A 61 años de la creación del mejor alfajor del conurbano

Un 2 de febrero de 1962 comienza la historia del Capitán del Espacio, el alfajor insignia de Quilmes. Hace 61 años marca el camino y es deseado, incluso en aquellos lugares donde es de difícil acceso.

«Una pequeña empresa iniciada por dos amigos: Arturo y Ángel», afirma la marca en su página web. Donde se detalla que el comienzo fue en Ezpeleta, donde la fabrica estuvo instalada durante un año. En 1963, se mudaron a la calle Luis María Campos en Bernal Oeste.

Desde el inicio, se forjó con un trabajo artesanal, con empeño, dedicación y horas de trabajo. Los alfajores se produjeron a mano hasta 1972, cuando la pequeña empresa se mudó a la calle Gran Canaria, en Quilmes. Desde entonces, la fabrica funciona en el mismo lugar.

Con los años, la tecnología mejoró y lo artesanal mutó. Sin embargo, siempre fue un objetivo mantener el sabor y la textura que caracteriza al Capitán del Espacio. De hecho, al día de hoy, su excelencia se sostiene.

En 1974 uno de sus fundadores, Ángel Lineo de Pascalis, decidió retirarse de la empresa. Sin embargo, su legado se mantiene ya que supo mantener la marca, con una estrategia muy distinta a la que estamos acostumbrados en estos tiempos. Su fallecimiento en 2012 fue un golpe tanto para los quilmeños, como para la industria.

La pérdida de un histórico vecino de Quilmes, sencillo y con un gran sentido de perseverancia, fue motivo de tristeza y homenajes. Su recuerdo, el de aquel vendedor que transitaba las calles de la ciudad vendiendo alfajores puerta a puerta, permite creer y mantener la identidad quilmeña, de la que muchos sentimos orgullo.

Inconfundible, único y especial. Feliz cumpleaños al mejor alfajor del sur.