Es Tuyo, del Barrio, de Todes

Perdió la vista pero volvió a leer gracias a la Fundación Messi

Cristian Guglielmett logró mayor autonomía gracias a un dispositivo especial donado por la fundación que lleva adelante el capitán de la Selección Argentina. Hacía 36 años que no podía leer textos.

Cristian Guglielmett tiene 52 años, es abogado y rosarino. Después de 36 años de un accidente en el que perdió la vista, recibió un regalo inesperado que le cambiaría la vida.

A los 17 años, Cristian salió con sus amigos a un boliche, donde sufrió una caída que le provocó un cuadro de amnesia temporal, una hemiplejia y su actual ceguera. Guillermo, hermano de Cristian, es profesor de educación física y fue quien lo ayudó junto con su kinesiólogo a recuperar la movilidad en el cuerpo, dado que había quedado inmovilizado.

Jugador de voley, como el resto de su familia, y estudiante iniciado de Medicina, Cristian se vio interrumpido en la totalidad de sus actividades hasta que recuperó el dominio de su cuerpo y su movilidad. Pero eso no lo detuvo: comenzó la carrera de abogacía.

Un giro inesperado

El episodio que padeció cuando era adolescente lo condicionó en su quehacer cotidiano durante toda su vida, hasta que un día lo llamaron a su trabajo para darle una sorpresa que le costó creer. La Fundación Messi había donado un dispositivo especial que le iba a permitir volver a leer un libro por sí mismo.

La empresa OrCam entregó el miércoles 22 de junio a la familia un dispositivo de lectura MyEye Pro. Un aparato portátil que, a través de la implementación de inteligencia artificial, permite la lectura de cualquier tipo de textos, reconoce rostros y otros elementos del entorno en tiempo real.

En primera instancia, Guglielmett no tenía intenciones en contar su historia. Por eso, su hermana tomó la iniciativa y escribió una carta a la Fundación Messi, que se dio por aludida rápidamente.

Cuando el hombre recibió la primera llamada de la organización en su teléfono laboral pensó que era una broma de mal gusto. No tenía idea de que su vida iba a dar un vuelco a partir de la solidaridad de la Fundación.

Cristian trabaja en la biblioteca pública municipal “José Manuel Estrada”, donde digitaliza libros para ciegos y luego los envía a imprimir en braille. También se encarga de descargar los textos por internet y corregirlos, de ser necesario, en lo ortográfico o gramatical.

Las únicas dos bibliotecas en Rosario que tiene el servicio de lecturas para ciegos son la Biblioteca Nacional de Rosario, que está bajo la órbita del Estado municipal, y la Biblioteca Juan Manuel Estrada, donde Cristian desarrolla su actividad seis horas por día.

Cómo funciona el dispositivo

La llegada de los MyEye 2 significó un cambio radical en la cotidianidad de Cristian. Le dio una autonomía más que importante para su vida y su trabajo. Si bien no recuperó la vista del todo, el aparato le permite leer cosas que antes no podía.

Previamente, Guglielmett necesitaba un voluntario, una persona vidente que pudiera leerle los textos. Ahora con independencia y agilidad puede hacerlo completamente solo. 

El aparato se coloca en el armazón de los lentes del usuario y, a partir de gestos específicos y de la inteligencia artificial, puede reconocer marcas, objetos como sillas, billetes o hasta alimentos o comestibles embazados. Con esa información, el dispositivo “le canta en voz alta” las indicaciones y lee los textos que Cristian debe chequear o corregir.

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