Federico Adolfo Sturzenegger nació en Santa Fe pero se crió en Gonnet, cerca de La Plata. Es hijo de Iris, maestra de música, y de Adolfo, profesor de Economía en la Universidad de La Plata (UNLP) y funcionario de las dictaduras de Onganía y Bignone.
Aunque quienes lo conocieron en la adolescencia dicen que pensó en estudiar una carrera artística, decidió seguir los pasos de su padre y dedicarse a la economía. En apenas 4 años terminó la licenciatura en la UNLP y al año siguiente se fue a hacer un doctorado a Estados Unidos.
En el país del norte cursó en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en donde realizó una tésis cuyos tutores fueron el macroeconomista alemán Rudiger Dornbusch y el premio nobel Paul Krugman. Luego de esa experiencia fue profesor en la Universidad de California en Los Ángeles durante cuatro años.
Su carrera como funcionario neoliberal
La segunda presidencia de Carlos Menem lo hizo volver a la Argentina, para su primera incursión en el Estado. Propuesto por Domingo Cavallo, muy amigo de su padre, Sturzenegger asumió como Economista Jefe de YPF en 1995. En ese momento la petrolera ya había sido vendida a privados en un 75%, pero el Estado seguía teniendo la decisión final en las reuniones de directorio.
Sturzenegger estuvo allí hasta fines de 1998, unos pocos meses antes de la venta total de la empresa a los españoles de Repsol. Esa operación permitió que Argentina pierda toda su soberanía en el área hidrocarburífera, la que recuperó recién en 2012 con la estatización de la compañía.
Luego de esa experiencia, el economista estuvo a cargo de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella hasta 2001, año en el que aceptó una propuesta para ser parte del gobierno de la Alianza. En marzo de ese año asumió como Secretario de Política Económica de Ricardo López Murphy, un radical que había sido ayudante en una cátedra de su padre en la Universidad.
Aunque el Ministro duró sólo 15 días, por intentar recortar el presupuesto universitario, Sturzenegger se quedó en el cargo cuando asignaron a Cavallo para tratar de salvar el Gobierno de Fernando De La Rúa. El buen vínculo del creador de la convertibilidad con Adolfo Sturzenegger, que llevó incluso a que fuera candidato del cavallismo en 1997, hizo que Federico se quedara unos meses más.
Como parte de la gestión fue una de las caras en el anuncio de la Ley del Déficit Cero, que recortó en un 13% el sueldo de los empleados estatales. El día en que lo comunicaron a la prensa, Sturzenegger destacó que “la sociedad acepta plenamente que el ajuste lo haga el sector público”, al tiempo que dijo que “el Gobierno ha propuesto un cambio en la filosofía de enfrentar sus cuentas, al gastar sólo lo que logra recaudar”.
También fue parte de otros dos programas que terminaron con su procesamiento en la Justicia: el Blindaje, una inyección de U$S 40.000 millones por parte del FMI, y el Megacanje, una conversión de bonos para patear la deuda del Estado. Igualmente nunca fue juzgado por su participación y hasta fue sobreseído durante el gobierno de Macri.
Sturzenegger renunció en noviembre de 2001, apenas un mes antes del estallido. Un dato que llama la atención es que en su página oficial no menciona su paso por el Gobierno de la Alianza.
Su acercamiento a Mauricio
Tras la crisis económica, el economista volvió a la Universidad Di Tella y allí se mantuvo durante muchos años combinando la actividad académica con el trabajo de consultor dentro y fuera del país. También decidió dar clases en Harvard, gracias a los vínculos de su paso por las universidades estadounidenses. Sin embargo, volvería en unos años al Estado argentino.
A través de Horacio Rodríguez Larreta, otro economista que trabajó en la gestión de de La Rúa, conoció a Mauricio Macri, quien estaba buscando ser Jefe de Gobierno porteño. Sturzenegger se convirtió en parte de los equipos de campaña del PRO y fue beneficiado con la Presidencia del Banco Ciudad en 2008, tras la victoria amarilla.
Se mantuvo en ese cargo casi toda la gestión de Mauricio en CABA, alejándose recién en 2013 para asumir una banca de diputado nacional. Un detalle es que fue durante esos años que la esposa del actual vocero Manuel Adorni, Bettina Angeletti, consiguió un crédito del banco Ciudad para acceder a un departamento en Floresta.
Economista, especulador y fotógrafo
Con la llegada de Cambiemos a la Presidencia, Sturzenegger se convirtió en titular del Banco Central. Desde ese momento su figura se volvió habitual en los noticieros y su política económica afectó a todos los argentinos.
Su primera medida fue eliminar el cepo cambiario a los pocos días de asumir. El dólar pasó de $9 a $16 de un día para el otro. La intención era abrir los mercados y “sincerar” la divisa extranjera. Sin embargo lo primero que sucedió es que el peso se devaluó en un 80%.
Durante su gestión también se crearon los créditos hipotecarios UVA, que fomentaron la compra de viviendas. Sin embargo, ataron a esos clientes con tasas indexadas a la inflación. Justamente el problema fue que el índice de precios creció mucho más de lo esperado y los deudores pasaron a deber mucho más de lo que les prometieron.
Otra de sus medidas fue la creación de las Letras del Banco Central (Lebacs), una herramienta que terminó asegurando grandes intereses a los especuladores en un movimiento asociado a la famosa bicicleta financiera. Ese instrumento de deuda sigue existiendo hasta el día de hoy: son las famosas Leliqs, que el propio Milei criticó duramente durante la gestión de Macri.
El dato de color de toda su gestión tuvo que ver con el cambio de las figuras en los billetes argentinos. Junto a Lucas Llach, el vicepresidente del Banco Central, decidieron poner animales en lugar de próceres y para llevarlo a cabo fueron en persona a sacar fotos de la Taruca, un ciervo autóctono que vive en el noroeste del país.
Su renuncia al cargo ocurrió en 2018, en medio de una corrida cambiaria que llevó el dólar a $28. Su reemplazante fue Luis Caputo, el actual ministro de Hacienda de Javier Milei.
El resto es una historia que conocemos todos. Sturzenegger fue el ideólogo del DNU 70/2023, con el que el Gobierno comenzó a desregular la economía. También impulsó el texto original de la Ley Bases. El corolario se dio anoche: el economista está a cargo formalmente de la “desregulación y transformación” del Estado argentino.