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Una jueza presionó a una niña para que se revincule con su abusador

La magistrada de Familia, Silvina García, presionó a una nena de seis años para que vuelva a comunicarse con su padre hasta el punto de hacerla llorar. Hay audios en donde se la escucha sostener que el hombre podía volverse bueno y arrepentirse.

Una niña de seis años tuvo que sentarse casi 30 veces frente a la justicia para dejar en claro que no quería volver a relacionarse con su progenitor. El hombre había abusado de ella cuando tenía tan solo tres años. 

Sin embargo, sus palabras no fueron escuchadas y según el registro de uno de esos encuentros en el juzgado, la habrían presionado por más de una hora para que retomara su vínculo con el hombre. 

Ante estos episodios, la Asociación de Altos Estudios en Violencias y Abusos Sexuales (EAVAS) presentó a fines de junio un pedido de enjuiciamiento contra la jueza de Familia a cargo de la causa, Silvina García. Personalidades de la cultura y del feminismo de todo el país apoyaron también esta solicitud.

Hace tiempo que la niña ya había contado en reiteradas ocasiones que su padre la abusaba sexualmente. Incluso había descripto con detalles las situaciones de abuso que padeció. 

El expediente que llegó a la Cámara de Apelaciones de Santa Fe incluyó una de las grabaciones de audio donde se corrobora el insólito accionar, tanto de la magistrada, como de los dos acompañantes, la doctora Silvina D`Agostino, defensora del niño, y Horacio Ferreyra, el defensor general.

Según los dichos del abogado y director de AEVAS, Carlos Rozanski, lo que denuncian es una tortura ilegal y una enorme revictimización a la niña, violando todas las normas sobre entrevistas de menores de esa edad. 

Previo a la presentación del juicio político contra la jueza, AEVAS formuló una denuncia pública que consiguió cientos de firmas en adhesión. Allí se comunicó y plasmó lo que le había sucedido a la niña. La carta fue firmada por Dora Barrancos, por Liliana Hendel, Diana Maffía, Thelma Fardín, entre otras personalidades que acompañaron el pedido de destitución.

El caso de la niña en un comunicado

«Solcito es una niña que a los 3 años develó graves abusos sexuales de parte de su padre. La madre advirtió lesiones en su vulva cuando regresaba de la casa de su padre y efectuó las denuncias correspondientes. El hombre estuvo imputado penalmente por abuso sexual gravemente ultrajante durante dos años. Además, se dictó una restricción de acercamiento y hostilidad respecto de Solcito y su madre, medida que continúa vigente al día de hoy», comienza el comunicado difundido al cual El Numeral tuvo acceso.

«La designada abogada del niño, Silvina D’agostino, se opuso a que se efectuara una segunda entrevista de la nena en Cámara Gessel, en el nombre de la Convención Sobre los Derechos del Niño, alegando que quería evitar su revictimización. Ante ello, la causa se frenó», continúa. 

«La jueza, una y otra vez le insistía en que su padre podía volverse bueno y que podía arrepentirse. Le reiteraron, más de una decena de veces, que debería reunirse con él a lo que Solcito respondió siempre que no»

«Aunque la Fiscalía le creía a Solcito, la causa fue archivada para no dañarla, según los argumentos desarrollados por dicha abogada. Hace pocos días, en sede civil, la jueza de familia, Silvina García, junto a la misma abogada del niño, Silvina D’agostino y a un “Defensor General”, Horacio Ferreira, sometieron a Solcito, que hoy tiene 6 años, a un interrogatorio inquisitivo y contrario a los más elementales principios de protección integral. La jueza, una y otra vez le insistía en que su padre podía volverse bueno y que podía arrepentirse. Le reiteraron, más de una decena de veces, que debería reunirse con él a lo que Solcito respondió siempre que no. Que le daba miedo su padre y aludió a los abusos sufridos en su vulva cuando estaba con él», detalla.

«Se trata de un caso testigo de revinculación forzada, de ideología del Inexistente y de encubrimiento»

«La congoja y el llanto de la nena no frenaron a quienes durante más de una hora,  presionaron para que aceptara vincularse con su padre. Desde una posición de soberbia insoportable, la jueza pretendió infructuosamente obtener de la niña argumentos para justificar lo injustificable. Hay un registro de audio de los tormentos causados a una niña pequeña por parte del sistema judicial de la Provincia de Santa Fe. Se trata de un caso testigo de revinculación forzada, de ideología del Inexistente y de encubrimiento», concluye. 

Con información de El Destape

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