Si tenés entre 25 y 35 años, vivís con tus padres y no tenés trabajo formal, no es tu culpa ni sos el único

Un informe detalla que el 38 por ciento de las personas entre 25 y 35 años se ven forzadas a seguir viviendo con sus familias. A su vez, otro relevamiento advierte que el 57% de la población argentina trabaja en la informalidad.

Los argentinos volvimos a liderar un ranking mundial, aunque esta vez no hay nada que festejar. Según un estudio de la UBA, Argentina es el país más caro de la región, midiendo los costos de una canasta básica en términos de salarios mínimos necesarios para pagarla. En simultáneo, un estudio realizado por la Fundación Tejido Urbano asegura que cerca de 2,3 millones de jóvenes de entre 25 y 35 años viven con sus padres o abuelos por la falta de alternativas para acceder a una vivienda o por contar con trabajo informal.

Argentina: el país más caro de Latinoamérica

Argentina posee el costo de vida más caro de la región e incluso superior al de algunos países de la Unión Europea. Así lo revela una investigación del Centro RA de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, en el que se observa que, incluso con respecto a Brasil, el segundo país más caro de la región. Según el informe, en el país se necesita un salario mínimo más para adquirir una canasta básica y dos salarios mínimos más si se considera en esa canasta el costo del alquiler.

El estudio evidencia, además, los costos elevados de alimentos, vestimenta y combustibles en comparación a otros países. La investigación toma en cuenta la capacidad para adquirir canastas de consumo, y bienes y servicios. Asimismo, se consideran los salarios mínimos medidos en dólares para Argentina (a tipo de cambio paralelo), algunos países de la región y otros de la Unión Europea.

“El costo de vida promedio de una persona en Argentina es de casi 5 salarios mínimos”, sostiene el trabajo. Si se descuenta el alquiler se reduce a 3 salarios mínimos. Aunque, si se evalúa el costo de vida de una familia tipo (pareja con dos hijos) en el país, se necesitan más de 14 salarios mínimos para poder adquirir bienes y servicios básicos y pagar el alquiler de un departamento de tres ambientes en la ciudad, de acuerdo a las mediciones para el estudio realizado por el centro de investigación de la UBA.

El informe recuerda que a partir del cambio de gobierno el 10 de diciembre del año pasado, se llevaron adelante varias medidas de política cambiaria, entre las que se puede destacar un incremento del 118% del tipo de cambio oficial y el establecimiento de devaluaciones pautadas del 2% mensual. Sin embargo, debido a la dinámica inflacionaria estas devaluaciones quedaron por debajo del ritmo de crecimiento de los precios, generando un encarecimiento del país respecto al mundo (atraso cambiario).

Al observar “el costo de vida familiar”, puntualizaron que este es sumamente elevado comparando con los países que siguen a Argentina (Brasil y Perú) necesitando aproximadamente 6 salarios básicos más que dichos países. Respecto a Europa, la brecha es aún más grande: una familia tipo argentina requiere, en promedio, 11 salarios mínimos más para comprar bienes básicos y alquilar.

El sueño y la frustración de la independencia

La crisis económica desencadena una serie de problemáticas sociales, que no solo tienen que ver con el no acceso a una canasta básica. Según un estudio de la Fundación Tejido Urbano, cerca de 2,3 millones de jóvenes de entre 25 y 35 años viven con sus padres o abuelos por la falta de alternativas para acceder a una vivienda.

El relevamiento indicó que el 38 por ciento de esa franja de adultos no tiene alternativas para emanciparse. “Este es, quizás, uno de los principales desafíos del acceso a la vivienda, aunque lamentablemente es un problema que persiste hace, al menos, dos décadas”, señalaron desde la fundación.

Según el informe, en 2004 el 35 por ciento de los jóvenes, cerca de 2 millones, no había podido dejar la casa de sus mayores, según la Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares (ENGHo), que realiza el INDEC. Entre 2004 y 2012 el número de jóvenes no emancipados bajó hasta 1,7 millones, lo que significó también una reducción hasta el 31 por ciento, el nivel más bajo registrado desde 2004 hasta la fecha.

Ya en 2016 se detectó que el 39,1 por ciento de los jóvenes vivía sin haberse podido emancipar. A partir de ahí, y tanto según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) como la ENGHo, los jóvenes no emancipados se mantuvieron en un promedio de 39 por ciento. En 2023, último dato disponible, hubo 2,3 millones de jóvenes no emancipados, equivalente al 37 por ciento del total.

La conclusión es que entre 2 y 2,5 millones de jóvenes de 25 a 34 años viven con sus padres o abuelos. Existe una demanda latente de vivienda que no se está satisfaciendo

“La conclusión es que entre 2 y 2,5 millones de jóvenes de 25 a 34 años viven con sus padres o abuelos. Este alto porcentaje plantea un problema a futuro: existe una demanda latente de vivienda que no se está satisfaciendo”, añadió el trabajo.

A su vez, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el desempleo y la informalidad afectan a más de la mitad de las y los trabajadores jóvenes en el mundo y al menos 2 de cada 3 que tienen algún tipo de ingreso laboral teme perderlo. Mientras organismos internacionales exigen más Estado, el gobierno de Javier Milei pone en marcha una reforma regresiva.

Casi el 60% de los argentinos trabaja en la informalidad

En el mundo, más de la mitad de las y los trabajadores jóvenes tiene empleo informal y el 33% vive en países que no logran reducir la tasa de quienes no estudian y tampoco consiguen trabajo. Asimismo, en Argentina, este grupo poblacional llega a duplicar el nivel de desempleo de la población general en tanto que más de la mitad (57%) trabaja en la informalidad.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) difundió estos datos recientemente. Revelan el alto porcentaje de jóvenes sin empleo en el mundo y las brechas regionales y de género.

El escenario es poco alentador. El desempleo, la informalidad y la precariedad son los principales problemas laborales para la juventud. Esto se agrava en coyunturas de crisis y deterioro de los ingresos, como la que enfrenta nuestro país.

Según el informe, los jóvenes de la mayoría de las regiones del mundo enfrentan dificultades para encontrar un trabajo con plenos derechos. Esto se agrava en lugares con bajos ingresos. En países con salarios bajos o en crisis, solo uno de cada cinco jóvenes de 25 a 29 años consigue un trabajo remunerado.

Las proyecciones indican que la tasa mundial de desempleo juvenil será del 13% en 2023. En cuanto a las brechas de género, el informe «Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil» señala que los hombres jóvenes se han beneficiado más que las mujeres jóvenes en la recuperación del mercado laboral.

Como consecuencia del sostenimiento de esta problemática en el tiempo “muchos jóvenes de hoy se sienten estresados por la pérdida de empleo y la estabilidad laboral, el estado de la economía, la falta de movilidad social entre generaciones y sus perspectivas de una eventual independencia financiera”, indicó el organismo internacional del trabajo.