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Cuando el mundo antiguo tuvo 7 maravillas

Hace siglos el mundo antiguo construyó siete obras monumentales a las que decidió llamar "Las 7 maravillas del mundo". Hoy te contamos su historia

Hoy vamos a hacer un viaje al pasado. Un viaje que nos va a hacer imaginar algunos paisajes. Y digo imaginar porque aunque no lo crean de estos 7 lugares 1 sólo continúa en pie actualmente.

Nuestra intención es que viajemos con nuestra mente, que imaginemos cómo eran. Además de conocer su historia, poder ver cómo, una vez más, aunque los años pasan y hay cosas que desaparecen, la historia sigue viva y se perpetúa en el tiempo.

Las maravillas

Para empezar a contar la historia de estas 7 maravillas tenemos que empezar por el hecho de que no se sabe con precisión quien seleccionó estos 7 lugares por sobre otros que existían. Pese a ello, hay teorías que dicen que fueron elegidas por varios viajeros que las conocieron. Entre ellos, se encontraban el poeta Antípatro de Sidón del siglo II a.C., el matemático Filón de Bizancio, y figuras como Calímaco de Cirene y el historiador Heródoto.

Pero, ¿Qué eran las 7 maravillas? Las 7 maravillas fueron un conjunto de obras arquitectónicas y escultóricas construidas durante el «período helenístico» (del 323 a.C al 30 a.C). A pesar de que fueron los griegos quienes las seleccionaron, no fue hasta que el pintor neerlandés Maerten van Heemskrerck realizó en el siglo XVI siete cuadros representando a las siete maravillas, lo que confeccionó la lista «definitiva».

Acá es donde aparece un dato interesante. La expresión «maravillas del mundo» no representa la idea original. No se buscaba recoger obras que despertaran admiración. Así, se descubrió que la palabra en griego «thamata«, que significa «admiración», en realidad era «theamata» que significa «algo que ver». Es decir, una lista de monumentos o lugares dignos de ser conocidos.

Sin embargo la lista no cambió. Se constituyó por estos 7 lugares: la Gran Pirámide de Guiza, los Jardines Colgantes de Babilonia, el Templo de Artemisa en Éfeso, la Estatua de Zeus en Olimpia, el Mausoleo de Halicarnaso, el Coloso de Rodas y el Faro de Alejandría.

¿Por qué son 7? Los griegos eran amantes de las matemáticas. Y tanto para ellos como para los demás pueblos antiguos, el 7 era el «número perfecto». Por ello, se pueden encontrar los Siete Sabios de Grecia, las Siete colinas de Roma y muchas otras referencias más a este número.

Y ahora comencemos el viaje desde el inicio hacia nuestros días.

La Gran Pirámide de Guiza

Esta es la única de las 7 maravillas del mundo que aún hoy sigue en pie. Fue terminada de construir en el año 2570 a.C. El objetivo fue dar sepultura al faraón de la cuarta dinastía del Antiguo Egipto «Keops«. Así, la pirámide fue construida en El Cairo, Egipto, antes que las otras dos que componen la «Necrópolis de Guiza».

Su estructura está compuesta por más de 2 millones de bloques de piedra lo que la hizo alcanzar una altura de 150 metros, siendo la más grande de las tres.


Los Jardines Colgantes de Babilonia

De esta maravilla no hay un acuerdo respecto a si realmente existió. Tampoco hay acuerdo sobre la localización del mismo. Pero la teoría más aceptada plantea que estaban ubicados en Babilonia, actual Irak, y fueron construidos en el siglo VI a.C. Según los investigadores, fue el gobernante Nabucodonosor II quien como obsequio para su esposa mandó a construir un lugar repleto de palmeras y arboles frutales.

Un dato interesante es que el término «colgantes» es erróneo. Según las investigaciones, la correcta traducción sería «sobresalientes». Esto es porque las plantas y árboles escapaban de los balcones y jardines que se habían construidos para ellos. Y fue la caída de Babilonia lo que provocó el final de este lugar. De esta manera, los jardines dejaron de ser cuidados y cuando Alejandro Magno llegó a la ciudad quedaba sólo ruinas de ellos.


El Templo de Artemisa

Los griegos eran politeístas, adoraban a varios dioses. Artemisa era una de ellas, la diosa de la fertilidad, la caza y la guerra. En homenaje a ella, el rey Creso mandó a construir en la antigua ciudad griega de Éfeso (actual Turquía) este templo. Con una extensión de más de 110×55 metros, tardó más de 120 años en terminarse.

Estaba adornado con más de 127 columnas y varias tallas y estatuas. Una de las más importantes era la de la propia diosa Artemisa, en donde los visitantes dejaban ofrendas en su honor.

Pero a esta maravilla también le llegó su fin. Fue en el año 356 a.C que un hombre llamado Eróstrato lo incendió por completo. No quedó ningún rastro del monumento.


La Estatua de Zeus de Olimpia

Si existe un dios importante en la mitología griega ese es Zeus, el padre de todos los dioses. En su honor, en el año 430 a.C, el escultor Fidas construyó en la ciudad griega de Olimpia una estatua de tamaño gigante. Hecha de marfil y ébano, tenía detalles de oro macizo y piedras preciosas.

Sin embargo, esta maravilla tampoco se salvó de la destrucción.

La tradición cuenta que el emperador romano Calígula, al enterarse de la existencia de la estatua de Zeus, ordenó que la trasladaran a Roma y que cortaran la cabeza de la estatua para poner la suya en su lugar. Pero cuenta la leyenda que cuando los soldados romanos enviados por Calígula iban a cumplir lo ordenado, escucharon una carcajada de Zeus y huyeron del lugar sin cumplir la orden.

Después de un tiempo la trasladaron a Constantinopla y la alojaron en el palacio de Lauso. Al día de hoy, se cree que allí fue destruida por un incendio.


El Mausoleo de Halicarnaso

En el año 353 a.C. se construyó este monumento para dar sepultura a los restos del monarca del norte de Anatolia, Mausolo, y de su familia.

Tenía más de 45 metros de altura, repartidos en cuatro plantas. Fue construido por los cuatro escultores más importantes de la antigüedad. Poco se sabe sobre los detalles de su apariencia. Lo que sí se conoce es que se diseñó para que pareciera una pirámide, con varias columnas decorativas en la fachada. Pero nadie sabe por qué desapareció. En la actualidad, solo quedan algunas piedras de su base.


El Coloso de Rodas

Esta estatua gigantesca fue dedicada al dios griego del Sol, Helios. Se construyó en una isla de la actual Turquía, alrededor del año 280 a.C.

Hecha en bronce y hierro medía más de 15 metros de altura. Para aquella época fue toda una revolución arquitectónica.

Lamentablemente, al estar construida sobre una plataforma en el mar, un terremoto acabó con la estructura completa en el año 226 a.C. En la actualidad no se conserva nada de ella.

 

 


El Faro de Alejandría

Este faro fue construido entre el 285 y el 247 a.C. Con una altura de 134 metros fue ubicado en el delta del río Nilo. Su misión era guiar a los navegantes que se enfrentaban a una zona donde no existía referencia alguna.

Fue fundado por Alejandro Magno y se hizo en la isla cercana de Faro, en Egipto. Y es por esa razón que se le dio el nombre con el que se le conoce hoy.

Fue un terremoto el causante de su destrucción en el año 1323. Finalmente, los restos del faro fueron usados en el 1480 por el sultán Qaitbey para construir un fuerte.


Así llegamos al final de este viaje denominado «Las 7 maravillas». Un viaje que nos llevó por ciudades, mares y desiertos. Conocimos una parte de la historia del mundo en el que vivimos y podemos ver que ese mundo tiene mucho para contar y conocer sobre sus inicios. Y es conociendo esos inicios que quizás podamos entender un poco más nuestro presente.

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