«La economía argentina no soporta más recesión»
Sergio Chouza nos da alguna puntas para mirar el 2020 y pensar el 2021. Empleo joven, deuda, el dólar, la política de vivienda y la llegada de Ferraresi al gabinete nacional, entre otros temas. El economista explica con claridad pedagógica cuestiones que algunos quieren que no entendamos. Economía para todxs.
Sergio Chouza es economista, investigador y docente en la UNDAV y en UBA. Esos son sus pergaminos académicos y laborales, pero quizás su trabajo más reconocido pasa por otro lado. Usuario hard de Twitter, Chouza habla de economía en 240 caracteres a sus casi 25 mil seguidores. Desde allí publica a diario y constantemente datos, análisis, gráficos, y visiones de la economía que contribuyen a pensar una Argentina más justa e igualitaria. Chouza está en el barro del debate por redes sociales y se hace cargo.
Pasado, presente y futuro de nuestra economía
2020: Pandemia y herencia
Estamos empezando el mes de diciembre de un año muy particular. ¿Desde tu visión cómo se cierra el año de la economía?
Bueno fue un año complicado, un año en donde en adición a las incongruencias macro que venía acarreando Argentina de años previos arrastramos dos años consecutivos de recesión con caída de actividad, con destrucción de puestos de trabajo privados, con reducción de los salarios reales. A eso se sumó la cuestión de la pandemia. Por lo cual era esperable que el efecto sea muy negativo sobre la macro Argentina.
Recordemos que previo a empezar el año la previsión sobre la evolución del PBI daba que Argentina iba a caer este año. Bien medido, nuestro país tiene un impacto diferencial por la pandemia similar al de otros países de la región e incluso menor al de países desarrollados como Gran Bretaña e Italia.
Argentina está mal y sigue en una situación muy delicada a pesar de la reactivación del último trimestre. Finalmente la merma va a ser 2 puntos más baja de lo que está planteada en Presupuesto. Si alguien piensa que por tener algunos indicadores que muestran variaciones positivas o que empiezan a señalar algún atisbo de recuperación ya está terminado el problema es un error
De cara al 2021: Crecer o crecer
¿Podemos hablar de recuperación de la economía el año que viene?
Lo que va a haber sin lugar a dudas es un rebote macroeconómico. Lo que está en duda, y es ciencia ficción parados en diciembre de 2020, es cuál va a ser la magnitud de ese rebote. En esa heterogeneidad de la economía, no es lo mismo que ese 5,5 % esperado en Presupuesto para el año que viene se dé en un contexto de creación consistente de puestos de trabajo en el sector privado y recuperación paulatina de los salarios reales que en un contexto, en el cual, lo único que tire sean los empleados públicos vinculados a la construcción del sector público.
No es lo mismo si el año que viene la recuperación de la actividad se da con una continuidad en la reducción de la inflación, como empezó a ocurrir este año, que si hay una marcha atrás y se vuelven a escapar un poco los índices de inflación.
No solamente es la discusión de cuál va a ser la magnitud del rebote. Si va a ser del 4 %, 5 % o 7 % sino también cómo se manifieste al interior de cada uno de los sectores. Qué sector se apropie de ese crecimiento y qué tanto se sigan normalizando o no el resto de las variables macroeconómicas.
Construcción, infraestructura y un vecino en el Ministerio
Infraestructura: La «chispa dinamizadora»
¿Qué rol va a ocupar la obra pública y la construcción en esa recuperación?
La inversión en infraestructura va a ser una de las chispas dinamizadoras de este crecimiento. Lo estamos viendo, tal vez no vinculado a un plan de viviendas monumental por el momento. Estamos en una etapa más incipiente de eso. Parece que se vienen anuncios dentro de muy poco con un plan de viviendas muy ambicioso, en breve. Pero lo que primero brota es la inversión pública en infraestructura de baja escala o de escala media.
En ese marco, el esfuerzo presupuestario del año que viene es importante. Van a ser cerca de 600 mil millones de pesos y es una inversión bastante cuantiosa. Hablamos de una virtual duplicación, llegando a 2,2 % del PBI de inversión en infraestructura y obra pública, casi duplicando los niveles de 2019. Es un actor más que contribuye. Eso genera efectos derrame, efectos multiplicadores sobre otros sectores conexos con la construcción como las industrias vinculadas, pero también tiene que colaborar el sector privado. Y para eso también hay un buen entorno más micro, desde el punto de vista de los costos y de la rentabilidad asociada a proyectos de inversión privada. Hay condiciones propicias. Hoy construir en la Argentina es muy barato, también para el sector privado.
Cambios en un área clave
Sos docente de la UNDAV y, además, residís en la ciudad de Avellaneda. ¿Qué opinas de la llegada de Ferraresi al Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat?
Con respecto a Ferraresi uno lo conoce de la gestión, de ser un vecino de la ciudad, y por la transformación que hizo Avellaneda de la infraestructura del municipio con recursos propios. El apoyo, sobre todo los últimos años, de la Provincia de Buenos Aires y la Nación en obras en el distrito fueron prácticamente nulas.
No hace falta más que ver lo que fue la inversión en obras de infraestructura educativa en el distrito. La Provincia no colaboró en absolutamente nada a pesar de que es una función lógicamente que tiene que pasar por la órbita provincial. Cómo se transformó en estos más de 10 años el municipio en todos los órdenes, pero por ahí en lo que más se ve en el día a día es en la obra pública municipal.
Es un hacedor, ya desde su perfil más de carácter político es una persona que es inquieta, no es un político aplacado. Uno tiende a pensar que va a revitalizar mucho una cartera que es fundamental, que es estratégica para paliar un problema que es un déficit histórico que tiene nuestro país y se ha agudizado en los últimos años: el déficit de acceso y de calidad de las viviendas. Hay más de 3 millones y medio de argentinos y argentinas con una situación de algún déficit de acceso a la vivienda.
Viviendas, UVAs y la ilusión de la casa propia
¿Qué análisis hacés de lo que fue la política de vivienda del macrismo y por qué lado pensás que viene la salida hoy en día?
Se caracterizó por dejar de lado los programas de apoyo a la construcción, sobre todo del segmento que está por fuera de las posibilidades del mercado.
Para eso sector vos tenés que propiciar la posibilidad de tener un programa federal. Obviamente también para dejar de contribuir y de fomentar la gentrificación de las grandes ciudades desde un programa federal de acceso social de la vivienda. Ahí trabajas con esta tecnología que está más en boga de la construcción a partir de cooperativas de lotes con servicios, donde puedas ir construyendo barriadas con los debidos acceso de luz, gas, agua, comunicaciones. Sobre ese segmento se vaciaron las políticas públicas y no hubo una inversión significativa.
Si uno ve el presupuesto para vivienda hubo una licuación fenomenal en los cuatro años. En el acumulado de los cuatro años cae más del 40 % con la inflación, y no sé si no fue de las funciones del gasto donde más caída hubo. Eso es producto de que el Estado no destinó fondos.
Y después para el otro segmento, que tal vez sí tiene la posibilidad por medio de mecanismos de mercado de acceder a la vivienda a valores del mismo estuvo el dispositivo de los créditos UVA. Es una herramienta que tiene sus pros y sus contras. Lo que pasa es que hubo una muy mala lectura de cuál era el entorno macroeconómico y cuál era el público al cual vos le colocas el producto. Es un mecanismo que se implementó en otras partes del mundo. Para Argentina tendría que haber sido correctamente aclarada la letra chica de modo tal de no tener esa actitud tan irresponsable de salir a captar una demanda cuyas posibilidades estaban por fuera de esa modalidad de crédito.
Si sos joven y mujer estas en el peor de los mundos
¿Pensás que el año que viene se va a crear empleo en la Argentina? ¿Qué perspectiva hay para el empleo joven?
Ese es el gran desafío estructural. Nuestro país no crea empleo privado desde 2017, que fue el último año que se creó. Fue un año donde la economía funcionó por efecto reflejo del 2016, cuando había estado muy mal la economía. Yendo incluso más atrás, también en los últimos años donde había un crecimiento con discontinuidades. Desde 2011 hasta 2015 había una rigidez de carácter estructural en lo que es la creación del empleo privado, el que es más estable, el que tiene salarios en promedio más altos, el que permite la movilidad social ascendente por excelencia. Y esto se profundiza mucho más dos segmentos: el segmento joven de menores de 29 años, y las mujeres. Si sos joven y mujer estas en el peor de los mundos.
Hay parte de la juventud que por ahí tiene más acceso a la capacitación, a un acceso a la educación superior. Terminan encontrando posibilidades de becas o primeros empleos, y después un segmento de la población de los cuales muchos vienen de ser ni- ni en algunos casos, que les cuesta muchísimo más.
Todo ese universo después termina teniendo complejidades estructurales. Después redunda en menores niveles de salario promedio a lo largo de toda su vida laboral. Parece que es una agenda que es estructural y no creo que se pueda abarcar con atisbos sueltos y esporádicos como puede ser una política específica, me parece que se tienen que trabajar más de una manera estructural y a largo plazo con políticas de Estado.
La deuda odiosa y el karma del dólar
¿Dónde estamos parados en lo que tiene ver con el tema deuda y su relación con la economía cotidiana?
Estamos en un momento bastante crítico, se está definiendo la letra chica día a día de lo que va a ser el nuevo programa en el que Argentina entra de forma exigida. No tiene otra alternativa debiendo 44 mil millones de dólares. No podés no negociar ni mantenerte intransigente, a menos que quieras ser un paria en el mundo, lo cual no es una posibilidad.
Entonces tenés que negociar un nuevo programa que sea de la forma menos perjudicial. Es difícil decir beneficioso, porque pagando lo que vamos a tener que pagar a lo largo de años o décadas, se va a buscar la menos perjudicial. Me parece importante que haya una visión compartida de que el programa anterior, tal vez desde lo estructural, por las características del crédito, no exigía reformas de fondo. Pero si desde el punto de vista de las cuentas macro tenía un propósito muy agresivo de políticas de austeridad y recortes del gasto. Era muy ambicioso trazar un programa de déficit 0 que terminó potenciando las crisis. Porque contraer el gasto y hacer un ajuste en un momento recesivo es como una Doble Nelson sobre la economía.
Yo creo que ahí hay una visión compartida, que se deja trascender en algunos comunicados oficiales. No creo que sea solo una expresión de deseo de la posición argentina. Me parece que ahí hay una visión compartida de que la Argentina no soporta más ajuste. Por eso lado desde lo macroeconómico no se tiene que ir.
¿Cómo evaluás lo que es la gestión del tema dólar y mercado de cambios por parte del Gobierno?
El mercado de cambios tiene múltiples complejidades que vienen de factores explicativos. Hace dos semanas el BCRA sacó un informe, que se había discontinuado en 2017, que se vincula con la deuda privada. Se muestra la evolución de la deuda externa del sector privado, y hubo un incremento de 18 mil millones de dólares en los últimos 4 años. Las fuentes de endeudamiento de esa deuda son muchas, pero después las bocas, como la bolsa con la cual eso se cubre, es una sola, que son las reservas del BCRA.
Vos tenés Estado Nacional, provincias, algún municipio, y privados, que se endeudaron en los últimos años y eso hoy se tiene que cubrir. Deslindar lo que pasó en los últimos años en materia de endeudamiento, de estos problemas de funcionamiento del mercado del cambio, es no entender el origen del problema. Después hay características propias del marco que son propias de un contexto de emergencia. Al ministro, a todo el gabinete económico, no le gustaría que el mercado de cambios funcione como un cepo, pero hoy no hay otra alternativa.
Me parece que tenemos ir dando señales a medida que se vayan estabilizando algunas variables e ir dando pasos de bebé en pos de esa normalización. Parte de eso se hizo y hay que reconocer que salió bien. Ahí me parece que hay que saber que el mercado de cambios sigue funcionando en modo de emergencia. Lo va a tener en 2021, pero si se siguen equilibrando las variables macroeconómicas va a haber más espacio para ir dando esas señales e ir transitando ese proceso de nuevo cuidando los equilibrios generales. Los desafíos del mercado de cambios hay que seguir trabajándolos a mediano plazo, sin sobregirarse y cuidando los equilibrios generales, no solo el equilibrio parcial de ese mercado.
Salarios: Recuperar lo perdido
¿Se va a recuperar poder adquisitivo el año que viene?
Sin lugar a dudas. Está planteado en la Ley de Presupuesto y el Ministerio Economía se está moviendo con una hipótesis del 4 %, que yo diría que incluso no es tan sensible a la hipótesis de inflación, cuya proyección es del 29 %. Creo que es el gran desafío y que no va a ser fácil. Es casi independiente, porque si esta la voluntad política para favorecer paritarias que vayan por encima de esa inflación, se puede recuperar. La vice jefa de Gabinete dijo que el 4 % era una hipótesis conservadora, se puede llegar a dar incluso algo mayor.
Sería una virtual recuperación de lo que se pierda este año. Además de que la economía argentina no soporta más recesión, más devaluación y más ajuste, tampoco los y las trabajadores soportan más caída de los salarios reales, es una aberración lo que pasó en los últimos años, que acumulamos en promedio más del 25 % en caída desde 2017 hasta ahora en caída del salario. En este 2020 en todo el mundo cayeron los salarios. En otros países donde no hay inflación los salarios cayeron nominalmente. Va a haber una torta más grande para que parte de eso sea manoteado por los trabajadores y por los empresarios que también tienen que recomponer margen perdido este año.
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