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CuarenTEA: Autismo y Cuarentena

El autismo en la cuarentena. Estos días que son diferentes para toda la humanidad, no dejan de serlos para las personas con autismo. ¿Cómo viven las familias en su encierro con el Trastorno del Espectro Autista?

El Trastorno del Espectro Autista es muy amplio en sus manifestaciones. Sus exteriorizaciones y experiencias son totalmente diferentes. No se puede generalizar, tampoco estigmatizar, ni mucho menos anticipar con certeza un resultado o reacción. Pero algo en común tenemos todas las familias que en la cuarentena también incluimos al autismo: ya vivimos esta experiencia. 

Nuestra cuarentena no comenzó con la pandemia, sino con miradas que juzgaban las raras reacciones de nuestros hijos. Cuando no los incluían, o nos miraban raro por sus berrinches. Comenzó cuando nos apartamos por esa incomprensión. Solo salíamos a lo “esencial”, que hoy para todo el resto es novedoso. Comenzó antes del diagnóstico y del certificado de discapacidad, que nos sirven como herramienta para saber que tratamiento realizar y a que prestaciones acceder.  Con esta cuarentena, nos damos cuenta de que nosotros nos distanciamos socialmente, mucho antes. Hoy tenemos reglas que cumplir, y actividades esenciales en este aislamiento obligatorio. De pronto todos tenemos que organizar una rutina dentro de cada hogar, porque convive toda la familia «de golpe», pero es algo que ya sabemos hacer. 

Escuchamos medidas para tratar de proteger a la sociedad y también las quejas de la sociedad y de cada sector, que se siente perjudicado. En todas las quejas existen fundamentos propios pero carecen de empatía. A la “empatía” la descubrimos como una necesidad, al principio, y después como la cualidad más importante que buscamos en el “otro”. Más bien, nos sentimos cobijados en ese atributo de las personas. De a poco, construimos nuestro círculo de confort y no salimos de él, por el temor a que la “pandemia” de insensibilidad juzgue. Parece extraño que se conviva en el mismo mundo, al que todos pertenecemos y sigamos hablando de “inclusión”, con esa misma sensación nos seguimos separando.

“Compartir”, un sueño

En algún momento entenderemos e internalizaremos el “compartir” y dejaremos de lado a la “inclusión”, solo así evolucionaremos como sociedad. No debemos dejar de reconocer el avance social con la inclusión, crecimos, empezamos, ahora ¡no paremos!

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