Si bien tuvo concentraciones en diferentes puntos del país, tuvo su epicentro en Plaza de Mayo, donde se denunció el aumento en los casos de violencia policial que deriva en una muerte cada 23 horas, se puso en evidencia el énfasis en “la justificación de las muertes” por parte del Gobierno de Cambiemos y se reclamó por justicia para las pibas y los pibes asesinados por el aparato represivo del Estado.
La movilización principal comenzó en las inmediaciones del Congreso de la Nación y se dirigió a Plaza de Mayo, lugar en donde se realizó el acto central “contra la represión, organización y lucha”. En el acto se expuso una infinidad de casos donde las fuerzas represivas se llevaron la vida de jóvenes, y se reclamó para poder llevar a la justicia a los efectivos de distintas fuerzas responsables de actos de violencia institucional, quienes en muchos casos siguen en funciones.
De la movilización fueron parte familiares, amigos, vecinos y referentes sociales y políticos. Además de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), organización que encabezó la columna principal con su titular, María del Carmen Verdú, quien manifestó a la prensa: «Vivimos en un momento de recrudecimiento de políticas represivas del Estado con un Gobierno que promueve explicita, directa, frontal y linealmente el gatillo fácil como política pública”.
Entre los familiares de víctimas estuvieron Doly Demonthy, madre de Ezequiel – torturado por la policía bonaerense y obligado a tirarse al Riachuelo; Monica Alegre, madre de Luciano Arruga – desaparecido por la policía de la provincia de Buenos Aires y hallado sin vida cinco años después, enterrado como NN -; María Viera, madre de Fabián Gorosito – golpeado por 11 efectivos de la policía bonaerense y abandonado en una zanja; Emilia Gomez, hermana de Germán – asesinado por el oficial Felipe Villalba, que fue trasladado impune a Tucumán-; Emilia Vasallo, madre de Pablo “Paly” Alcorta – asesinado por el ex bonaerense Diego Tolaba, quien hoy cumple funciones en la policía de Horacio Rodríguez Larreta -; Miriam Molina, madre de Gonzalo Chena -preso en el penal de Ezeiza, quien a diez días de salir en libertad lo hallaron “ahorcado”-, y familiares de Cristian “Paragüita” Toledo, asesinado hace un mes por el policía de la ciudad Adrián Otero en la Villa 21-24, entre una dolorosa infinidad de casos como los emblemáticos de Santiago Maldonado, Miguel Bru, Walter Bulacio o Rafael Nahuel.
La Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil surgió en la ciudad de Córdoba en 2015 por iniciativa de la familia de Ismael Sosa, el joven asesinado por la policía de la provincia mediterránea durante un recital de La Renga.
En Tucumán la movilización se realizó desde Plaza Urquiza a Plaza Independencia para visibilizar los casos del joven Facundo Ferreyra, asesinado de un disparo en la nuca por parte de un uniformado; de Ismael Lucena, perseguido por dos oficiales que le dieron una paliza hasta matarlo, y también los casos de otras víctimas como María José Gordillo, Ariano Biza, Emanuel Gallardo, Alexis Noguera y Jalil Juárez.
En Mendoza la movilización fue desde la legislatura hasta los Tribunales Federales, lugar en donde la concentración recito el poema “Los Nadies” de Eduardo Galeano. En otras ciudades, como Rosario, Mar del Plata, Trelew, San Carlos de Bariloche y Córdoba las movilizaciones fueron numerosas, dándole una mayor visibilidad a la problemática.