En el primer semestre del año y tras la entrada en vigencia del DNU 70/2023 de Javier Milei que derogó la Ley Nacional de Alquileres, la incertidumbre de no conseguir dónde vivir, de que no alcance para el próximo mes y de quedarse en la calle atraviesa la diaria de las mayoría de las familias inquilinas del país. Los números muestran que el costo de acceder a una vivienda se duplicó en aquellos contratos firmados con posterioridad al decreto. Demanda el 38% de un ingreso promedio, es decir que creció 8 puntos en solo seis meses.
Además, en este último mes se registraron fuertes aumentos, incluso por arriba de la inflación, mientras los plazos de contratos son cada vez más reducidos, con actualizaciones mensuales o trimestrales y mecanismos de ajuste que no contemplan los aumentos de salario. Según la última Encuesta Nacional de Inquilinos, 7 de cada 10 personas que firmaron sus contratos luego del decreto tienen aumentos cada 3, 4 meses. Esto a su vez lleva a que muchos hogares se endeuden para poder hacer frente a los gastos básicos. Tal es así que el 62% está endeudado y el 31% le debe a dos, tres o más entidades al mismo tiempo.
Aquí dejamos placas con los resultados de la Encuesta inquilina nacional Junio 2024 pic.twitter.com/JKomR2bU1H
— Inquilinos Agrupados (@InquilinosAgrup) June 30, 2024
En profundidad. Según el relevamiento, en enero de este año una vivienda de 2 ambientes se alquilaba por $121.017. Sólo dos meses después el precio rondaba los $161.113, 33% más, y tres meses después, para junio, ese valor alcanzó los $217.424, un 35% de aumento extra.
La crisis habitacional y social se refleja también en que el 15% de los encuestados indicó que se vio en la necesidad de mudarse en los últimos meses por no poder afrontar el precio del alquiler. Más del 80% respondió que la situación de la vivienda y la evolución de sus salarios son los principales motivos de preocupación en la actualidad. Incluso el 42% consideró que tendrá dificultades para afrontar el pago del alquiler en los próximos meses.
Cabe destacar que en el DNU 70/2023 el gobierno incluyó, en sus más de 300 artículos de desregulación económica, la eliminación de la Ley Nacional de Alquileres, lo que impactó de lleno en el bolsillo de la población inquilina, con expensas cada vez más costosas e imposición de actualización de precios cada tres meses, lejos de la actual realidad salarial argentina.
Un punto clave para entender qué consecuencias tuvo la desregulación del mercado de alquileres en las economías domésticas es comparar el valor del alquiler según se rija o no por la Ley 27.551. Los contratos iniciados en 2024 bajo el DNU pagan un 50% más que aquellos que siguen bajo Ley de Alquileres. “Es notorio como aquellos que comenzaron sus alquileres después del decreto pagaron en promedio un precio mucho más caro por una vivienda de similares características para el mes de junio”, analizó el informe de la Encuesta Nacional Inquilina realizada por la Federación de Inquilinos Nacional y Ni Una Menos con el objetivo de conocer en la situación económica y de vivienda en el país.
En detalle por jurisdicciones, se observa que en CABA las y los inquilinos con contratos iniciados bajo el DNU pagan aproximadamente entre un 40% y un 50% más que aquellos que comenzaron en el marco de la Ley de Alquileres. Mientras que en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba esta diferencia es mayor: el valor promedio del alquiler de junio es entre un 41% y 52% mayor respecto a quienes lo hicieron antes del decreto.
Un dato no menor tiene que ver con que, de acuerdo con el CEM, el 55% de los anuncios para alquiler están publicados en dólares, a la vez que en los barrios donde se concentra la mayor oferta de propiedades -Palermo, Recoleta y Belgrano- los anuncios dolarizados representan entre el 60% y el 70%, mientras que los barrios del sur, que acaparan menos del 10% de la oferta de la ciudad, mantienen la totalidad de sus anuncios en pesos.
Como consecuencia de todo lo anterior se observa que el peso del gasto del alquiler en el salario promedio fue incrementándose en este tiempo. En junio, el 34% de los ingresos de los 2400 hogares inquilinos encuestados se destinaba a pagar el alquiler más las expensas, sin considerar impuestos y tarifas de servicios públicos. En el caso de aquellos alquileres que iniciaron después de la entrada en vigencia del DNU 70/2023, la incidencia del gasto en el presupuesto del hogar es todavía mayor y llegó al 39% (antes del decreto el porcentaje sobre el ingreso era de 31%). Sobre ello, vale mencionar que la Encuesta de Inquilinos relevó en un 68% de los casos a trabajadores registrados, es decir, la gran mayoría de los inquilinos e inquilinas consultados tienen condiciones laborales formales, por lo que el peso en los hogares con ingresos no registrados es aún mayor.
Si se piensa en términos de salario mínimo, una persona necesitó contar con 3 salarios mínimos para pagar el valor promedio publicado de unos dos ambientes en la Ciudad de Buenos Aires, y esto sin contar las expensas y los servicios.