Es Tuyo, del Barrio, de Todes

El Salvador exhibió su política represiva con imágenes impactantes de la nueva megacárcel

Miles de detenidos fueron trasladados el viernes a la nueva megaprisión de El Salvador. Defensores de derechos humanos denuncian hacinamiento y detenciones arbitrarias masivas, inclusive de menores

Lo que parece una nueva serie de Netflix es una megacárcel construida en tiempo récord para alojar a “los violentos grupos de delicuentes” de El Salvador.

Ubicada en un valle rural a las afueras de la ciudad de Tecoluca, unos 74 kilómetros al sudeste de San Salvador, el Centro de Confinamiento del Terrorismo fue presentado por el presidente Nayib Bukele como muestra de su agresiva política contra las pandillas.

En la filmación que recorre el mundo se observan innumerables filas de detenidos rapados, desnudos, tatuados, caminado en cuclillas y luego apilados uno al lado del otro como en un campo de concentración.

“Esta será su nueva casa, donde vivirán por décadas, mezclados, sin poder hacerle más daño a la población”, señaló Bukele al presentar el traslado de los primeros 2.000 hombres hacia una cárcel con capacidad para albergar a unas 40.000 personas.

Aunque la mayor parte de la población, punitivista, claro, defiende al carismático presidente, para expertos y organismos de DDHH la estrategia no es más que un peligroso parche a corto plazo.

La capacidad de generar más cárceles nunca va a ser una respuesta integral a la situación de violencia. Estos centros se plantean como centros de castigo y no necesariamente como centros de rehabilitación y reinserción de las personas que han cometido delitos. Esto puede llevar a graves violaciones a los derechos humanos”, sostuvo Verónica Reyna, directora de Derechos Humanos del Servicio Social Pasionista, en diálogo con Página 12.

“Esto puede llevar a graves violaciones a los derechos humanos”

VERÓNICA REYNA, DIRECTORA DE DDHH DEL SERVICIO SOCIAL PASIONISTA

Cómo es la cárcel de El Salvador

Nombrada como la cárcel más grande de América, su estructura fue construida para gran parte de los 64.000 pandilleros detenidos hasta el momento bajo el régimen de excepción decretado por Bukele en respuesta a una escalada de violencia que se cobró la vida de 87 personas entre el 25 y el 27 de marzo.

El presidente inauguró el centro carcelario a finales de enero y el ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez aseguró que se construyó la cárcel más grande de toda América y que “sería imposible que salga un reo” del recinto que ocupa 23 hectáreas.

Los ocho pabellones que componen el edificio tienen una capacidad para 2.500 internos cada uno y en cada una de sus celdas se alojarán más de cien detenidos.

Además en cada pabellón existen las “celdas de castigo”, oscuras y sin ventanas, que serán utilizadas con los detenidos de mala conducta.

“No se han construido patios, áreas de recreación, ni espacios conyugales por lo que los pandilleros solo saldrán de la celda cuando vayan a una sala para su proceso judicial virtual” aclararon las autoridades.

La construcción de esta megacárcel se dio entre críticas de la oposición que señaló falta de transparencia, principalmente por la aprobación en la Asamblea Legislativa de una ley que permitía saltearse los controles acostumbrados en las obras estatales.

Los comentarios están cerrados.