La justicia bonaerense decidió absolver a «Mameluco» Migue Ángel Villalba y a otros tres acusados de ser los autores intelectuales del secuestro seguido de muerte de Candela Sol Rodríguez, una niña de 11 años asesinada en 2011.
En profundidad. El Tribunal Oral N° 6 de Morón lo decidió en el marco del segundo juicio por el crimen. En 2017, el Tribunal Oral N° 3 de Morón condenó a «Mameluco», a Hugo Elbio Bermúdez (63) y a Leonardo Jara (43). Un cuarto hombre, Gabriel Fabián Gómez (49) recibió una sentencia de 4 años de carcel como participe secundario.
A mediados de 2020, la Sala IV de la Cámara de Casación penal bonaerense, confirmó las condenas por la “privación ilegal de la libertad coactiva seguida de muerte” de la menor.
En 2022, el fiscal de Morón, Mario Alberto Ferrario, había solicitado que Miguel Ángel “Mameluco” Villalba, Sergio Chazarreta, Héctor “Topo” Moreyra y Miguel Altamirano, fueran sometidos a juicio oral al considerarlos presuntos responsables del secuestro y asesinato de la niña.
Para ese entonces, Villalba cumplía una condena de 22 años de cárcel por narcotráfico. Además, en febrero de 2022 la Justicia Federal de San Martín lo procesó por vender una cocaína adulterada que causó la muerte de 24 consumidores.
Un ajuste de cuentas
“Dicen que estuve marcando ranchos de los narcos de San Martín para la policía. Todo falso. Sin embargo, me lo cargaron a mí”, declaró el padre de Candela, a fines de agosto de 2011, en la Unidad Penal de José León Suárez.
Para ese entonces, Mameluco Villalba era el narcotraficante más importante de San Martín. Estaba preso desde el 11 de agosto de ese año, luego de que un informante policial lo entregara.
Cuando los subordinados de Villalba comenzaron a investigar quién aportó el dato sobre la ubicación de los puestos de venta de droga y el lugar en el que se refugiaba Mameluco, el informante conocido como Moreyra, habría señalado a “Juancho” Rodríguez, para desviar el foco.
A los días, Candela Rodríguez fue secuestrada en Villa Tesei.
El hecho
El 22 de agosto de 2011, 11 días después de la detención de Mameluco, Candela fue vista por última vez con vida. Iba a una reunión del grupo de scouts. El 28 de ese mismo mes, a las 22.42, recibieron la primera llamada extorsiva.
“Ahora sí que no la vas a encontrar nunca a tu hija. Jamás la vas a encontrar”, expresó una voz masculina del otro lado de la línea.
“Te lo aseguro hasta que no devuelva la guita no la va a ver nunca más. Que le pregunten al marido dónde dejó la guita”, sentenció el delincuente.
Al realizar los estudios de planos de voz, los técnicos de la Gendarmería concluyeron que el autor de dicha amenaza habría sido Jara, quien recibió una condena de prisión perpetua en el primer juicio.
Tres días después, una mujer que juntaba cartones en la colectora de la Autopista del Oeste dio con el cuerpo de la nena, a 30 cuadras de su casa y muy cerca del comando operativo que los responsables de la fuerza de seguridad provincial instalaron para coordinar las tareas de búsqueda de la niña.
El 31 de agosto a las 12.30, uno de los responsables de dicho comando operativo recibió un llamado en el que se alertó del hallazgo de un cuerpo en el arroyo Morón. Por ese llamado, se movilizaron todos los medios a esa zona.
Esa acción, junto al desvío de la búsqueda que impulsaban los policías que recibían información de testigos, le permitió a los delincuentes a mover el cuerpo y quedar impunes.