El film tardó en realizarse tres años con visitas a 10 países. Cuenta la historia de distintas mujeres que sufrieron abuso sexual. La violación como arma de guerra no es algo de lo que se hable demasiado. Por los hechos dados en conflictos armados en Ruanda y Bosnia, el 31 de octubre de 2000, la ONU emitió la Resolución 1325. La particularidad: coloca el uso de la violación como estrategia de guerra en un debate internacional.
La utilización de la amenaza y la violación de mujeres hace que las que puedan huyan y abandonen sus pueblos. Ambos mecanismo logran el objetivo de desarmar y desmembrar los tejidos sociales entre tribus o comunidades. Esta estrategia militar destruye generaciones enteras.
El documental se divide en tres partes que se ajustan al proceso que las mujeres atraviesan por el trauma que les causaron estos hechos. La primera es «Romper el silencio»: las mujeres hablan y cuentan el dolor que vivieron en situaciones de violencia. La segunda, «Curar las heridas»: el duelo es necesario para curar tanto dolor, acompañado de un tratamiento psicológico. Y la tercera, «El final de la impunidad», el poder denunciar y que juzguen a los culpables para marcar precedentes. Es necesario acabar con estos crímenes de lesa humanidad, contra las mujeres.
Los números que arroja el documental son estremecedores:
República Democrática del Congo entre los años 1998 y 2013 violaron a más de 200000 mujeres.
- En 1994, en Ruanda, entre 250000 y 500000.
- Entre 1992 y 1995, en Bosnia, 40000.
- En Uganda, de 1985 a 2006, secuestraron y violaron a 4000 niñas.
- La Asociación Mujeres Víctimas de Guerra relevó que en Sarajevo hay 25.000 mujeres sobrevivientes de crímenes sexuales.
- El 90% de las mujeres víctimas de El Congo llega a recibir atención médica y sólo el 5% logra denunciar los hechos. El 98% de los casos siguen impunes.
«La guerra contra las mujeres», nos invita a reflexionar acerca de la cultura de la violación en nuestras sociedades. Es un documental para que las mujeres nos empoderemos cada día más y luchemos por nuestros derechos.