Ecuador y su guerra contra el narcotráfico
El país sudamericano fue noticia tras el asalto de un canal de televisión, una universidad y varias cárceles por bandas delictivas asociadas a las drogas. Su dolarización, altos índices de pobreza y poco control estatal llevaron a una situación incontrolable.
El periodista José Luis Calderón estaba al aire como todos los días en la pantalla de TC Televisión, un canal abierto que pertenece al estado ecuatoriano. Sin embargo, la transmisión habitual se vio interrumpida por el asalto de 14 personas que decidieron tomar el edificio.
Armados con fusiles y granadas, los delincuentes amenazaron a empleados del canal y dijeron ante las cámaras que lo hacían “para que sepa que no se deben jugar con las mafias”. Finalmente los hombres fueron detenidos, pero dejaron ante el mundo la verdadera imagen de Ecuador y su violencia creciente.
Ese asalto, junto a la toma de una universidad y varios penales, dejaron en evidencia una gran conflictividad social, con sectores empobrecidos y bandas internacionales actuando por fuera de la ley.
La dolarización como bandera
Junto a El Salvador y Panamá, el país andino tiene una economía sin moneda propia y utiliza el dólar estadounidense como billete para todas sus transacciones. La medida fue tomada en el 2000 tras muchos años de crisis económicas que incluían altos índices de inflación e inestabilidad cambiaria.
Sin embargo, a pesar de haber controlado esos factores, la pobreza nunca dejó de estar presente en su economía. Hoy en día, un 23% de los ecuatorianos no llega a tener sus necesidades básicas satisfechas, lo que crece aún más entre los jóvenes, alcanzando un 34%. Si se sale de los centros urbanos, los índices son mayores: un 70% de los habitantes rurales no puede obtener el sustento para llegar a fin de mes. En los 23 años de vigencia de la paridad con la moneda estadounidense, Ecuador logró sostener los números macroeconómicos en cierto nivel, pero no pudo mejorar la vida de sus ciudadanos. Sólo durante los mandatos de Rafael Correa (2007-2017), y con los capitales petroleros, hubo una mejoría que desapareció cuando bajaron los precios internacionales del barril de crudo.
Lenin, Lasso y el giro a la derecha
En 2017 asumió la presidencia del país un hombre del correísmo, Lenin Moreno, en lo que parecía una continuidad del modelo desarrollista. No obstante, a las pocas semanas de mandato, Moreno comenzó a dar un giro económico y social. Tomó medidas de corte neoliberal y los niveles de pobreza volvieron a subir.
Sus decisiones llevaron también a que el Estado comenzara a retirarse del control del país, tanto en materia de seguridad como en el ámbito social. Su reemplazante, Guillermo Lasso, también siguió en la misma senda.
La macroeconomía mejoró pero los ecuatorianos comenzaron a sufrir el avance de la delincuencia y el narcotráfico. La cocaína de Colombia y Perú empezó a ingresar de manera más frecuente al país, ayudada por una economía dolarizada, grandes sectores empobrecidos y sin trabajo formal y un sistema bancario demasiado informal.
Las bandas narcos al acecho
De acuerdo a la organización internacional Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional (GI-TOC), Ecuador supera la media global de criminalidad y tiene dentro de sus fronteras a varias bandas delictivas internacionales de Colombia, México, Albania y China. En ese informe se da cuenta que el crimen organizado creció en los últimos años de una manera exponencial, sobre todo en lo que respecta al tráfico de drogas y armas.
Los datos de Ecuador muestran que desde el año 2020 la tasa de homicidios fue creciendo hasta llegar a límites que lo colocan entre los 10 países más violentos del mundo. En 2019 se registraban 7 asesinatos cada 100.000 habitantes, número que hoy en día se encuentra en 25 y se espera que crezca a 35 en los próximos meses.
Desde GI-TOC destacan también que las bandas lograron tomar el control de rutas, caminos y territorios enteros, además de doblegar al gobierno de Lasso en materia de dominio del sistema penitenciario. Justamente fue por una fuga que comenzó el derrotero que terminó ayer con Ecuador en las noticias de todo el mundo. El criminal más peligroso del país, “Fito” Macías Villamar se escapó el domingo de la cárcel de Guayaquil.
Las promesas presidenciales
Daniel Noboa es hijo del empresario más rico y poderoso del país, un hombre que vio crecer su fortuna gracias a la venta y exportación de bananas. En 2023 ganó sorpresivamente las elecciones luego de que Lasso disolviera el Parlamento y llamase a comicios para no terminar en un juicio político. Sólo será presidente por un año y medio, hasta que finalice el período actual en mayo de 2024.
En su campaña, el mandatario aseguró que en su gestión buscará reformar el sistema penitenciario, “con cárceles a lo Bukele”, capacitar y dotar de herramientas a las fuerzas policiales y modificar el sistema judicial. Una de sus primeras medidas fue también derogar una norma que determinaba la cantidad de droga que cada ciudadano podía transportar para su consumo, lo que generó una virtual prohibición de los estupefacientes.
Tras la fuga del criminal Fito Macías Villamar, Noboa había decretado el lunes el estado de excepción en todo el país que regiría por 60 días. Ayer, tras la creciente violencia, se declaró el estado de “conflicto armado interno” y se dispuso la movilización e intervención de todas las fuerzas del país, policiales y armadas.
Desde la oposición, Rafael Correa destacó su apoyo incondicional a las decisionestomadas por el Gobierno y pidió la intervención para sostener el estado de derecho. También lo hizo así la Asamblea Nacional de Ecuador, que con la firma de todos los partidos políticos decidió acompañar las medidas militares de Noboa.
Las imágenes que dieron vuelta al mundo seguramente legitimen las acciones del Gobierno, que deberá lidiar con la delincuencia pero también con un Estado que sigue ausente en casi todos los aspectos sociales.
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