Amanece en un nuevo 24 de marzo. Un día como hoy, tan sólo cuarenta y dos años atrás, los militares tomaban el poder del país y algunos diarios titulaban sus tapas con la frase: «Total normalidad». Lo que pasó no tenía nada de normal, llegaron en pos de reorganizar el país pero el resultado de ese proceso tuvo como resultado 30 mil detenidos-desaparecidos y asesinados en centros clandestinos de tortura y exterminio, los famosos vuelos de la muerte, un plan sistemático de robo de bebes y un plan económico de ajuste que apuntó a destruir la industria nacional.
Parece lejano pero para la historia no fue hace tanto. El objetivo fue instalar el miedo en la sociedad a partir de esos mecanismos y lo lograron. Lo único que no pudieron lograr fue que la politización de la juventud se apagara por mucho tiempo y tampoco lograron que las madres de esos jóvenes, ni las abuelas de esos bebes robados bajaran los brazos.
Memoria, Verdad y Justicia es un frase que resuena cada 24 de marzo, y que desde hace dos años, cobra más fuerza a partir de algunas políticas del actual gobierno que tuvieron como fin romper con la lucha histórica que llevan adelante los organismos de derechos humanos. Propusieron un 2×1 a los genocidas, apostaron al perdón, y a pedir la libertad para esos responsables de aquel proceso. ¿Porque lo harán?
No dejamos de ver similitudes entre algunas políticas de aquel golpe de facto con las del actual gobierno, pese a que cabe aclarar que este ultimo fue votado por mayoría de forma democrática. Los puntos en común están a la vista: las medidas económicas apuntadas a destruir la industria nacional, el recorte de los más humildes y el beneficio a los sectores más poderosos del país, la connivencia con algunos medios de comunicación que fueron cómplices civiles de la dictadura, la desaparición forzada y asesinato de Santiago Maldonado, el gatillo fácil para Rafael Nahuel y Facundo Ferreria, entre tantos otros. Los mecanismos son distintos, pero no hay dudas que la política de ir contra el que piensa distinto está presente y se refleja en las detenciones a los dirigentes políticos de la oposición.
Hoy las hermosas marchas del 24, de las que siempre fuimos parte, cobran más importancia. A lo largo de estos últimos tres años se sumaron más reclamos y ahora también se pide justicia no sólo por esos 30 mil detenidos-desaparecidos sino por todos los pibes y pibas víctimas de la mano dura que azota desde el cambio de gobierno. Uno de los reclamos que sigue vigente, y que aún está en deuda, es el pedido de enjuiciamiento para los cómplices cíviles de la dictadura militar, para aquellas empresas y medios de comunicación que fueron serviles al «Proceso de Reorganización Nacional» y que aún están impunes.
Hoy vamos a Plaza de Mayo, como medio de comunicación comunitaria que insiste en el reclamo de justicia para los genocidas que aún quedan impunes, que exige cárcel común para todos ellos y que pide que se enjuicien a los cómplices civiles que colaboraron con el golpe de Estado. Hoy vamos a Plaza de Mayo a recordar a esos 30 mil detenidos-desaparecidos, a celebrar por los 127 nietos/as recuperados/as, a abrazar a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo por la lucha incansable de tantos años y para gritar bien fuerte ¡NUNCA MÁS!
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