Gilad Pereg, ciudadano israelí de 40 años, debió ser desalojado de la sala de audiencias porque advirtió que era un gato y no paró de «maullar» durante toda la jornada. El hombre se enfrenta a un juicio por jurados por el crimen de su madre y su tía cometidos en la ciudad de Mendoza en 2019.
«Señor Gilad Pereg ¿este es su nombre?», preguntó la jueza técnica Laura Guajardo. La respuesta del acusado fue «miau». Guajardo continuó. «Antes de ingresar yo le advertí que sea en silencio y con decoro, de lo contrario habrá que retirarlo a una sala contigua», advirtió la jueza. Pero el imputado nuevamente respondió «miau».
Su actitud molestó tanto que la magistrado ordenó que lo retiren de la sala. Desde que ingresó a la sala «maulló» sin cesar.
«Un gato» que supo comunicarse para comprar armas
Pereg enfrenta una condena a prisión perpetua en un juicio oral que finalizará el 3 de noviembre. Pero también puede ser considerado inimputable, por lo que podría ser internado en un neuropsiquiátrico.
Frente a esta actitud del acusado, el fiscal Fernando Guzzo tomó la palabra. “Cuando compraba armas, él no iba diciendo miau miau…sabía bien qué arma comprar”, dijo Guzzo. Y agregó: “es obvio que es una persona fuera de lo común, eso no lo hace inimputable”.
“Es capaz, responsable y merece el reproche penal que la ley prevé. Si el maúlla, ladren más fuerte”, continuó ante los doce jurados elegidos entre ciudadanos comunes.
Se lo acusa de matar a su madre, Phyria Saroussy (63) y a su tía, Lily Pereg (54). Tras asesinarlas, las enterró en el terreno donde estaba su casa.
Juzgado por un jurado popular
Entre el jurado popular, se encuentra una ama de casa, una diseñadora industrial, una peluquera, una empleada doméstica y una psicóloga. También una gastronómica, dos mecánicos, dos metalúrgicos, un empleado y un joven desocupado.
Tras explicarle cuáles son sus deberes, se dio paso a los alegatos de apertura a cargo del Ministerio Público Fiscal. En este caso, la fiscal Ríos solicitó que el veredicto sea unánime y que sea declarado «culpable».
Continuó la defensa del imputado, quienes pidieron que «se comporten como humanos y no ladren como perros» como solicitó el fiscal. “Tengan en cuenta que aunque sea declarado inimputable, Pereg seguirá encerrado en un centro de salud mental”, continuó el defensor.
¿Por qué maulla? Según el abogado defensor, el acusado “vivía con 37 gatos a los que trataba desde antes como a sus hijos porque sufría ya de parafrenia, una forma más de locura; licantropia, un desorden donde hay muchas personas que se creen animales; y delirios”.
El jurado tiene como fecha estimativa el 3 de noviembre para dictar el fallo.
Fuente: Telam