El senador Emmanuel Santalla presentó un proyecto de ley, que ya cuenta con media sanción, para limitar el uso de celulares en las escuelas primarias bonaerense y puso sobre la mesa un tema que preocupa a profesionales y familias: el uso de la tecnología en las infancias, y los riesgos que implica.
“Nunca hubo una generación de pibes que tengan tan poco tiempo con sus padres y con sus madres”, sostuvo ante sus colegas de la Cámara sobre el proyecto que ya obtuvo media sanción la semana pasada.
En profundidad. “Padres y madres compiten con las pantallas por la atención de sus chicos, pero también compiten los pibes con los teléfonos de los padres. Muchos nos dicen: Ustedes no quieren que usen la tecnología los chicos. Nosotros, con Cristina de Presidenta, repartimos más de cinco millones de netbooks a los pibes y pibas de escuelas secundarias para achicar la brecha digital que había entre los pibes ¿Cómo no vamos a querer que usen la tecnología?”, comenzó en su exposición el senador.
Y ejemplificó: “Si alguno de nosotros encuentra a su hijo con medicamentos en la mano, seguramente pegamos un grito, salimos corriendo, se lo sacamos y nos recriminamos porque lo dejamos al alcance de los chicos y sabemos que se pueden intoxicar. Sin embargo, desde muy temprana edad le ponemos un celular en la mano”.
En la misma línea, Santalla enumeró una gran cantidad de síndromes y trastornos que mencionan los especialistas al referirse al uso desmedido de dispositivos por parte de las infancias. Entre ellos destacó: sedentarismo, obesidad infantil, desnutrición, problemas postulares, retraso en el habla, bullying, grooming, ludopatía, miopía, problemas auditivos, trastornos alimentarios y alteraciones en la conducta. “Si supiésemos todo esto, seguramente no permitiríamos que pase lo que pasa hoy en día”, agregó.
“Es tan absurdo decir que pretendemos que los chicos no tengas acceso a la tecnología, como decir que no queremos que los chicos cuando crezcan puedan usar un cuchillo para comer”, resaltó. Y continuó: “A nuestros hijos le explicamos primero con un cuchillo de madera o de plástico cómo se agarra el cubierto, cuál es el movimiento que hay que hacer, le decimos que no es un juguete, le advertimos sobre el peligro que tiene poder jugar con un cuchillo, le enseñamos, lo acompañamos y una vez que tiene la edad suficiente, la madurez necesaria y las herramientas para poder saber como utilizarlo, le permitimos que tengan un cuchillo para poder comer. Lo mismo pasa con los teléfonos celulares y con los dispositivos digitales”.
Entre los objetivos que tiene el proyecto, el senador provincial asegura que mejora la concentración en el aula, fomenta la calidad educativa, promueve la interacción, comunicación y juego libre entre pares y evita la exposición a contenido inadecuado o peligroso.
“Es fundamental poder darles las herramientas, escuchar a los especialistas cuando nos aconsejan sobre la etapa y la edad de madurez tecnológica, pensar qué herramientas tiene que tener, que conozcan que peligros hay detrás de esos dispositivos digitales, de esas aplicaciones y esos videojuegos”, destacó el senador kirchnerista.
“Cuando recién nuestros hijos conocen todo eso, tiene las herramientas y estamos nosotros al lado para acompañarlos, por supuesto que podrán utilizar ese tipo de dispositivos”, concluyó Santalla.
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En cuánto a números, el funcionario bonaerense, alertó que el 81% de los menores de entre 10 y 12 años tienen un teléfono celular propio. Además, mencionó que los chicos de 15 años representan el 30% del mercado de telefonía móvil en la Argentina, una población que está en la mira de los departamentos de neuromarketing de las empresas de telefonía, quienes buscan estrategias para tener enganchados a las pantallas el mayor tiempo posible.
“Nosotros no buscamos eliminar la tecnología, ni nada parecido. Lo que queremos es incorporar la tecnología de forma responsable en nuestras vidas y a la de nuestros chicos, y la educación pública tiene una gran responsabilidad en esa tarea”, concluyó Santalla.