Hablemos de masturbación femenina
Se trata de una práctica que en ocasiones continúa siendo tabú, pero que tiene grandes beneficios para la salud. Repasamos algunos de ellos.
La masturbación femenina es una actividad placentera que libera neurotransmisores y trae beneficios tanto físicos como psicológicos. Por naturaleza todos los seres humanos somos seres sexuales. La sexualidad es un concepto amplio: es diversidad, orientación, cambios, relaciones, intimidad, etc. Podría decirse que la sexualidad tiene diferentes formas, tallas y colores.
Así como comer, dormir y respirar, el sexo también es una necesidad fisiológica, según la teoría de las necesidades de Maslow.
La masturbación femenina ha sido un tema “prohibido” del que poco se habla, pero es fundamental que se visualice la importancia de esta práctica. Es clave pensar en los beneficios físicos y psicológicos y el autoplacer que ayuda al descubrimiento sexual de cada persona.
Autoconocimiento, placer y aprendizaje
Para María Fernanda Nieves Arguello, una joven colombiana egresada de Psicología y actual auxiliar de talento humano, la masturbación ayuda a desestresarse y relajarse.
Cuenta que la primera vez que se masturbó fue cuando tenía 14 años. María se inspiró por una novela erótica que estaba leyendo. En ese momento sintió curiosidad y quiso explorar su cuerpo. Luego de haber vivido esa nueva experiencia, decidió compartir la novela de contenido sexual con sus amigas.
“Gracias a la masturbación y las relaciones sexuales con mi pareja he aprendido a conocer mi cuerpo”, expresa María.
“La sexualidad se puede vivir de diferentes maneras, creo que así tengamos ochenta años no se ha recorrido en su totalidad todo lo que abarca la sexualidad”, agrega.
Para María Fernanda la masturbación es como mirarse al espejo. “Las mujeres deben conocerse, comenzar a detallar, tocar, tener sensaciones, saber qué nos gusta y qué no nos gusta. Así le podemos enseñar a la otra persona qué hacer, porque el placer no solo es de uno, sino de los dos”, señala la profesional.
María Fernanda relata que la masturbación femenina sigue siendo un tabú por el desconocimiento, explica que el porno no es un medio de aprendizaje, por eso está práctica debe tener espacio en la educación sexual.
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