Buenos Aires es la tercera provincia en prohibir el uso de pantallas en escuelas primarias
La iniciativa fue impulsada por el senador Emmanuel Santalla y la senadora Lorena Mandagarán y busca mejorar la calidad educativa, proteger la atención de los estudiantes y promover un uso responsable de la tecnología desde la infancia.
“Con la sanción de esta ley damos un paso fundamental para cuidar a nuestras infancias y mejorar la calidad educativa en la Provincia de Buenos Aires. No se trata de prohibir la tecnología, sino de organizar su uso, ponerla al servicio del aprendizaje y garantizar que los niños y niñas puedan concentrarse, desarrollarse plenamente y aprovechar al máximo cada clase. Queremos que la escuela siga siendo un espacio de enseñanza, atención y desarrollo integral, donde la tecnología sea una herramienta y no una distracción”, manifestó Santalla.
¿Por qué se necesitaba esta medida?
Según el informe PISA 2024, Argentina registra el mayor nivel de distracción en clase por el uso de dispositivos: más de la mitad de los estudiantes de 15 años admite perder concentración por su propio celular o el de sus compañeros. A nivel provincial, el 54% de los alumnos reconoce que se distrae durante la jornada escolar, afectando su atención, lenguaje y desarrollo emocional. Además, los resultados del Operativo Aprender 2024 muestran que más de la mitad de los estudiantes se ubica por debajo del nivel básico en Matemática, lo que evidencia la necesidad de reducir distractores en el aula y fortalecer la enseñanza.
Experiencias en otras provincias
Buenos Aires se suma a una tendencia nacional: Neuquén, con la Ley N° 3520, prohíbe celulares en niveles inicial y primario durante toda la jornada, mientras que en secundaria se permite su uso únicamente con fines pedagógicos. Salta, a través de la Ley N° 8474, estableció la prohibición general de dispositivos en las escuelas, con excepciones autorizadas por docentes. Con esta nueva ley, la provincia bonaerense se convierte en la tercera en implementar esta política.
Impacto esperado
La norma busca mejorar la concentración de los estudiantes, favorecer la interacción docente-alumno y proteger el desarrollo cognitivo, emocional y social de las infancias. Además, aclara que el objetivo no es rechazar la tecnología, sino ordenarla y ponerla al servicio del aprendizaje, fomentando su uso responsable y pedagógico.
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