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Canosa y Di Marco | El living de la irresponsabilidad comunicacional

Los límites son difusos y la violencia se apodera de diarios y pantallas. Cada día que pasa, el odio, la misoginia, el hostigamiento se profundizan y el debate se torna banal y aburrido.

El fin de semana Santo no tuvo nada de Santo para la periodista Viviana Canosa, protagonista de muchas polémicas e irresponsabilidades mediáticas. Esta vez, el papelón no fue solo suyo, la acompañó Laura Di Marco. ¿Su obsesión? Otra vez, Cristina Fernández de Kirchner. Con intenciones de doler y hacer del morbo un espectáculo, apuntaron a la salud física y mental de Florencia, su hija.

Todo ocurrió en el programa que conduce Canosa en el canal LN+. Mientras mostraban imágenes de la hija de la Vicepresidenta, Di Marco comenzó a opinar sobre su cuerpo y su salud. Además de afirmar «me da mucha pena Florencia», aseguró que su cuerpo se debía a un supuesto trastorno alimenticio. El análisis y «la investigación» fueron hecho a partir de su perfil de Instagram. Y, por supuesto, apuntó a Cristina, responsabilizándola por una enfermedad que, según la periodista, atraviesa Florencia.

«Quienes estudian la enfermedad de la anorexia, es falta de madre, es falta de nutrición materna», agregó la periodista. «¿Quién es Cristina? Es una mujer muy resentida, que no curó su resentimiento» continuó Di Marco con total liviandad.
Recortes de los dichos de las periodistas se viralizaron en redes sociales y rápidamente se leyeron mensajes de repudio. Incluso, desde la Defensoría del Público elaboran un informe para determinar si en el programa de Canosa se incurrió en pautas de «discriminación», «odio» y «violencia política contra la mujer». De ser afirmativo, la señal podría sufrir una sanción económica.

Cruces, justificaciones absurdas y rechazo

Las discusiones escalaron. Laura Di Marco fue cuestionada duramente por «brindar diagnósticos» sin ser profesional de la salud. Sobre esto apuntó Romina Manguel, quién preguntó sobre la necesidad de tener matrícula y exhibirla para hablar en los medios sobre salud. «Vale sentarnos a decir pelotudeces que además de infundadas y delirantes confunden sobre temas sensibles?», añadió.

Ante este cuestionamiento, Di Marco intentó defenderse. «La información sobre la enfermedad de Florencia es pública, visible y lamentable. No tenés idea lo que sé o no sé del tema. Soy periodista, investigo. Lo que dí fue una información (no 1 estigmatización), q vos también conoces. Pena q te pliegues a una vil opereta K», respondió en Twitter.

También justificó su «investigación» con una serie de Netflix. «Cdo dirigís un país, aceptas q tu vida y la de tu flia queda sometida al escrutinio público», afirmó. Sin embargo, el ensañamiento siempre es para el mismo lado…

Sin autocrítica y asegurando que es víctima de una operación, el delirio fue en aumento. El verdadero problema no es estar de acuerdo o no con lo que dice, sino irrumpir en la vida de una persona con un diagnóstico que, de ser así, es expuesta socialmente. Para acompañar y cuidar la salud de una persona, exponerla nunca es el camino.

Por su parte, y en diálogo con la agencia de noticias Télam, el investigador del Conicet, Martín Becerra, afirmó que «el discurso odiante, agraviante y ofensivo» que se difundió el pasado jueves, «presenta todos los elementos como para que sea motivo de una demanda (civil) por el derecho al honor y la privacidad». «La cuestión de la salud remite a un tema muy como sensible como, eventualmente, una enfermedad», añadió.

Además, Becerra explicó que «muy probablemente haya elementos para que la emisora y también los responsables de la producción de ese programa sean solidarios o partícipes de la responsabilidad, porque hay responsabilidades ulteriores en los agravios, la violación del derecho al honor, la intimidad, el buen nombre, la reputación y la privacidad».

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