Las estrellas destacan «los valores que transmitió el equipo de fútbol como la unidad, el esfuerzo, el trabajo y la valentía», y no «la coronación por sí sola».

El manto que viste a la Virgen de Luján es de celeste y blanco, con bordados de hilos dorados. Los nuevos detalles los confeccionaron «servidoras con una profunda devoción» ya que la Virgen «las moviliza a entregar parte de su tiempo al servicio de la gente misma. Es una ofrenda por el tiempo que uno ofrece y un gesto de amor, por lo que significa».

Lo curioso de este hecho es que la iglesia católica decidió reconocer la obtención del campeonato del mundo por el impacto social y cultural que implicó. Pero… No sólo significa eso. Las tres estrellas también representan tres personalidades importantes en la historia de Luján. Uno es el «Negro» Manuel, protector de la Vírgen; otro es el padre Jorge María Salvaire, constructor de la Basílica; y el cardenal Eduardo Francisco Pironio.

¿Por qué el 8 de mayo?