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Vacaciones felices: el jet lag, cómo combatirlo y un curioso descubrimiento argentino

El jet lag es el fenómeno por el cual las personas se sienten cansadas luego de viajes largos. Hay varias formas de aminorar estos síntomas, que van desde la ingesta de desayunos calóricos hasta el potencial uso de Viagra, investigado por un grupo de científicos locales.

Enero es época de vacaciones y de desconexión de los agobios del mundo de las obligaciones. Desde hace siglos, los humanos se toman estos descansos temporarios para dedicarse al ocio, a conocer lugares nuevos, a planificar y a dejar sorprenderse. Quizás una de las pocas desventajas que presente este lapso se vincule con el jet lagEsa sensación de somnolencia o absoluta vigilia en momentos inoportunos ha sido extensamente documentada. Incluso, la Mayo Clinic lo define como “un problema de sueño temporal que puede afectar a cualquier persona que viaje rápidamente a través de múltiples husos horarios”.

Sin embargo, la ciencia no se cruza de brazos y no todo está perdido. A continuación, se enumeran una serie de potenciales remedios que pueden alivianar los efectos del jet lag y ayudar a aquellos que tengan la fortuna de viajar a tener un descanso más feliz. Como si fuera poco, una investigación de la Universidad Nacional de Quilmes que refiere al potencial del Viagra al respecto.

El desafío: poner en hora al reloj biológico

Para comenzar a hablar del jet lag, primero es necesario saber qué es el reloj biológico. Para eso, la Agencia de Noticias científicas dialogó con Santiago Plano. El investigador de la UCA y el Conicet, docente de la UNQ es experto en Cronobiología. “El reloj biológico es el que determina la hora en la que vive nuestro cuerpo. Es el que lleva adelante la orquestación de los ritmos circadianos. Estos ritmos son actividades que lleva adelante nuestro organismo autónomamente que tienen una frecuencia determinada cercana a un día: “circa” = cercano a, “diano” = un día””, cuenta Santiago.

“El reloj biológico es el que determina la hora en la que vive nuestro cuerpo. Es el que lleva adelante la orquestación de los ritmos circadianos”.

Hay diversos tipos de ciclos, siendo uno de los más evidentes el de sueño/vigilia. “Uno más o menos se acuesta siempre a la misma hora y se levanta a la misma hora, más allá de nuestros compromisos laborales”, dice el investigador Plano y este es justamente el que se ve principalmente afectado por el fenómeno del jet lag.

En cuanto al jet lag, Plano comenta que “lo que pasa es que el cuerpo tiene un reloj interno que le dice qué hora es y prepara nuestra fisiología de acuerdo al timing, a la hora en la que vivimos; para acomodar la hora de nuestro cuerpo con la hora solar y la hora de la sociedad”. La mención de la luz solar es muy importante porque “estos ritmos circadianos se sincronizan principalmente por la luz; se sincronizan por diferentes claves externas como puede ser el patrón de ingesta, pero el principal sincronizador es la luz. La luz es quien pone al reloj en hora”.

“El cuerpo tiene un reloj interno que le dice qué hora es y prepara nuestra fisiología de acuerdo al timing, a la hora en la que vivimos”

Esencialmente, el desajuste ocurre cuando las personas cambian de huso horario rápidamente, por lo que mientras el cuerpo se encuentra en una nueva zona horaria en tanto que el cerebro queda “anclado” en el horario del sitio del que se parte. Si bien en estos términos no parecería ser un problema muy grave, las consecuencias pueden advertirse. “El jet lag ocasiona un desajuste muy grande que puede traer desde malestares estomacales hasta complicar el sistema inmune, debilitándolo y predisponiéndote a enfermedades”, explica.

Se necesita tiempo para que el reloj interno se acomode a la nueva situación, proceso que se conoce como resincronización. “El reloj biológico tarda un tiempo en resincronizarse, cuando uno cambia el ciclo tarda alrededor de un día y medio o dos días por cada huso horario; o sea, por cada hora que le cambiás tarda más de un día”, detalla. Entonces, si la vacación dura una semana, dependiendo de la distancia que el viajero haya viajado podría llegar atravesarla íntegra bajo los efectos del jet lag y no disfrutarla plenamente.

Una forma de medir la resincronización del reloj biológico en hámsters después de un cambio de ciclo luz/oscuridad, es registrar el horario en el que corren en la rueda. Crédito: Flickr.

Estrategias para combatir el desfasaje

Frente a este problema, surgen estrategias, más o menos ortodoxas, para intentar alivianar los efectos de este fenómeno.

  • Modificar el cronograma de sueño previo al viaje.

La Clínica Mayo sugiere una opción que consiste en irse a dormir una hora antes de lo habitual unos días antes de viajar en casos en los que el viaje ocurra hacia el Este o una hora después de lo normal en caso de viajar hacia el Oeste. Esta diferencia radica en que, según la dirección del viaje, el cerebro percibirá la nueva situación horaria como más temprano o más tarde que la original. Jen Murphy, columnista de viajes de Outside, reseña esta práctica en un reciente artículo y afirma que tuvo éxito. Si bien puede parecer tedioso, es una buena aproximación si va a significar ahorrarse varios días de resincronización.

  • Evitar el consumo de alcohol durante el vuelo.

Intuitivamente puede parecer que consumir alcohol es una excelente manera de distraerse durante un vuelo prolongado, pero las bebidas espirituosas pueden empeorar los efectos del jet lag. Producen deshidratación en el cuerpo y esto, sumado al ambiente extremadamente seco del avión, pueden generar dolor de cabeza y cuerpo.

  • Melatonina. 

Es una hormona pineal que juega un papel crucial en la regulación de ritmos biológicos. Si bien hay muchísimos estudios al respecto, el de A. Herxheimer del año 2002 encontró que la melatonina, administrada cercana al horario en que se quiere dormir (22:00 a 00:00), disminuyó los efectos del jet lag luego de vuelos que atravesaron cinco o más zonas horarias. Una salvedad importante es el horario de consumo. En casos en los que se tomó temprano en el día, la melatonina causó somnolencia y retrasos en la sincronización del reloj. Aún siendo una droga vastamente estudiada y segura, su administración no es recomendada en individuos con epilepsia. Tampoco para quienes estén medicados con warfarina, un reconocido anticoagulante.

  • Cambiar los patrones de alimentación en destino.

Anteriormente se mencionó que el reloj biológico se sincroniza por estímulos externos, como la luz y el patrón de ingesta. En un reciente estudio publicado en septiembre del 2023 por la revista CAOS, an Interdisciplinary Journal of Nonlinear Science, el Dr Huang y sus colegas de la Universidad Northwestern y el Instituto Santa Fe construyeron un modelo matemático para explorar cómo la luz y el alimento contribuyen a la resincronización del reloj. Según sus resultados, comer un desayuno denso en calorías durante los primeros 3 días luego de arribar a destino y mantener el resto de las comidas livianas tuvo un efecto mucho mayor en la resincronización del reloj en comparación con la ingesta de 3 comidas calóricamente similares durante el día.

¿Qué hay del Viagra antes del vuelo?

La curiosa relación entre el jet lag y el Sildenafil -más conocido por uno de sus nombres comerciales: Viagra- fue investigada por Santiago Plano y su equipo en el Laboratorio de Cronobiología de la UNQ. El grupo realizó 3 publicaciones en reconocidas revistas científicas en 2006, 2012 y 2020.

Si bien puede parecer una relación imposible, ya venían trabajando en el estudio de la vía por la cual se generan resincronizaciones del reloj en hámsters. El mismo involucra una molécula llamada cGMP (Guanosín Monofosfato Cíclico). El cGMP esencialmente favorece que el reloj biológico se acomode a un nuevo horario.

Para poder probar la hipótesis el equipo utilizó hámsters inoculados o no con la droga. Para ello, los sometieron a un cambio abrupto de huso horario (mediante una variación de seis horas en sus ciclos habituales de luz/oscuridad). Así descubrieron que los hámsters tratados con la droga tardaron un 50 por ciento menos tiempo en adaptarse a sus nuevas condiciones. Es decir, retomaban el horario típico de sus actividades habituales –como correr en la rueda– mucho más rápido. Cabe aclarar que estos resultados se lograron con dosis menores a las utilizadas para tratar la disfunción eréctil. Y como si esto fuera poco, lograron identificar varias de las moléculas involucradas en este proceso.

Lamentablemente, su uso en humanos nunca fue probado. Tal como Plano explica: “Si, hay que probarlo. Claramente hay que probarlo. Estuvimos muy cerca de lograr un acuerdo con Pfizer, pero quedó en la nada por cuestiones políticas y económicas”. Las etapas por las que un medicamento tiene que pasar para poder utilizarse en humanos son muy costosas y llevan mucho tiempo. Hoy en día y sin los avales correspondientes, no es recomendable usar Viagra para tratar el jet lag.

 

Nota de la Agencia de noticias científicas UNQ

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