En el último año un titular de AUH recibió transferencias 21% por encima de la inflación

Desde el inicio del ciclo lectivo y el retorno a la presencialidad en las escuelas del AMBA a principios de marzo de 2021, se registró un salto del 23% en el uso de transporte publico según datos del sistema SUBE. La tasa de contagio en el AMBA entre el 21 de marzo y el 18 de abril de 2021, paso de representar 100 casos por día cada 100.000 hab. a 621 casos diarios de COVID-19 cada 100.000 hab. Es decir que 2 semanas más tarde del incremento en el uso del transporte, ya se puede observar un incremento exponencial de la circulación del virus.

Ante este preocupante panorama sanitario el gobierno decreta hacia fines de marzo un retorno al trabajo remoto del sector público y hacia mediados de abril, el retorno a la virtualidad escolar y el cierre del comercio entre las 20 y las 6 en el AMBA, con el fin de aplanar la curva de contagios.

Para morigerar los efectos en la economía de estas decisiones, el gobierno nacional definió una ayuda de $15.000 a las familias beneficiarias de AHU y a los adherentes a las categorías más bajas del monotributo. La medida alcanzará a 960 mil hogares a los que llegará el estado a ayudar a afrontar sus gastos diarios. Considerando un estimativo propio de Hogares en el AMBA basado en los datos del censo 2010 y la población proyectada por INDEC, esta política alcanzará al 18,4% de los hogares.

Observatorio de Políticas Políticas UNDAV

Si se deja de considerar las transferencias correspondientes al IFE, se observa que el impacto de los $15.000 entregados en abril 2021 para las familias del AMBA, representan un ingreso que supera por 21,1% a la actualización de las transferencias por inflación para un titular promedio (utilizando la métrica de que en promedio las familias de AUH tienen 1,77 hijos/as). Es decir, que el impacto real de estos $15.000 es de $13.190 por hogar.

Con el conjunto de las medidas que tomo el gobierno nacional en torno a la emergencia sanitaria una familia que percibe una AUH recibió más de $43 mil pesos de lo que hubiese recibido si sus ingresos actualizaban por inflación.

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El presupuesto de la ciudad demuestra cuales fueron las prioridades en los últimos 8 años: incrementar el pago de intereses y gastos de la Deuda y reducir el presupuesto en salud y educación.

Si se compara la inversión en el ámbito de la salud que realizó el Gobierno Nacional con el que realizó la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se observa una gran diferencia entre ambas jurisdicciones. Mientras que el gobierno nacional incrementó su presupuesto en salud entre el 2019 y el 2020 en un 98%, la CABA lo aumentó solo en un 53%, apenas por encima de la inflación. Teniendo en cuenta que los 31 hospitales que dependen de la CABA solo aumentaron en promedio un 39% se concluye que hubo un ajuste en los hospitales de la CABA en un año de pandemia dado que aumentaron por debajo de la inflación

En 2013 la inversión en salud sobre el total ejecutado del presupuesto representó un 20,6% mientras que, en el 2020 ese total fue del 16,8%. Es decir, que en un año de pandemia en el cual la salud fue uno de los conceptos en los cuales más debió invertirse para enfrentar la pandemia, el Gobierno de la Ciudad destinó proporcionalmente 3,8 puntos porcentuales menos que en 2013.

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A partir de la decisión del regreso a la virtualidad de las clases en AMBA, el Gobierno de la Ciudad tomó la decisión de mantener la presencialidad en las aulas y solo acatar la restricción total de la circulación entre las 20hs y las 6hs. A raíz de esta decisión se desató el debate y se expresó la postura de cada sector político respecto a la esencialidad de la educación. Sin embargo, desde la lógica, ningún sector político se define en contra de la educación, dado que todos y todas buscan lo mejor para Argentina y hay consenso en que la educación es un factor importantísimo en el camino hacia un país con mayor inclusión social. El debate respecto a la esencialidad escolar no es el correcto, para encaminar un debate hacia la importancia de la escolaridad se debe observar la inversión y la preponderancia que tiene la educación en los presupuestos.

En este sentido, se observa que, en la Ciudad de Buenos Aires, entre 2013 y 2020 la inversión en Educación se redujo un 17,8% en términos reales.

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Fuente: Observatorio de Políticas Públicas UNDAV