Miles de personas se movilizaron el martes en Plaza de Mayo bajo el lema “En defensa de la universidad pública y gratuita”. Jóvenes estudiantes, niños y adolescentes, docentes y trabajadores de todo el país dijeron presentes en las calles de las principales ciudades argentinas.
El epicentro fue la Ciudad de Buenos Aires. Minutos más tarde de las doce del mediodía, mientras se desplegaba un fuerte operativo de seguridad en Plaza de Mayo, las calles comenzaban a llenarse. Pese a que el Gobierno de la Ciudad aseguró que no iba a aplicar el protocolo, las fuerzas de seguridad se ubicaron en lugares estratégicos para obstaculizar los accesos por orden de la ministra de Seguridad nacional.
Las calles colmadas fueron fieles a que los argentinos nos abrazamos en las buenas, pero también para defender lo que es nuestro y nos pertenece.
Memes y frases de carteles acompañaron a la multitud, que también llevaba en sus manos libros como señal para potenciar el reclamo.
Para las 18 h, se leyó un texto elaborado por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el máximo organismo que nuclea a los rectores de las universidades públicas nacionales, junto a la Federación Universitaria Argentina y el Frente Sindical de Universidades Nacionales.
«Las universidades son uno de los motores de la democracia, la producción y los lazos sociales«, señalaron. Y aseguraron que la clave es que sea «pública, gratuita e irrestricta en el ingreso, de excelencia, con libertad y equidad. Somos la universidad pública para el gran pueblo argentino».
Sobre ese punto, afirmaron que las casas de altos estudios sufrieron ·un fuerte ajuste en términos reales en los gastos de funcionamiento».
“El que no salta, votó a Milei”
La juventud volvió a apropiarse de los rincones que más movilizan. El sueño de un futuro con educación pública, gratuita y laica, los empujo una vez más a exigir por sus derechos.
Entre cantitos y carteles, los jóvenes pertenecientes a centros de estudiantes de secundarias de CABA, y del resto del AMBA, coparon la parada. Lo hicieron para exigir más presupuesto, más ciencia y más respeto por los derechos que hicieron de la Argentina un país próspero y reconocido a nivel internacional.
La movilización superó todas las expectativas y las proyecciones de los organizadores. Desbordó absolutamente todo. Todas las calles desde el Congreso hasta la Plaza de Mayo, se llenaron sin conflictos. Fue festivo y heterogéneo. Fue el límite que como sociedad pudimos poner, cuando todo parece ir cuesta abajo.