Es Tuyo, del Barrio, de Todes

Justicia por Úrsula Bahillo

Úrsula denunció a Martínez 18 veces. Pidió ayuda porque temía por su vida. Con 18 años, su ex novio la apuñaló hasta asesinarla. ¿Quién se hace cargo de otro femicidio que pudo ser evitado?

Úrsula Bahillo tenía solo 18 años y residía en Rojas, provincia de Buenos Aires. El lunes por la noche la encontraron muerta entre unos pastizales a la altura del paraje Guido Spano, con más de 10 puñaladas.

Por el femicidio detuvieron a su ex pareja, Matías Ezequiel Martínez (25 años), un oficial de la policía bonaerense. El agresor ya tenía denuncias por parte de Ursula quien, un mes atrás, obtuvo una perimetral. No alcanzaron las respuestas. O sí, dado que la propia inacción permitió que hoy ella esté muerta.

En redes sociales, amigas de la víctima compartieron mensajes de la joven en los que relataba la violencia que sufría por parte de Martínez. Una de ellas señaló: «Úrsula avisó, fuimos a hacer la declaración y les chupó un huevo. Nos dieron un papel de mierda y nada más y hoy mi amiga está muerta. Ojalá se haga justicia por ella y por todas»

Incluso Patricia, madre de la víctima, contó lo que sufría su hija. «Este hijo de puta me la manoteó y la apuñaló, cuando ella pidió auxilio la Policía no actuó. ¿Por qué esperaron a que mi hija estuviera en una morgue?», señaló.

Úrsula
Matías Ezequiel Martínez, acusado de asesinar a Úrsula

En su relato, contó cuando ella y su marido se enteraron de la violencia que sufría por parte Matías Martínez. Lo supo el 9 de enero, después de que una pareja amiga se acercó a alertarlos «porque iba a aparecer muerta». Fue cuando decidieron ir a la Comisaria de la Mujer de Rojas y denunciarlo. Menos de un mes después, violó la perimetral, pero la policía desestimó la denuncia.

«Tenía fotos en la puerta de mi casa y no hacían nada, pedía por favor porque no quería que fuera una menos, que no me la tocaran y la salvaguardaran», indicó. Además, aseguró que hay varias mujeres que sufrieron violencia de género. Y agregó que tiene una causa por «violar a una nena discapacitada que hoy tiene catorce años».

«Nadie nos quería decir que nuestra hija estaba muerta y me trataron como a una delincuente. Me pusieron esposas, estoy toda machucada por la forma en que me trataron, y fue un varón, aunque no le pude ver la cara porque me tiraron al suelo», finalizó Patricia.

El hecho

El femicidio se descubrió tras una llamada al 911. Un tío del agresor llamó porque creía que su sobrino había matado a una joven. La premisa surge porque Martínez confesó que «se había mandado una cagada».

En el lugar, la Policía encontró a Úrsula asesinada y a Martínez herido dentro de su auto, un Peugeot 307. El agresor intentó escapar por los pastizales, pero fue reducido. Tenía sangre de la joven en su ropa. En el auto, además, hallaron una cuchilla de carnicero con manchas de sangre.

Según el testimonio de los investigadores, Martínez asesinó a Úrsula y se provocó una serie de lesiones en un intento de suicidio o para fingir un ataque. Ahora mismo se encuentra acusado de «homicidio calificado por violencia de género», es decir, femicidio. Se prevé una prisión perpetua.

Un pedido de justicia que concluyó en represión policial

Tras conocerse el crimen, familiares, amigos y vecinxs salieron a las calles a pedir justicia. En las afueras de la comisaria de Rojas, comenzó la tensión. Los efectivos arrojaron balas de gomas a los y las manifestantes, lo que provocó destrozos, 9 personas -cuatro menores de edad-  demoradas y varios heridos.

Al mismo tiempo, se realizaron movilizaciones frente al domicilio de un juez de paz y dos fiscales.

Hoy se realiza una mueva marcha para reclamar justicia y decirle basta a la impunidad machista que golpea en todas partes. También para reclamar por la inacción judicial y policial, cómplice de la violencia de género y responsables de un desenlace fatal que pudo ser evitado.

¿Quién nos cuida? ¿Dónde está la justicia? ¿Cómo podemos estar seguras cuando salimos de casa si denunciamos una y otra vez y nadie hace nada? ¿Por qué fue necesario un femicidio para que Martínez esté donde debía estar hace tiempo? Al parecer, valemos más muertas que en vida.

A las políticas vigentes les hace falta una real aplicación. Es insostenible tener que rogar por un mínimo de atención, incluso cuando las denuncias se empiezan a amontonar. Necesitamos que nos miren a los ojos y nos respondan cuántas más deben morir en manos de un femicida sin que nadie haga algo.

Hoy, una vez más, otra joven de 18 años no vuelve a casa.

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