14 de febrero | Hablemos sobre monogamia, amor libre y poliamor
En el marco del festejo de San Valentín, conversamos con Deb Barreiro, activista de vínculos libres y diversos. En diálogo con El Numeral reflexiona sobre lo que la sociedad espera para nuestros vínculos.
El día de los enamorados es una fecha imposible de ignorar. Las panaderías exhiben chocolates en cantidad y tazas con corazones por doquier. Los semáforos se llenan de vendedores de jazmines y rosas. La entradas para el cine se agotan velozmente y las reservas a los restaurantes también. Los hoteles triplican su valor, la demanda de Uber alcanza las nubes y los medios de comunicación hablamos sobre algo que muy poco entendemos: el amor.
Podemos decidir si festejar este día o no, pero nadie puede escapar a replantearse al menos tres segundos donde esta parado en esta semana donde el mundo te quiere tatuar corazones en la frente.
En este marco, desde El Numeral, conversamos con Deb Barreiro, coach de Relaciones y Técnicx en Recreación.
Le gustan los números pares, el té y el activismo de los vínculos libres y diversos. Acompaña tanto a individuos, como parejas para que encuentren lo que buscan en sus relaciones, de manera más sencilla de la que elle aprendió: a los golpes.
Con más de 10 años poniendo en práctica el poliamor y el amor libre, nos ayudará a entender, ¿Por qué es tan difícil cuestionarnos la monogamia y corrernos de la mononorma? ¿Si quiero tener una relación abierta, por dónde empiezo? ¿Y si lo intento pero no me sale? ¿Qué relaciones deseo?
¿Por qué suele ser difícil cuestionarnos la monogamia?
Deb: En principio me gustaría saber: ¿A quiénes les cuesta, para qué y qué hace que eso cueste? Un poco entendiendo qué es esa búsqueda. Tendría que poder ponerme en el lugar de esas personas y así elaborar una hipótesis.
Si alguien no desarrolla su pensamiento critico, no se va a cuestionar ningún aspecto de su vida y va a seguir así como es. Va más allá de la monogamia, de la vida hegemónica que pueda llegar a tener, la política, cualquier tema. La cuestión acá es si se tiene desarrollado o no desarrollado el pensamiento critico, la capacidad de cuestionarse y criticarse.
Incluso, cuando tenés algo tan elaborado y desarrollado como me pasa a mi, que sostengo que el poliamor es la manera que elijo y la monogamia no, me lo sigo cuestionando. En algún momento puede que no quiera estar con nadie y me lo voy a seguir cuestionando.
Mononorma
Deb: La monogamia, mejor dicho la «mononorma», es impuesta socialmente por la construcción cultural hegemónica. La gente en general es lo que conoce y la compra como idea segura de felicidad.
La monogamia se puede elegir, siempre y cuando te la cuestiones antes. Si te preguntas si tendrías la capacidad de amar o relacionarte sexo-efectivamente con más de una persona y tu respuesta es que no podes ni queres, listo.
Casi todo lo que podemos consumir culturalmente es que las personas se suben a una escalera mecánica de las relaciones. Primera cita, algunas más o menos; comenzar a salir; presentar a la familias; noviazgo; vacaciones compartidas; casamiento; convivencia, mascotas, auto… Hijes.
Eso es lo que se espera de las personas al respecto de sus relaciones románticas. Y si bien en este siglo no está tan mal visto que no te cases, que no tengas hijes y/o que vivan en casas separadas, aún hay cosas que siguen pesando en lo que se espera:
- Exclusividad afectiva, aunque tu deseo pueda ser otro.
- Fidelidad sexual, aunque tu deseo pueda ser otro.
- Compartir proyectos, aunque sueñes con algo que tu pareja no quiera y tengas que sacrificar eso «por amor».
Parece ser más sencillo seguir el mandato que cuestionarlo. En lo que llevo acompañando a las personas a aprender cómo quieren relacionarse, veo lo maravilloso que resulta que se cuestionen lo aprendido para aprender algo nuevo que les resulte más gratificante en sus vidas: monogamia elegida, poliamor, relación abierta o lo que sea.
Amor romántico ¿Qué hacemos con las flores y San Valentín?
Deb: Es importante destacar que desde el amor libre se cuestiona mucho el «amor romántico», no el romanticismo. La reproducción de patrones de conducta y la afirmación de ciertos mitos que como decía, reproducen la cultura hegemónica y a la que se propone cuestionar. «La media naranja», «el amor todo lo puede», «sos mi todo», «el amor es omnipotente», etc.
Podemos hacer actos románticos sin creer en cuentos de hadas, sin poseer. Que sean actos de expresión de amor, como regalar algo dulce, dedicar una canción o invitar a un paseo.
El problema no son las flores, sino que eso le genere a la mujer el trabajo de buscar el jarrón, desarmar el ramo, poner el agua y encontrar en que parte de la casa va a dejar ese regalo.
En cuanto a la fidelidad es algo fundamental como valor, ahora no se trata de «exclusividad sexual», se trata de ser coherentes con los acuerdos. Respetar lo que se decido compartir o no, tengas la relación que tengas. Las personas no-monogamicas (con ética) no son infieles mientras respeten las decisiones que toman con sus vínculos.
Teoría vs Práctica
Deb: ¿Quién tiene la teoría y de qué teorías hablamos? Hay infinitas lecturas como puntos de vista que varían según el medio donde lo estamos consumiendo. En lo personal aprendí más de la experiencia y la práctica que de la teoría. Recién hace algunos años empecé a traer la teoría y empecé a leer. Incluso, tengo libros muy importantes sobre la no monogamia y el poliamor que no leí. Creo que lo más valioso que puedo transmitir es la practica y experiencia.
La realidad es que la práctica cuesta. Lleva años cambiar nuestros hábitos y nuestros patrones de conducta. Yo creo que se trata de eso, de ponerse con esa disciplina.
Todo bien con las ideas, teorías, analizar y pensar lo que creemos, pero organicemos y busquemos maneras de generar un hábito nuevo, un nuevo paradigma en la práctica, que requieren un proceso. Y esos procesos son los que acompaño.
Muches consultantes vienen con: «Que bueno es el amor libre, leí este libro pero no me sé comunicar. No me entiende mi compañere, o no encuentro con quien conectar que quiera relacionarse de la manera que yo quiero». Bueno hay que empezar a generar conductas diferentes y ponerle atención a esa necesidad. Hay que trabajar para que eso cambie, no va a ser de la noche a la mañana.
Muchas veces ese ideal está muy lejos de la realidad
Deb: Puede que también nos ilusionemos con ese ideal y con lo que queremos de alguna manera. Pero cuando nos detenemos para ver que es lo que nos pasa y lo que realmente queremos hacer, ese ideal esta muy lejos de la realidad. Ese ideal no es aplicable a lo que realmente mis acciones y mis intereses demuestran.
Por eso la búsquedas es acortar la brecha y ver hacia dónde queremos ir, ya sea poliamor, anarquía relacional, amor libre, monogamia o lo que sea.
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Quiero abrir el vínculo ¿Qué hago?
Deb: Para mi, los acuerdo son lo más importante para lograr relaciones saludables. Hay muchísimos y una diversidad impresionante de temas en los que puede resultar valioso hacer acuerdos.
Algunos temas veo que son comunes de las relaciones, sobre todo en esta búsqueda de libertad y cuidado mutuo. ¿Te cuento o no te cuento cuando alguien me gusta? ¿Tenemos una relación abierta o cerrada? ¿Salimos con gente del entorno compartido o no?
Es importante que los acuerdos sean consensuados, no impuestos. Hay contratos, estructuras relacionales que implican ciertos acuerdos. Ejemplos: la exclusividad sexual es parte de la monogamia y el poder de veto podría ser un acuerdo de las relaciones de poliamor jerárquico. Sin embargo, también existen formas de fluir en las relaciones sin pre establecer acuerdos rígidos.
¿Y si intento y no me sale?
Deb: Intentar y volver a intentar algo diferente. Cuando buscamos hacer un cambio puede que tengamos un momento de eureka y repentinamente lo logremos, o puede que lleve un tiempo consolidar.
En lo que más acompaño a las personas es en modificar sus acciones. Buscan ser una mejor versión, en donde poder comunicar sus emociones, pedir lo que necesitan, establecer limites o dedicarse tiempo a ellas mismas (amor propio). hay aprendizajes más profundos: como ver de que manera son más felices, tener tranquilidad, encontrar cuáles son sus prioridades o encontrar cual es la conformación relacional que les hace sentido.
Es común que una semana se comprometan a hacer algo y no lo logren. A la siguiente sesión pregunto ‘¿Para que no lo hiciste?’ Encontrar los ‘para qué hacemos o dejamos de hacer’ ayuda a encontrar que es lo que realmente se quiere o se necesita. Entonces, ¿Qué hago? Buscar que podes hacer diferente que si cubra tus necesidades, que sea coherente con tus valores, relevante, medible y alcanzable.
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