«La única línea ideológica con fuerza de base en Ecuador es el correísmo»
A semanas de las elecciones en Ecuador, el politólogo Ramón Méndez Rivas analizó la situación en el país y el panorama de cara a los comicios.
Se acercan las elecciones en Ecuador y, en este marco, conversamos con el politólogo y magister Ramón Méndez Rivas. El analista político advirtió cómo es el panorama en el país, de cara a los comicios que se celebrarán el 7 de febrero del corriente año.
¿Cuál es la situación política actual en Ecuador?
Actualmente Ecuador vive la peor crisis económica y social desde hace 20 años cuando dos millones de compatriotas tuvieron que salir del Ecuador y emigrar hacia Europa y Norteamérica en busca de un mejor futuro. La economía caerá un 12% al final de este gobierno. En la crisis de 1999-2001 solamente cayó un 4%. Es decir, lo que puede pasar en los futuros meses es grave. Un país mucho más institucionalizado, a pesar de la deconstrucción de las instituciones en los últimos 3 años puede salir de la crisis con un camino por el cual ya pasó anteriormente.
Esta situación llevó al país al estallido social en octubre de 2019 con protestas masivas mucho antes de que el Covid-19 llegase. La corrupción y descontento de un país que fue traicionado por el gobierno de Lenín Moreno, elegido como una continuación del gobierno de Rafael Correa (mas no fue así), es evidenciado en las bajas tasas de aprobación del mandatario y la asamblea nacional que bordean el 4% y 2% respectivamente.
La situación política actual es nauseabunda, con la corrupción y mala gestión administrativa y política por parte del Estado como panes de cada día. Actualmente solo hay dos bandos: correistas y anti-correistas.
Para la suerte del correismo, los anticorreistas son una plétora de derechistas divididos por intereses personales con una izquierda infantil y traidora sirviéndoles de lacayos. El correismo recoge gran parte de la izquierda, pero se caracteriza por ser de centro-izquierda a centro-derecha. Hoy por hoy se ve evidenciado por la utilización de un movimiento de centro derecha como lo es Centro Democrático para poder participar en los próximos comicios ya que Alianza País (antiguo movimiento correista) fue cooptado por el actual gobierno y sus intentos de formar movimientos nuevos fueron boicoteados por el Estado.
Políticamente hablando, Ecuador está en una situación deplorable donde convenios y la unión de fuerzas son parte clave tanto en las corrientes de izquierda como de derecha. Esto se demuestra ya que en un país de 17 millones de habitantes, tenes 16 candidatos y candidatas a la presidencia. Muestra una política partidista aún en pañales donde no hay partidos tradicionales y los pocos que hay tienen tan poca representatividad que precisan de alianzas para alcanzar notoriedad. Esto implica la invención o reinvención de partidos cada vez que hay elecciones, impidiendo una adherencia partidaria propia por parte de electorado y poniendo en evidencia los “camisetazos” donde candidatos cambian de partido o movimiento con frecuencia.
La única línea ideológica con fuerza de base en el Ecuador, hoy por hoy, es el correísmo. Su antítesis, el anti-correismo, está formado por varios partidos enemigos entre sí. Para bien o para mal, toda política electoral en el país se reduce al legado del economista Rafael Correa Delgado, tanto a favor como en contra. El correísmo es capaz de utilizar movimientos alternos, pero su contenido es el mismo y lleva consigo toda la fuerza de un electorado fiel.
¿Cómo es el panorama de cara a las elecciones de febrero de 2021?
La mayoría de las encuestas ponen al candidato del correismo, Andres Arauz, con la alianza de Centro Democrático y Fuerza Compromiso Social (listas 1 y 5) primero en las encuestas. Algunas encuestas lo posicionan hasta con el 56% de la intención del voto, pero la mayoría lo ponen entre el 20% y 25%. El segundo lugar es disputado entre Yaku Pérez del partido “indígena” Pachakutik y Guillermo Lasso del movimiento CREO, en Alianza con el Partido Social Cristiano.
El método de votación para las elecciones del 2021 fue cambiado del método D’Hondt al método de Webster. Este nuevo método de asignación de escaños obliga a la votación “en plancha”, es decir, se vota por todos los candidatos a la legislatura nacional de un solo partido y no de diferentes partidos según la preferencia del elector. En caso de elegir candidatos a la asamblea nacional por diferentes partidos se anulan los votos. Este método según varios expertos le ha quitado matemáticamente 19 asambleístas al correísmo.
El gobierno persiguió al binomio presidencial correista tratando de imposibilitar su candidatura en varias ocasiones a través de varias impugnaciones a su candidatura ante el Consejo Nacional Electoral (CNE). Tanto es así que la candidatura del Correismo Arauz- Rabascall recién fue aceptada el 9 de diciembre, 22 días antes del inicio de la campaña. Inclusive en un intento de consolidar el apoyo al candidato presidencial Guillermo Lasso, acusado de co-gobernar con Lenin Moreno, el CNE negó la candidatura al ya varias veces candidato presidencial y hombre más rico del Ecuador: Álvaro Noboa. Esto fue con el objetivo de no dividir el voto de la derecha y centro-derecha aunque el Tribunal Contencioso Electoral (TCE), entidad superior al CNE, sí había dado luz verde a su postulamiento.
Con este panorama vemos que todo está hecho para que Lasso gane las elecciones. O en cualquier caso, si gana la fórmula Arauz-Rabascall, que no puedan llegar a la mayoría parlamentaria disminuyendo significativamente la posibilidad de llevar a cabo el plan de gobierno.
¿Cómo se va a desarrollar la campaña teniendo en cuenta el contexto de la pandemia de Covid-19?
La campaña estará sujeta a los 30 días de estado de excepción que limita la circulación de automóviles, reuniones de gran número de personas. Todos los partidos políticos están sujetos a esto, además de los ciudadanos comunes. Indudablemente esto afecta más a la campaña del denominado «binomio de la esperanza» conformado por Andrés Arauz y Carlos Rabascall, los candidatos que ha tenido mayor actividad en recorridos de territorio.
La propaganda pagada en redes sociales sería la manera principal, a través de zoom, transmisiones en vivo de Facebook e Instagram. Inclusive la participación de candidatos en la plataforma digital de TikTok ha ido en aumento donde la mayoría de los candidatos -por no decir todos- tienen una presencia significativa.
Cabe recalcar que el candidato presidencial que más ha gastado en propaganda en redes sociales es Guillermo Lasso con un monto de 215 mil dólares estadounidenses; seguido de Álvaro Noboa, cuya candidatura no fue aceptada, con 64 mil dólares; Y en tercer lugar, el cantante y ex ministro de Cultura del actual gobierno, Juan Fernando Velasco con $38 mil dólares.
¿Qué opinión tiene acerca de la fórmula Andrés Arauz-Carlos Rabascall?
Los dos candidatos fueron relativamente una sorpresa como elección del Correísmo para las elecciones del 2021. Carlos Rabascall, un ingeniero comercial de formación y periodista de profesión, sonó bastante como candidato presidencial en meses anteriores al anuncio de los candidatos. Sin embargo, no ha sido un político, un candidato previamente, ni dentro ni fuera del correísmo. Lo que Rabascall trae a la fórmula es una gran oratoria y confianza hacia el elector. Una confianza evidenciada por su alta credibilidad la cual le llevó a recibir el premio «Eloy Alfaro, Símbolo de Libertad” de la Confederación Nacional de Periodistas del Ecuador como mejor entrevistador de la televisión ecuatoriana en el año 2016.
Este perfil contrarresta una cara nueva y relativamente oscura del candidato a Presidente Andrés Arauz. El joven que, si bien trabajó en el Banco Central del Ecuador e inclusive fue Ministro Coordinador de Conocimiento y Talento Humano entre 2015 y 2017 bajo el gobierno de Rafael Correa, es una persona desconocida para la mayoría de ecuatorianos (un caso similar al de Rafael Correa en el 2007). La gran oportunidad perdida de este binomio fue la de tener a una mujer en la fórmula, algo que es contrarrestado por el alto número de mujeres candidatas a la Legislatura Nacional.
Los dos candidatos que tienen formaciones académicas basadas en la economía: Arauz como economista y Rabascall como ingeniero comercial. Son una muestra clara de cuál es la principal problemática del Ecuador: la economía. Y esto lleva al electorado a saber que, de votar por este binomio estaría votando por la posible mejora de su economía más allá de género, edad o gustos personales. En este caso es un binomio que combina un candidato presidencial joven con 35 años y un acompañante de 60 años. Es decir, un rostro nuevo sin manchas en la política con un binomio que proyecta experiencia y confianza. En sí una buena combinación.
¿Qué análisis hace de la proscripción de Rafael Correa para presentarse como candidato a vicepresidente?
Es una evidencia más de la persecución política que existe hoy en el Ecuador. Comenzando por la persecución del ex-presidente Rafael Correa a través del Lawfare, la judicialización de la política, algo que estaba ocurriendo en la Argentina también.
En el caso de Rafael Correa la ridiculez de esta persecución es evidenciada por la no aceptación ni ejecución del pedido del Estado ecuatoriano hacia la INTERPOL de arrestar al expresidente en su residencia en Bélgica, país de origen de su esposa. La INTERPOL denomina este intento de arresto “políticamente motivado”. ¿Ahora dirán que la INTERPOL es correista? No creo.
Si Correa se presentaba como candidato simplemente no hubiera habido elección, sino más bien una simple barrida por parte del correísmo en las próximas elecciones. Un efecto similar a lo ocurrido en Argentina con el Frente de Todos y la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner.
Ambas figuras polémicas para algunos, pero que tienen un reconocimiento fuerte en el electorado. En cualquier caso, el electorado reconoció que la proscripción fue políticamente motivada. En principio, por no ser aceptada la firma electrónica que presentó el expresidente para aceptar su candidatura ante el CNE (Consejo Nacional Electoral), firma que es completamente válida en Ecuador. La no aceptación de la firma no fue más que un intento para arrestar a Rafael Correa apenas pise suelo ecuatoriano.
La única opción restante sería la firma en persona física… Con la persecución política, no sería más que un arresto y encarcelamiento sin prueba alguna. Como lo que ocurrió con el ex-vicepresidente Jorge Glas sin prueba alguna.
Al final se podría decir que paradójicamente para el actual gobierno, la proscripción incentiva a las bases correistas a salir con más fuerza para la victoria de sus candidatos.
¿Cómo analiza el hecho de que haya una sola mujer en la lista de candidatos presidenciales?
Es triste realmente, ya que de los 3 binomios principales solo el de Yaku Pérez tiene a una mujer de candidata a vicepresidenta: Virna Cedeño. La ausencia de mujeres candidatas a la presidencia refleja una problemática histórica en Ecuador, que es la falta de representación femenina en el ejecutivo nacional.
El único caso fue el de Rosalía Arteaga, quien ejerció como vicepresidenta bajo el corto mandato de Abdalá Bucaram en 1997. Luego de la destitución de Bucaram Arteaga, ejerció como presidenta del Ecuador durante solo 5 días hasta que la reemplazó Fabian Alarcón. El mimos fue impuesto por el entonces Congreso Nacional. Bajo este contexto, la candidatura de Ximena Peña al ejecutivo ecuatoriano es una oportunidad perdida ya que mas allá del género de la candidata, la misma refleja la corrupción mas grande y la bajeza política que tiene Ecuador. Peña es candidata por Alianza País. El movimiento es también del actual presidente Lenín Moreno y mismo con el que llegó a la presidencia Rafael Correa en 2007.
El gobierno de Lenin Moreno del cual Ximena Peña fue parte, redujo el presupuesto para la prevención y erradicación de violencia contra las mujeres y niñas.
Además de haber sólo una candidata a la presidencia, ésta no represente las necesidades de las mayoría de las mujeres ecuatorianas. Pero para quien lo ve de lejos… es fácil confundirse.
¿Qué medidas cree urgentes para mejorar la economía y la situación política del país?
Lo primordial es volver a invertir en el sector público para terminar con los grandes recortes que llevó a cabo la gestión de Moreno. Es decir, regresar las cientos de miles de plazas de trabajo en el Estado ecuatoriano que la actual presidencia se encargó de eliminar. Y peor, en una pandemia.
Con respecto a la pandemia, la salud pública está completamente deshabilitada por recortes de presupuesto. Y un trabajador enfermo es un trabajador que no produce. Y peor aun, que tiene que sacar de su propio bolsillo el poco dinero que tiene para costearse atención médica en una clínica privada. La salud pública no genera confianza ni tiene recursos para atenderlo.
Por el mismo lado, despidieron a un sin número de docentes. A costas de debilitar la educación en los estudiantes de primer, segundo y tercer nivel. Asimismo, quebrantando el sustento económico de los profesores y la aspiración educacional y salarial de la futura fuerza laboral.
Ecuador como país dolarizado depende del ingreso de dólares en su totalidad ya que no emite moneda propia. En este caso, las remesas de los migrantes ecuatorianos residentes en Europa y Norteamérica, principalmente muestran una gran oportunidad de crecimiento económico.
A través de un posible programa de inversión pública y privada se permitiría a los migrantes invertir en su país. Además, implicaría una inyección en la economía ecuatoriana con circulante en efectivo de dólares. Todo tipo de proyecto económico sería bienvenido, mientras ponga como principal factor al hombre, mujer y demás trabajadores como pieza fundamental de la economía.
Por último una pregunta más de opinión personal, ¿Quién cree que ganará los comicios?
Salvo que algo cambie drásticamente, ganaría las elecciones Andrés Arauz. Y, si no hay fraude, me atrevo a decir que ganaría en primera vuelta. Los candidatos Lasso y Pérez en vez de acercarse en las encuestas se siguen alejando. Además, si uno ve los videos de los recorridos, de las interacciones con la gente, se puede dar cuenta que el elector ecuatoriano se siente seguro con un candidato del correísmo. Sobre todo, por hechos materiales indiscutibles que se vivieron durante el gobierno de Rafael Correa. Por ejemplo, mejoras de la economía, la educación y la institucionalidad.
El electorado quiere retornar a lo seguro, a algo que conoce y con el que sabe que puede vivir: el correismo. La debacle económica y social que deja el actual gobierno será difícil de revertir para cualquier presidente o presidenta. Sin embargo, el gran apoyo que tiene el «binomio de la esperanza» da la impresión de que esa transición sería menos dolorosa y más viable con ellos al mando.
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