanos tenía hasta febrero 950 trabajadores, eso incluye los espacios de memoria de todo el país, los equipos de abogados, de recepción de denuncias y consultas, el ex Programa Verdad y Justicia, el centro de asistencia a víctimas Ulloa, el Archivo Nacional de la Memoria, la Dirección Nacional de Lucha contra la Violencia Institucional, el Centro Cultural Haroldo Conti, entre muchas otras áreas. “Acá no sobra gente, acá falta porque falta mucho por hacer”, resaltan los trabajadores.

 

Con información de Página12

 

ateDerechos HumanosexEsmaJavier MileiMemoriaPatricia BullrichPolicia federalPPFF