La Ciudad de Buenos Aires comenzó gradualmente a normalizar las actividades culturales desde hace unas semanas, con protocolos de cuidados y capacidades limitadas. Sin embargo, la Policía de la Ciudad se hace presente en los distintos espacios y, con argumentos pocos claros y justificaciones absurdas, atentan contra la libertad y seguridad de les organizadores y participantes de los eventos. No solo incumplen las normativas de detención, sino que ejercen abuso de poder.
Fue el caso este último jueves 4 de febrero en la Galería de Arte de la Fundación El Mirador. En el barrio de San Telmo, el espacio realizaba su inauguración junto a una muestra de arte.
Según informó el propio establecimiento, el grupo policial, conformado por 6 patrulleros, 3 camionetas Trafics, 2 cuatriciclos y más de 30 agentes de la policía de la Ciudad, les indicaba que debían suspender y desalojar el espacio sin explicación alguna.
Minutos después, unos agentes quisieron confiscar un parlante. Tras varios forcejeos, bajo el argumento de “atentado y resistencia a la autoridad» detuvieron dos mujeres. Sin embargo, las mantuvieron dentro de un patrullero alrededor de 15 horas.
En el comunicado que publicó la entidad, sostuvieron que la policía ejerció «violencia masculina sobre mujeres y disidencias sexuales, contra todo tipo de protocolo de género y violando así el propio reglamento policial».
Asimismo, denunciaron que la Policía de la Ciudad forzó al director de la muestra, Joaquín Barrera, a firmar contra su voluntad una supuesta contravención que, unilateralmente, ellos invocaban.
Según Telam, fuentes policiales declararon haber llegado al lugar luego de recibir llamados por ruidos molestos. Además, señalaron que encontraron en la calle personas sin distanciamiento y sin barbijo.