Posiblemente sea la interna más disputada y con el resultado más esperado del próximo domingo. Los dos exfuncionarios de la Alianza y de Mauricio Macri llegan a las PASO con mucho por definir.
Muchos creen que cualquier resultado va a definir el futuro del mayor espacio opositor de los últimos 10 años. ¿Existe la posibilidad de que una victoria de Larreta pueda desplazar a Mauricio Macri del liderazgo? ¿El festejo de Bullrich en las internas significará el ostracismo para el actual Jefe de Gobierno porteño? Todo se definirá en pocos días.
El desarrollista
Horacio Rodríguez Larreta viene de una familia con historia política. Su padre Horacio fue un dirigente del desarrollismo que incluso trabajó en la presidencia de Arturo Frondizi. El abuelo Carlos se desempeñó como canciller y ministro del Interior de Manuel Quintana y de José Figueroa Alcorta. Por su parte, su tio Horacio fue el Procurador General de la Nación que avaló el golpe de 1930.
También su ascendencia marca la historia de la construcción de la argentina granero del mundo. Los Leloir, dueños de terrenos en la costa atlántica, son parte de su genética. También los Unzué y los Saenz Valiente están en su árbol familiar.
El actual Jefe de Gobierno fue un joven de una familia adinerada que estudió la secundaria en la Escuela Argentina Modelo, una institución tradicional de Recoleta fundada por Rosario Vera Peñaloza.
Tras el egreso, Horacio estudió la Licenciatura en Economía de la UBA y viajó hasta Estados Unidos para hacer un Master en Administración de Empresas en la prestigiosa Harvard.
Los inicios en el menemismo
Gracias a los contactos de su padre en el área energética, Larreta comenzó a trabajar en la petrolera ESSO, aunque al poco tiempo comenzó su derrotero por la función pública. Su primer puesto fue en 1993 en el Ministerio de Economía que dirigía Domingo Cavallo, como parte del equipo que trabajaba con los inversores extranjeros.
Su siguiente paso fue dos años después como Gerente General de la ANSES. Sus funciones en el menemismo continuaron, ya que en 1998 se hizo cargo de la Subsecretaría de Políticas Sociales del Ministerio de Desarrollo que dirigía Ramón “Palito” Ortega. En ese momento su militancia pasaba por el peronismo.
Durante esos noventa fue también uno de los fundadores del Grupo Sophia, una consultora política y think tank que se dedicó a analizar la realidad económica del país. Junto a Larreta trabajaron las jóvenes María Eugenia Vidal y Soledad Acuña. Este equipo sería años después el que se integraría al PRO de cara al armado porteño.
La Alianza, Favaloro y la polémica
En el año 2000, Rodríguez Larreta aceptó una designación en el gobierno de Fernando De la Rúa. Fue como representante del PJ Capital en la intervención del PAMI, la obra social de los jubilados y pensionados. Allí fue parte del triunviro que tomó la decisión de recortar pagos a proveedores, entre ellos los que eran parte de la deuda con la fundación de René Favaloro.
Algunos consideran que esa cesación de pagos fue lo que llevó al suicidio del famoso cardiólogo. Sin embargo, hace apenas unos días el propio Larreta salió a desmentirlo, al considerar que el PAMI se puso al día con esa institución y que nada tuvieron que ver con el trágico desenlace.
El PRO y la única derrota en la Ciudad
En ese 2002 había dos empresarios que comenzaron a armar equipos pensando en las elecciones del año siguiente. Se trataba de Francisco De Narváez y Mauricio Macri, que buscaban la presidencia como objetivo máximo. A ellos se acercó el Grupo Sophia y en particular Rodríguez Larreta.
Con los meses, el Colorado se alejaría pero Macri conformaría un partido político llamado Compromiso para el Cambio, con el que disputaría en 2003 la Jefatura de Gobierno porteña. A esa elección fue acompañado con Larreta de vicejefe, aunque la derrota en el balotaje a manos de Aníbal Ibarra detendría unos años el crecimiento de la fuerza.
En los siguientes comicios Macri se volvería a presentar, aunque en este caso alcanzaría la victoria y pondría a Rodríguez Larreta como su principal gestor dentro de la Ciudad. El economista fue designado como Jefe de Gabinete, cargo que ocuparía durante los ocho años de gobierno de Mauricio.
El despegue
Con Macri sin posibilidad de reelección y buscando la presidencia, 2015 fue el momento para Larreta. Tras una interna en la que debió superar a Gabriela Michetti, fue elegido candidato del PRO en la Ciudad, alcanzando tras un nuevo balotaje la Jefatura de Gobierno.
Durante los siguientes 8 años se dedicó a gestionar Buenos Aires, atravesado por denuncias de negocios inmobiliarios, códigos urbanísticos que favorecieron a empresas conocidas y una tendencia a pensar el Estado desde una visión empresarial.
En este 2023, y tras la pelea con Mauricio por las candidaturas de la Ciudad, Horacio buscará llegar a la Presidencia y demostrar(se) que puede ser mejor presidente que su exjefe y aliado político.
La Piba, entre Montoneros y el macrismo
Patricia Bullrich es también hija de una familia con apellidos ilustres. Sus orígenes aristocráticos incluyen a Pedro Luro, propulsor de Mar del Plata, y a los Pueyrredón, entre ellos el Director Supremo Juan Martín y el Ministro de Relaciones Exteriores de Yrigoyen, Honorio.
Criada por esa familia radical y de alcurnia, su rebeldía la llevó a ser parte de la Juventud Peronista cuando aún era una adolescente. Aunque nunca se pudo confirmar su participación en la organización Montoneros, lo cierto es que fue muy cercana a Rodolfo Galimberti y estuvo en pareja con uno de sus militantes, Marcelo “Pancho” Langeri.
Fue parte del trágico acto de Ezeiza en el retorno de Perón y estuvo en la Plaza de Mayo cuando el General echó a los “imberbes”, entre ellos la propia Patricia. Durante el gobierno de Isabel estuvo detenida 6 meses por pintar la fachada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
El exilio
A los pocos meses de quedar en libertad llegó el golpe de Estado de 1976. Bullrich decidió dejar su militancia porteña y mudarse a Villa Martelli, aunque un año después tuvo que exiliarse, ante la violenta ola de desapariciones llevada adelante por la Dictadura militar. Estuvo en Brasil, en México y en España, liderando organizaciones que criticaban al gobierno argentino.
Aunque volvió de manera clandestina en 1979 para tener a su único hijo, Bullrich recién retornó oficialmente al país en 1982, como tantos otros exiliados y tras la derrota en la guerra de Malvinas. Para las elecciones de 1983 abrió una unidad básica en Pompeya y militó la candidatura de Ítalo Luder.
Tras la victoria de Alfonsín, decidió volver a la juventud peronista y organizó en 1984 un acto multitudinario en el Luna Park, en el que participó el entonces gobernador riojano Carlos Menem. Para mediados de los 80 se acercó a la renovación de Antonio Cafiero pero se alejó por considerar a ese peronismo como muy conservador.
Los noventa y el menemismo
Ya en la nueva década, Patricia continuó militando en el peronismo de base y comenzó a acercarse de a poco al oficialismo. Como parte del PJ Capital, fue candidata a diputada nacional en las elecciones legislativas de 1993. Secundando a Erman González, obtuvo una banca en el Congreso.
Sin embargo, su primer puesto como funcionaria en un ejecutivo fue en el Conurbano. Juan José Álvarez había asumido la intendencia del joven municipio de Hurlingham y buscaba caras nuevas para llevar adelante su gestión. Bullrich estuvo a cargo de la coordinación del gabinete y en especial del área de seguridad, creando el primer Mapa del Delito.
Su trabajo en el municipio la llevó a ser parte del gobierno de Eduardo Duhalde en la Provincia de Buenos Aires. En 1998 asumió como subsecretaria de Relaciones con la Comunidad bajo las órdenes del ministro León Arslanián.
La Alianza y el recorte salarial
Gracias a su cercanía con Fernando de Santibañez, elegido como titular de la SIDE por Fernando De la Rúa, Bullrich fue parte del gobierno desde diciembre de 1999. Su primer cargo fue Secretaría de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios, aunque tomó más relevancia como Ministra de Trabajo desde fines del 2000.
Desde ese puesto decidió darle impulso a la llamada Ley Banelco y buscó dejar caer los convenios colectivos de trabajo de numerosos gremios. También eliminó asignaciones familiares a empleados de altos ingresos. Durante el año 2001, se hizo una reestructuración de ministerios y Bullrich quedó al frente de la cartera de Seguridad Social durante un mes. Ese corto tiempo le alcanzó para quitarle un 13% a los sueldos de los trabajadores estatales y los jubilados.
En el medio de estos cargos la funcionaria tuvo tiempo de estudiar y graduarse en la Universidad. En pleno 2001 obtuvo el título de Licenciada en Humanidades y Ciencias Sociales con orientación en Comunicación Social y Periodismo en la Universidad de Palermo.
Su reconversión política
En 2003 decidió ser candidata a Jefa de Gobierno aliada a Ricardo López Murphy pero quedó cuarta detrás de Macri, Ibarra y Luis Zamora. Pocos años después se acercó a Elisa Carrió y fue elegida diputada nacional en las elecciones de 2007 por la Coalición Cívica, cargo que volvió a obtener en 2011.
Durante este período también decidió estudiar: obtuvo un Magíster en Ciencia Política y Sociología en FLACSO y un doctorado en Ciencia Política por la UNSAM.
Mientras era diputada comenzó a acercarse a Mauricio Macri, profundizando esa relación luego de la alianza que creó Cambiemos en 2015. Tras la victoria electoral, Bullrich asumió como ministra de Seguridad de la Nación, con una marcada política represiva que la llevó cada vez más para el núcleo duro del PRO, partido que llegó a presidir a instancias del propio Macri.
Hoy es la precandidata elegida por el expresidente para disputarle a Larreta el poder dentro de Juntos por el Cambio. Sus posiciones extremas la alejan cada vez más de esa joven militante de izquierda, aunque eso es algo que no preocupa en nada a sus votantes, que la eligen justamente por el discurso de mano dura y su constante llamado al orden y la seguridad.