Cerca de las 9 de la mañana comenzó el juicio por Gatillo Fácil contra el ex policía bonaerense Jose Perez Buscarolo, quien el 12 de mayo de 2017 asesino a balazos con su arma reglamentaria a Iago Avalos, de 17 años, en Villa Tesei. La culpabilidad la resolverá un jurado popular.
El fiscal Mario Ferrario lo acusa de “homicidio agravado por su condición de miembro de una fuerza de seguridad”, y doce ciudadanos y ciudadanas tienen la responsabilidad de condenar o no al oficial dado de baja.
Iago y su amigo vieron un vehículo con las tazas flojas mientras iban en auto por Hurlingham. Un rapto de picardía los impulso a hurtar dichas tazas y llevárselas del rodado propiedad de Buscarolo, quien los persiguió durante veinte cuadras y efectuó dos disparos.
Uno de los tiros hirió de muerte a Iago, y mientras su amigo le devolvió las tazas disculpándose, el ex agente solo los insultó, les dijo “que le cagaron la vida” a pesar de recuperar las tazas, y se negó a brindar asistencia al malherido Iago, quien llego a pedirle “flaco, llévame al Posadas porque me muero”.
La persecución y asesinato se desarrollaron poco después del mediodía, en una zona altamente concurrida por jóvenes y menores de edad, debido a la cercanía de la Escuela N°15 “Sargento Cabral”, escenario al que no atendió Buscarolo al manejar a toda velocidad y disparar a mansalva por la vía pública.
Pérez Buscarolo afronta una acusación que puede dejarlo preso por el resto de su vida, pero para el Juzgado °N6 de Morón eso no constituye un potencial “peligro de fuga” del acusado, y como la jueza de garantías Lucia Casabayo lo considero “buen padre de familia” lo privilegio con prisión domiciliaria, condición en la que llego al juicio.
Familiares y amigos de Iago marcharon decenas de veces junto a CORREPI para enjuiciar a su asesino, y desde hoy se desarrollan las audiencias.
Irina, hermana de Iago, comento a El Numeral la situación: “un subcomisario salió en búsqueda de 2 pibes que le sacaron las tazas de plástico, los encontró a 10 cuadras, bajó de su auto y se puso en posición de tiro en la puerta de un colegio, poniendo en riesgo a todos los pibes que entraban a la escuela, porque la entrada del turno tarde”.
“Iago era un pibe que todo el tiempo tenía que estar haciendo algo” describió Irina, y rememoró que “si no tenía algún auto o moto para arreglar, te desarmaba algún electrodoméstico de la casa, porque además de ser inquieto, siempre tenía algo más para aprender”.
Sus expectativas del juicio son claras: “espero que sea condenado a cárcel común y perpetua, porque es lo único que se merece”.
Además, sabe que hay un sentido común dominante que pondera la propiedad privada sobre la vida y el punitivismo, pero confía en el jurado popular: “hay que estar muy mal de la cabeza para defender el accionar de Pérez Buscarolo, comparable a estar en la puerta del cole de tu hijo/a, que empiece a los tiros adelante de la criatura y a vos te parezca bien, ¡no cabe en la cabeza de nadie!”, concluyó.