Es Tuyo, del Barrio, de Todes

1 de cada 4 argentinos dejó de consumir un tipo de alimento por el etiquetado frontal

A un año de su sanción, gran parte de la sociedad considera que la Ley de Etiquetado Frontal las ayudará a “conocer mejor lo que comemos”. Además, piensan que esto obligará a las empresas a fabricar y vender alimentos más sanos.

Tras el vencimiento de los plazos para la implementación de la Ley de Etiquetado Frontal, las góndolas de los supermercados comienzan, progresivamente, a poblarse de productos cuyos envases ostentas varias etiquetas negras con advertencias sobre lo poco saludable de su contenido.

Ante esta novedad, un reciente estudio de consumo indagó acerca de cuáles son las primeras reacciones de los consumidores frente a la proliferación de sellos.

Al respecto, Sofía Ruano, ingeniera industrial especializada en consultoría de marketing y autora de la investigación, sostuvo que seis de cada diez consumidores (59%) notó la presencia de sellos en algún alimento que compre habitualmente.

Pero lo más interesante es que la presencia de las etiquetas negras parece comenzar a influir en las decisiones de compras y en la elección del producto.

“En nuestro trabajo de campo, el 24% de los encuestados afirmó haber abandonado alguna categoría de alimentos debido a la presencia de sellos. Este número es uniforme a lo largo y ancho de la pirámide social”, agregó.

Sin embargo, aclaró que por lo general las personas tienden a responder lo políticamente correcto ante este tipo de encuestas, por lo que los resultados pueden verse alterados por una cierta moral.

Frente a la pregunta ¿Qué categoría de alimentos dejaste de consumir debido a la presencia de etiquetado? Los entrevistados respondieron:

  • Panificados (16%)
  • Galletitas dulces (16%)
  • Lácteos (10%)
  • Quesos (6%)
  • Productos congelados (6%)

Inversamente, las categorías menos abandonadas, pese a los avisos sobre su poca salubridad fueron “pastas, arroz, legumbres” y sobre todo “aderezos y salsas”.

¿Qué ocurre entre los consumidores más jóvenes?

Según la especialista, los consumidores más jóvenes son menos propensos a abandonar un producto por sus sellos y el principal decisor de compra sigue siendo el precio.

El relevamiento demuestra que los jóvenes tienen tendencia hacia la salubridad y el consumo responsable, pero también sufren fuerte la limitación económica. Por otro lado, a esto se le suma una tendencia a la indulgencia y al placer accesible, dado que hay restricciones de acceso al consumo de bienes durables de alto monto. Todo indica que en los estratos económicos altos se elegirá la opción con menos sellos. Pero si el dinero no alcanza, se elegirá el producto económico.

¿Las etiquetas sirven o no sirven?

Según un informe publicado por la Organización Panamericana de la Salud, existe evidencia que indica que el sistema de sellos permite captar la atención en poco tiempo, lo que es útil ya que se ha observado que los consumidores toman una decisión de compra de alimentos en menos de cinco segundos. Además, no requiere de un esfuerzo cognitivo que exija conocer sobre nutrición ni hacer cálculos.

La OPS sostiene que en los países que lo aplican desde hace años, como es el caso de Chilelas advertencias octogonales han tenido buenos resultados ya que las personas redujeron el consumo de productos con exceso de nutrientes críticos y prefirieron los que no tenían sellos, lo que implicó un beneficio para su salud. Además, las empresas comenzaron a reformular sus productos para evitar ser destinatarias de sellos.

 

 

Con información de Perfil

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