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Francisco desplazó al arzobispo de La Plata

Gabriel Mestre, designado en la capital bonaerense hace menos de un año, presentó su renuncia. Sus disputas internas con el Papa por su reemplazante en Mar del Plata aceleraron la decisión.

Apenas dos días después de presidir el Tedeum en la Catedral de La Plata y mostrarse junto al gobernador Axel Kicillof, el arzobispo de La Plata fue desplazado por el Papa Francisco. Las razones pueden encontrarse en lo que sucede en Mar del Plata, el obispado en donde Mestre trabajó hasta 2023 y en donde renunciaron antes de asumir los dos hombres elegidos por el Vaticano para reemplazarlo. 

La noticia llegó bien temprano en la mañana desde Roma, luego de que el boletín oficial de la Iglesia Católica anunciara que “el Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la arquidiócesis metropolitana de La Plata (Argentina), presentada por Su Excelencia Reverendísima monseñor Gabriel Antonio Mestre».

Gabriel Mestre es un cura que siempre se mostró cercano y descontracturado.

A Mestre lo designaron en julio del año pasado y asumió en septiembre, dejando atrás sus años al frente del obispado de Mar del Plata. Para ese puesto, lo designó el propio Francisco. 

Sin embargo, desde que se mudó a la capital bonaerense una serie de hechos políticos y religiosos se sucedieron de manera irregular y, hasta el día de hoy, no hay un reemplazante oficial en la ciudad atlántica. Diferentes voces que conocen a la iglesia argentina creen que Bergoglio lo consideró responsable por operaciones de prensa que terminaron complicando toda la sucesión. 

Una ciudad sin obispo

Mestre fue alguien muy querido en Mar del Plata, principalmente por ser el primer cura nacido en esa ciudad que llegó a dirigir los destinos religiosos del famoso balneario. La comunidad católica también le tomó mucho cariño por estar en contacto frecuente con los diferentes actores sociales, políticos y económicos locales. 

Cuando se anunció su partida hacia La Plata, fueron muchas las voces que se lamentaron por el cambio. Sin embargo, hubo una sensación de felicidad por el crecimiento dentro de la estructura de la iglesia que le asignaba hacerse cargo de uno de los principales arzobispados del país. Pese a ello, Mar del Plata sigue sin obispo desde septiembre, en una rara sucesión de interinos y obispos que renuncian antes de asumir. 

Padre Luis Albóniga, hoy desplazado por Francisco.

En un inicio, la iglesia designó como administrador diocesano al Padre Luis Albóniga, quien previamente se desempeñó como vicario general durante el mandato de Mestre. Ese párroco estuvo en su cargo hasta noviembre, cuando Francisco nombró como obispo a Monseñor José María Baliña, un hombre de su confianza que era obispo auxiliar de Buenos Aires. 

Sin embargo, allí empezó otro derrotero. Baliña renunció a los pocos días por problemas de salud. Llega una nueva designación del Papa, que lo reemplaza por Gustavo Larrazabal, quien anteriormente trabajó en San Juan. El problema fue que a los pocos días el diario La Capital de Mar del Plata publicó la denuncia de una mujer hacía Larrazabal por presunto abuso de poder y acoso entre 2007 y 2013. 

A pesar de que la iglesia salió a defenderlo, a las pocas semanas se precipitó su renuncia. El reemplazante fue Ernesto Giobando, un exalumno de Francisco en el Colegio de los Jesuítas que al día de hoy sigue en el cargo de manera interina. Lo extraño fue que esa responsabilidad no haya caído nuevamente sobre Albóniga y que hayan trasladado a alguien desde Buenos Aires para ordenar la situación. 

La rosca y las sospechas

En el Vaticano hay voces que desconfían de las intenciones de Mestre en Mar del Plata. Hay quienes consideran que su intención era que Albóniga accediera al puesto de obispo. Para eso, no sólo habría operado a su favor sino que habría filtrado a la prensa las denuncias contra Larrazabal. Incluso hay quienes aseguran que el empresariado marplatense habría acompañado las intenciones de Mestre, entre ellos el dueño del diario La Capital, Florencio Aldrey Iglesias.

Debido a las sospechas, unos días después de la llegada de Giobando se decidió trasladar a Albóniga desde La Plata hasta Jujuy, asegurando en un comunicado que ese cambio incluye “un procedimiento canónico relacionado a esclarecer su actuación durante su tarea de administrador diocesano”. La situación habría hecho enojar a Mestre, quien rechazó la decisión vaticana. 

En su carta de renuncia, el exarzobispo de La Plata destacó que tuvo una reunión en la Santa Sede para “dialogar sobre algunos aspectos de la diócesis de Mar del Plata” y que “después de confrontar algunas percepciones distintas” sobre lo ocurrido allí desde “desde noviembre de 2023 hasta la actualidad”, el Papa Francisco le pidió la renuncia.

Luego de la decisión de Francisco de desplazar a Mestre, aún quedan dos puestos vacantes: los obispados de La Plata y Mar del Plata. En las próximas semanas se sabrá hasta dónde llegará la investigación papal y quiénes serán los elegidos.

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