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Vignola: «No garantizar la ESI favorece a los agresores»

¿Es posible identificar una situación de abuso en la niñez? Conversamos con Silvana Vignola, psicóloga y especialista en abuso sexual contra niñxs hace más de 15 años.

El pasado viernes 19 de noviembre se conmemoró el «Día Internacional de la Prevención del Abuso Sexual Infantil» . En ese marco, conversamos con la psicóloga Silvana Vignola, relatora de la Comisión de Salud Pública de la Cámara de Diputados de la Provincia; trabajadora en situaciones de abuso sexual contra niñes hace más de 15 años; e integrante de la «Red provincial por los Derechos de la Niñez». 

Silvana nos cuenta que la red nace como un espacio de resistencia durante el gobierno de Vidal. Sobre todo a raíz de los ajustes que empezaron a implementar en distintas áreas, incluida la niñez.

«Lo conformamos compañeros, compañeras, representantes del área de niñez de más de 30 municipios de la provincia Buenos Aires» explica. «Cuando Vidal dejó de gobernar y recuperamos el gobierno en la provincia el espacio se transformó. Actualmente es un espacio pro positivo de políticas públicas reales para garantizar el ejercicio efectivo de Derechos de las Niñas y la adolescencia», detalla.

Respecto al trabajo con abusos, Silvana desde el 2010 hasta el 2018 formó parte del equipo de niñez y adolescencia del Municipio de La Matanza. Del 2010 al 2013 coordinó una sede dentro del programa «Envión». Desde el 2003 hasta el 2018 coordinó el «Programa de Prevención y Atención del Abuso Sexual contra las Infancias».


Abuso Sexual Infantil

Sabemos que para accionar rápidamente frente a una situación de ASI hay que estar atentos a pequeños indicadores.

 ¿Cómo detectar un abuso?

«Con respecto a si los abusos son detectables o no, sí son detectables. Hay indicadores, signos que podemos en cuenta para para empezar activar alguna alerta sobre si ese niño-niña-niñe está siendo víctima de violencia sexual«, sostiene.

Silvana nos explica que para reconocer alertas hay que tener en cuenta que la etapa evolutiva. No es lo mismo un niño o niña de 0 a 5 que en la primaria o un adolescente.

No hay un indicador que por sí solo cuente algo, salvo por un relato o algún indicador físico (ITS o embarazo en niñas y adolescentes). De todas maneras hay ciertas actitudes o signos que pueden manifestarse.

Indicadores y signos que alertan en infancias

Muchos indicadores que aparecen con frecuencia son:

  • Enuresis: cuando ya el niño o la niña tiene control de esfínteres  y vive un retroceso donde se empieza a hacer pis.
  • Encopresis: cuando el niño o la niña se empieza a hacer caca encima.
  • Pesadillas, terrores nocturnos.
  • Cambios significativos en estados de ánimo, por ejemplo, una niña que era muy alegre y pasa a estar introvertida o irritable.
  • Indicadores en la producciones gráficas, en el juego de los niños y también en el juego, cuando aparecen
    algunas conductas o algunas escenas que que arman que reproducen en alguna escena que remite a la sexualidad adulta.

Además, nos explica que hay que saber distinguir niñeces que estén explorando su sexualidad, de niños/as que estén jugando al papá/mamá y llevan ese juego al movimiento de coito. O alguna mención que dé a entender que estén hablando del semen, por el olor o el color.

Indicadores y signos que alertan en infancias 

  • Conductas autolesivas
  • Trastornos de la alimentación.
  • Fugas del hogar
  • Pequeños robos
  • Mentiras, que a su vez esto es muy difícil de la adolescencia, porque la adolescencia tiene sus características. A veces el relato como por ahí habrán escuchado a veces llega de manera tardía porque a veces en la familia hay un mandato de guardar silencio.

A veces la revelación suele ser tardía y asociada a alguna cuestión que pueda surgir en la familia de cualquier adolescente, que puede llegar a ser algún permiso para hacer alguna actividad o salida. Ante el enojo de una discusión en torno a este tema puede surgir el relato y allí se le resta credibilidad. Más todavía si es adolescente viene presentando este tipo de indicadores o conductas esperables o significativas como siempre elegante.

«Las familias lo terminan etiquetando problemático ante toda esa situación y el relato se desestima», asegura Vignola. «Se desestima por los mecanismos de negación que operan en las familias. Pero estos mecanismos son los mismos mecanismos que operan también en las instituciones, la institución policial y judicial; la institución escolar; la institución de salud y en la comunidad», explica.

A su vez, Silvana sostiene que «si todavía existe algún mandado insiste y persiste que los niños mienten o repiten lo que alguna mamá le puedes llegar a decir; si seguimos sosteniendo esas creencias los niños se van a seguir silenciando. Por ende las develaciones se van a ir desestimando y reproduciendo».


El mito que cree que los niños/as mienten o están influenciados por sus familiares

Cuando hablo de mecanismos que no están instalados en la sociedad, me refiero a las secuelas que todavía dejó lo que se llamó síndrome de alineación parental (SAP).

Este mal llamado síndrome, fue un intento de marco teórico que elaboró un pedófilo confeso conocido como Richard Gardner. Finalmente hace varios años fue desacreditado por la Comunidad Científica Internacional, pero en Argentina de la mano del juez Cardenas tomó mucha fuerza en el sistema judicial.

Un sistema judicial que aún conserva una impronta patriarcal y machista claro que acepta este falso síndrome y causó estragos pero aún persisten.

Básicamente lo que proponía era que los niños/as eran inducidos en sus relatos a decir, en la mayoría de los casos, que el progenitor o algún familiar del progenitor los había abusado sexualmente, y detrás de todo eso, había una mujer que estaba desquiciada por algún tipo de problema vincular entre adultos.

Si bien ya se radicó y está prohibido por distintos colegios de profesionales enunciarlo en sus sentencias o tenerlo presente al momento resolver algún régimen de comunicación o inclusive una citación de una denuncia de abuso, sigue vigente. Cambió las formas pero sigue impactando en la familias, en los chicos/as y en las comunidades.

Los chicos pueden mentir y ocultar una nota de la escuela

Cualquier persona que ha trabajado o acompañado alguna situación donde se debeló un abuso contra un niño/a o adolescente, sabe que genera es como un tsunami que cae sobre esa familia y genera un caudal importante de culpa en ese niño o niña que pudo hablar.

Genera culpa porque ve a la mamá o el adulto que está cargo, peregrinando de una institución a otra digo, ni que hablar si el agresor que está denunciado es que provee el sostén económico en la familia.

Es muy difícil que un niño o una niña terminé elaborando una mentira de esas características con el costo altísimo que tiene.


Los mal llamados «intentos de abusos»

Lamentablemente aún se sigue hablando de «intentos de abuso» cuando se refieren en una situación que claramente es una es un abuso calificado hasta por el Código Penal.

Estos mal llamados «intentos de abuso» pueden ser exponer a un niño una niña a ver pornografía infantil, usar a los niños para pornografía infantil, exhibirse, masturbarse delante un niño, a masturbar a un niño, manoseos, practicar o pedir que practiquen sexo oral, etc. 

Hay un montón de formas de abuso que no dejan ningún indicador físico (ETS, ITS, embazado infantil o desgarro en genitales). «Yo me he cansado de recibir denuncias donde se hablaban de intentos de abuso porque el papá o el abuelo había manoseado a una niña en su zona genital o en sus pechos y no entendían que era un abuso», sostiene la profesional.

«A veces no se enuncian situaciones que son claramente situaciones de abuso, muchas veces por resistencia, otras porque hay confusión y ya sea la institución escolar; la institución de salud; la familia del barrio; la comunidad un familiar o conocido de ese niño o niña supone que tiene que tener pruebas fehacientes de que el abuso ocurrió, entonces muchas veces no de denuncian cuando en realidad la sospecha ya es suficiente para denunciar», detalla.

Y agrega: «Quién se tiene que encargar de demostrar si ese abuso ocurrió ocurrió después este sistema judicial. A veces no se denuncian esas situaciones y se denuncian situaciones que involucran a niños o niñas. Algunos le dicen abuso entre pares conductas sexuales inapropiadas».

Abuso sexual entre pares o conductas inapropiadas

Silvana relata de manera anecdótica diversas situaciones que tuvo que atravesar, entre ellas recibió una denuncia de jardín.

Una mamá denunció que otro nene de jardín le pidió que se baje el calzoncillo, o lo toco en la zona genital y demás. En otra situación, adultos denunciaron a un niño de 8 años por haberle pedido a otro niño del
barrio que le practique sexo oral. Tiene que haber una alerta clara, ¿Cómo nenes tan chiquitos conocen esa práctica?

No solamente se lo denunció, sino que fue la policía, a la casa. Buscó testigos en el barrio para ver si había vecinos que hayan visto a los nenes teniendo esa práctica. Al nene lo hicieron firmar un acta donde detallaba que tenia una denuncia en su contra, pero a la vez, en un apartado, le comunicaban todos los derechos del niño.

Entonces con los abusos entre pares, hay que saber leer, hay que saber identificar, saber qué pasó hay que saber distinguir. Si se trata de una cuestión más exploratoria y determinable en distintas etapas evolutivas sobre todo en la primera infancia, de lo que puede ser encontrarlos con alguna adolescente que pueda tener alguna conducta de abuso de poder que involucre también la violencia sexual. Hay que trabajar tanto con el niño/niña que recibió esa violencia, como con ese adolescente que la ejerció.

«Configure o no configure delito, amerita intervención urgente tanto con el niño/niña que recibió la agresión sexual como con el adolescente»

Respecto a los adolescentes involucrados, en primer lugar el adolescente tiene derechos. Hasta los 18 años hay que garantizar los derechos de niños niñas y adolescentes que los tenemos incorporado y tiene rasgo constitucional incorporas a nuestra normativa.

En segundo lugar, porque es la oportunidad de trabajar y hacernos cargo de lo que le pasó a ese adolescente para que no quede fijado en esa conducta y que no la vuelvo a repetir más adelante.

Y respecto al abuso entre pares que involucre a niños de misma edad o un niño/a y un adolescente hay que tener mucho cuidado, porque ha pasado que se genere alguna cuestión muy violenta. Ya sea en la escuela o en barrios con «escraches» o con conductas muy salvajes de la comunidad.

Cuando hablo de salvajes, me refiero al hecho de, por ejemplo, prender fuego una casa. En un caso me tocó intervenir cuando el hecho ya había ocurrido. Tras el incendio, el familiar que había sido víctima de la agresión después se quiso suicidar por la culpa. Y se quiso suicidar porque la mamá fue una de las que generó esa respuesta y quedó detenida.


La importancia de una efectiva aplicación de ESI

La ESI es una herramienta fundamental para la prevención para la detección temprana. La escuela es un ámbito privilegiado para identificar cualquier tipo de situación de violencia de la que sea victima un niño/a adolescente y la ESI propone para cada nivel distintas herramientas. Lamentablemente, pese a que tenemos una ley, sigue habiendo resistencia no solo de las familias, sino también de algunas instituciones educativas en proponer y garantizar los contenidos. No alcanza con hacer una una jornada en la semana de la ESI para sacar todo el provecho que propone la herramienta.


«Con mis hijos no te metas»

Con respecto a los padres que están bajo la campaña «Con mis hijos no te metas», no solo estoy totalmente en desacuerdo con lo que proponen, aparte de que lo hacen desde una mirada adultocentrista, como si los hijos fueran propiedades o cosas que les pertenecen, es violatorio de los derechos que tienen los chicos y las chicas.  No garantizar la implementación de la ESI a los únicos que favorece es a los agresores. Me parece que hay mucho por hacer para garantizar que efectivamente se implemente.

Ese tipo de campañas de grupos antiderechos muchas veces están sostenidas por medios hegemonías que también están en contra. Tenemos la ley de ESI; la Ley de Protección de los derechos de los niños y niñas; tenemos ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE); Ley Micaela; pero la realidad es que las prácticas siguen siendo tutelares, siguen estando atravesadas por miradas adultocentristas. 

El artículo 12 de la Convención de los Derechos del Niño garantiza el derecho de los niños y las niñas a ser oídos y escuchados. Sin embargo hace años el Comité de Derechos del Niño u otros organismos siguen sin darle relevancia.

Es necesario avanzar mucho en que todos los actores que conforman el sistema de protección: salud, educación, justicia, seguridad, niñez, organizaciones de la sociedad civil, la comunidad, la familia, que todos todas y todes tengamos distintas instancias reflexión y de formación.

Hay que rever y fortalecer las perspectivas, las miradas con atravesamientos de perspectiva de niñes, de derechos humanos, con perspectiva de género.

Es fundamental garantizar la implementación de la ESI y que los contenidos sean obligatorios. Que no quede sujeto a la impronta que tenga cada una de las escuelas al momento de proponer trabajar los contenidos. Si no avanzamos en eso, vamos a seguir silenciando a los niños/as y después nos lamentemos ante alguna noticia con repercusión mediática.

Si el sistema judicial no incorpora estas perspectivas y continúa aplicando, al momento de evaluar, una lógica machista, si sigue suponiendo que el niño la niña miente, que está siendo inducido por la madre o le sigue pareciendo que un abuso sexual sin acceso carnal no es tan grave, si se sigue revictimizando a ese niño o niña que tiene que ir a la justicia porque se lo entrevista millones de veces… Si seguimos así y no avanzamos en optimizar la articulación entre los actores que conforman el sistema de protección, si no mejoramos la articulación-los abordajes, si no incorporamos a la agendas de los municipios la violencia sexual contra las infancias, vamos a seguir manteniendo las estadísticas que tenemos.

Una de cada cuatro nenas y uno de cada ocho varones son victimas de abuso


¿Cómo denunciar un abuso de forma anónima?

Es importante recordar que existen los números 102 y la línea 137 como líneas dónde se puede llamar, donde se puede hacer una denuncia anónima.

Muchas veces hay alguna situación en la familia que no se comunica porque se le tiene temor a alguna respuesta del adulto que está involucrado en esa situación y postergan la denuncia. Si llaman a cualquiera de las líneas, no es necesario identificarse o dar datos personales para que se pueda iniciar una intervención para resguardar a ese niño o niña  que está siendo violentado.

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