Medio oriente y un conflicto que parece eterno

Aunque llevaban siglos de diferencias religiosas y políticas, el actual conflicto árabe-israelí se profundizó en 1948. Desde ese momento, y por la intromisión de potencias extranjeras, una guerra sin fin ocupó las primeras planas de los medios mundiales. 

Para entender lo que sucedió el último sábado hay que hacer un poco de historia moderna. Tras el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial, la ONU aprobó entregarle una porción de tierras al pueblo judío para crear un Estado nacional. Con el apoyo del Reino Unido y, sobre todo, la Unión Soviética, un nuevo país nacía en Medio Oriente. 

Sin embargo, el principal problema era que aquel no era un territorio vacío sino que allí estaba asentada una enorme comunidad de ciudadanos árabes. Esas acciones dieron lugar a unos de los conflictos más largos del siglo XX que se extendió también en el nuevo milenio. 

Desde ese momento se sucedieron varios conflictos armados, con diferentes actores, ocupación de territorios y políticas de eliminación de la otra parte, con denuncias de apartheid incluídas en las últimas décadas. 

Los antecedentes territoriales

Hay tres fechas que marcaron la disposición geográfica que existe hoy en día. La primera fue en 1948, apenas establecido el Estado de Israel. Allí las fuerzas judías lograron defender los límites impuestos por la ONU, que dejaban a la Franja de Gaza y Cisjordania en manos de los países árabes. 

Sin embargo, en 1967, y en apenas seis días, Israel logró avanzar sobre esos territorios y sobre la península del Sinaí, hoy en día en manos de Egipto. La ofensiva israelí determinó un cambio fundamental en Medio Oriente y esos viejos límites de 1967 siguen siendo los reclamados por el pueblo palestino hasta la actualidad. 

La última fecha de importancia sucedió hace exactamente 50 años, en octubre de 1973. Al igual que el fin de semana pasado, las fuerzas árabes atacaron durante un Sabbat, día sagrado del judaísmo, en lo que se llamó la Guerra del Yom Kippur. En ese entonces, las fuerzas militares y el servicio de inteligencia no pudieron anticipar una ofensiva árabe que dejó un saldo de muertos israelíes superior a los conflictos previos. 

Durante la siguiente década surgieron movimientos pro palestinos, muchos de ellos armados, y el gobierno de Israel terminó aliándose a EEUU y corriendo su política hacia la derecha extrema. La defensa de los territorios ocupados fue la principal preocupación del joven Estado Nación, que buscó extender su poder. Para eso llevó adelante el desplazamiento de ciudadanos y la creación de asentamientos israelíes en medio de Palestina. 

Los acuerdos de paz

En 1993, y a instancias de Bill Clinton, el Estado de Israel y la Organización para la Liberación Palestina (OLP) firmaron en Oslo un acuerdo de paz que prometía poner fin a las tensiones. Esa reunión entre Shimon Péres y Yasser Arafat promovió la creación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), germen de lo que luego sería el Estado de Palestina en 2014. 

Esa figura administrativa y política se haría cargo de la Franja de Gaza y de Cisjordania, como una forma de darle autonomía al pueblo palestino. Las negociaciones llegaron incluso al retiro de las fuerzas militares de Israel de Gaza en 2005, un hecho histórico para la región. También se desplazaron unos 7.000 colonos, ciudadanos israelíes que ocupaban con sus viviendas ese territorio palestino. 

Sin embargo, la presencia militar en Cisjordania no cesó y fue allí que se profundizó la tensión en una región controlada por el gobierno secular de Fatah, liderado por Mahmoud Abbas. Ese movimiento buscó siempre la negociación con Israel, algo que terminó haciéndole perder control de sectores como Gaza, en manos de organizaciones armadas. 

La llegada de Hamas al poder

Esa salida ordenada terminó allanando el camino para que en 2007 se profundizaran las diferencias internas. Hamás, una organización militar que reclama la vuelta a los límites de 1967, terminó asumiendo el control de Gaza. La Autoridad Nacional Palestina debió retirarse definitivamente hacia Cisjordania.

Desde ese momento, el territorio de apenas 41 km. de largo y 10 km. de ancho, ubicado entre Israel y Egipto, vive un bloqueo por aire, mar y tierra que restringe el movimiento de bienes, servicios y personas. Muchos califican esas acciones como violaciones a los derechos humanos por parte del Estado de Israel.

Sin el acceso normal a suministros de alimentos, energía y combustibles, los casi 2,3 millones de palestinos, en su mayoría niños y jóvenes, viven en condiciones inhumanas y con más del 60% de pobreza. 

Desde Human Rights Watch, señalaron en un informe de 2021 que “impedir que los palestinos en Gaza se muevan libremente dentro de su tierra natal obstaculiza la vida y subraya la cruel realidad del apartheid y la persecución de millones de palestinos”.

Las últimas noticias

Como en 1973, nadie supo anticiparse al ataque palestino. El sábado por la mañana, miles de cohetes cayeron sobre Israel. Decenas de combatientes traspasaron la frontera e invadieron comunidades, matando a casi 800 personas y tomando cautivos a otras tantas. Al día de hoy hay alrededor de 130 ciudadanos israelíes secuestrados de acuerdo a Hamás. 

Era de esperarse una reacción de Israel, que atacó la Franja de Gaza dejando centenares de muertos y profundizando el brutal bloqueo existente. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, dijo que su país “está en guerra y exigirá un alto precio a sus enemigos”.

Los próximos días serán de máxima tensión. Se espera que haya una nueva avanzada territorial sobre los enclaves palestinos que no estaban bajo control militar de Israel. Muchos consideran que las acciones de Hamás permitieron darle legitimidad al gobierno israelí, que debido a una polémica reforma judicial estaba perdiendo apoyos internos. 

Por su parte, Hamás seguirá exigiendo la vuelta de los límites de 1967 e incluso la desaparición del Estado de Israel. Sin posibilidad de negociación, serán los civiles de Gaza quienes terminarán sufriendo la represalia militar.