Este jueves 1 de febrero vence la última prórroga del congelamiento del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ISL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono, que dictó el exministro de Economía Sergio Massa en noviembre.
Las petroleras analizan cuáles serán los próximos incrementos. Para ello, se basarán en otras tres variables: la devaluación del cambio oficial, el precio del barril Brent y el precio de paridad de importación. Estos cambios implicarán un aumento que rondará de mínima entre el 10 y el 15%.
En este sentido, un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) anticipó que en caso de que se decida trasladar la totalidad del atraso, el impacto en combustibles sería del 25%. De esta manera, el costo del combustible pasaría de U$S 0,95 a U$S 1,2, en dólares oficiales.
Según detalla el informe, el impuesto nacional a los combustibles «mantiene inalterado su valor en $ 27,6 desde octubre de 2022, a pesar del aumento de la inflación».
En caso de no renovarse el decreto, el valor del impuesto tendrá un incremento paralelo a la inflación. Dicho monto en enero de 2024 equivale a $ 227, y el valor actual es de $ 27,6. El valor potencial del tributo sería un 722% más alto.
Tercer aumento del año
Cabe señalar que en lo que va del Gobierno de Milei ya se dieron dos aumentos, uno en el mes de diciembre y otro en enero, con una suba del 100% total, lo que llevó el litro de la nafta a casi 700/800 pesos dependiendo el surtidor.
En total, los combustibles subieron 158% en 60 días. El 3 de enero las petroleras ajustaron sus valores de surtidor a partir de la medianoche y hubo largas filas en las estaciones de servicio.
En diciembre la nafta tuvo dos aumentos. El primero rondó el 30% el pasado 8 de diciembre. Cinco días después, tras la devaluación en la cotización del dólar oficial, sufrió otro salto de entre 30 y 37%.