Es Tuyo, del Barrio, de Todes

Cocaína adulterada | La mitad de la banda son policías

La investigación que busca encontrar a los culpables de las 24 muertes por envenenamiento, dio con una banda millonaria integrada por presos y policías bonaerenses.

La búsqueda de los culpables de la fabricación, distribución y venta de la cocaína adulterada continua sin ningún tipo de descanso. La sustancia dejó un total de 24 fallecidos y más de ochenta personas internadas.

Si bien esto no termina, la investigación en Loma Hermosa, Tres de Febrero y San Martín disparó varios nombres que pesan y mucho.

Alicho, El Gordo Blas, Maluma y El Paisa

Maxi Alí Alegre, más conocido como Alicho, es quién se encarga de mandar sicarios a donde su jefe de seguridad, el «Gordo Blas», necesita. Pero no están solos, un grupo de policías bonaerenses forman parte de su organización.

Alegre sigue manejando a su banda desde la cárcel con al menos cinco policías bonaerenses y federales como cómplices. Además de de su lugarteniente, Lucas H, alias Maluma. Este último, alquila un departamento sobre Av. Libertador, en Belgrano y con autos de alta gama se encarga del tráfico de sustancias en las zonas de San Martín y Loma Hermosa.

Según la investigación, Alicho sería el verdadero dueño de la cocaína adulterada que se vendió en Puerta 8, Villa 18, Villa El Gaucho y barrio Lanzone.

Tres causas judiciales demuestran que Alicho está por encima de Joaquín «El Paisa» Aquino quien fue detenido al día siguiente de que ocurriera la primera de las 24 muertes por envenenamiento.


Cabe destacar que se comprobó que la cocaína estaba mezclada con carfentanilo. Un poderoso opioide 10.000 veces más poderoso que la morfina, usado para sedar elefantes.


La vinculación entre Alicho y El Paisa está probada en dos expedientes que se instruyeron en la Justicia federal de San Martín. Por uno de esos sumarios, Alicho fue condenado por tráfico de drogas.

Aquino fue señalado como uno de los punteros que se dedicaba al comercio de estupefacientes en la villa Loyola y como integrante de una “organización» que era liderada por Alegre.

Policías cómplices y millonarios

Para la Justicia ninguno de los dos podría haber desarrollado la actividad del narcotráfico sin contar con protección policial. Según fuentes de la investigación, en el organigrama de la banda de Alicho figuran, al menos, cinco policías.

Un policía conocido como “Tierno” se encargaba de retirar el dinero de los puestos de venta en Puerta 8, Lanzone, El Gaucho y Villa 18. Hasta que se desencadenó la crisis de la cocaína adulterada, el Tierno concurría personalmente a retirar el dinero en los cuatro puestos de venta de droga.

Este policía se encargaba de juntar el dinero de la coima para la Jefatura Departamental, el Comando de Patrullas y la División Narcotráfico de la zona. Pero el aporte de la banda narco no se quedaba en las tres dependencias mencionadas.

Coimas de dos millones de pesos por semana

Otro policía, identificado como Mauro C. que se desempeña en la seccional con jurisdicción en la zona, pasaba a cobrar $2.000.000 semanales. Las coimas no se terminan en la policía bonaerense. Un efectivo de la Policía Federal conocido como Fabricio R. alias Rolo junta el dinero destinado a algunos comisarios de esa fuerza de seguridad.

Fabricio R. es primo de otro uniformado: “El Tano Carlos”. Este trabaja para Alicho hace tres años y fue pasado a disponibilidad de la policía bonaerense después de la condena contra el jefe de la banda, en mayo de 2020.

Quienes conocen a Jorge M., el Tierno, lo describen como un policía millonario. Al igual que a un sexto efectivo de la fuerza de seguridad provincial conocido como el Papa, que trabajaba en la Brigada de Investigaciones de San Martín. Como recaudador de la banda de Alicho, invirtió el dinero en la compra de tres gomerías.

Antes de ser detenido, el Papa recaudaba $ 12.000.000 por semana, que entregaba en partes iguales en las tres principales dependencias policiales de San Martín. El Papa se quedaba con parte del dinero antes de repartirlo.

Los comentarios están cerrados.