No hay nada que celebrar: hoy se marcha por los travesticidios
Mientras en Europa las marcas de cerveza se empujan año tras año para que sus camiones formen parte de la multitudinaria marcha, en Argentina nueve años atrás, las travestis organizadas comenzaron a marchar por el travesticidio de Diana Sacayán. Hoy, el reclamo sigue siendo el mismo y no deja de ser urgente: no hay un año en el que no se sufra un transfemicidio.
En un llamado contundente contra el odio y la violencia hacia las personas travestis y trans, la comisión organizadora del 28J Basta de Travesticidios y Transfemicidios, conformada por familiares de victimas, activistas, militantes y autoconvocades, convoca a participar de la novena marcha que se llevará a cabo este viernes a las 16 en el Congreso de la Nación. Por qué este día y cuáles son las problemáticas que sufre el colectivo.
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En profundidad. Más o menos conocemos la historia. En 1970, en Nueva York, épocas en las que las maricas yanquis ya escribían en carteles “que reine el amor y la igualdad” Marsha Jhonson y Silvia Rivera, dos travestis negras hartas del maltrato de la cana y de la calle, hicieron la primera acción de revuelta queer que con el tiempo se popularizó a nivel mundial.
Con los años se instaló el 28 de junio como el Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+. Por ese motivo, y como excusa, en el norte global las marcas de cerveza se empujan año tras año para que sus camiones formen parte de la multitudinaria marcha.
En Argentina, nueve años atrás, las travestis organizadas y algunas autoconvocadas comenzaron a marchar por el travesticidio de Diana Sacayán, activista imprescindible en la lucha por los derechos que todavía tenemos las personas de la comunidad y fundamental para que la figura de travesticidio sea incorporada en el código penal.
Una movilización para visibilizar la violencia y los crímenes de odio
Esta marcha, que surge luego del cruel crimen contra nuestra querida Amancay Diana Sacayán, no solo desprende términos como Travesticidios, Transfemicidios y Transhomicidios, sino que también nos permite seguir mostrándonos en las calles ante una sociedad que, en 2024, sigue excluyendo y violentando a nuestro colectivo.
“No podemos seguir permitiendo que se haga una lavada de cara con nuestras muertes, nuestros crímenes, con la precarización de nuestras vidas, una vez al año donde las marcas ponen los colores de la bandera, donde te invitan a una fiesta y te dan una copa de champagne pero después no hacen absolutamente nada por el ingreso de personas travestis y trans a esas empresas y a esos lugares. Nosotras no le lavamos la cara al capitalismo. Por eso, salimos a las calles a manifestarnos contra las políticas neoliberales, contra el ajuste, contra la represión y contra la criminalización no solo de nuestras vidas sino también de la protesta”, sostiene Florencia Guimaraes, activista travesti y presidenta de la asociación civil “La Casa de Lohana y Diana”.
La avanzada de discursos de odio por parte de La Libertad Avanza y de los mismos funcionarios del gobierno se llevaron la vida de Pamela, Roxana y Andrea, tres víctimas de uno de los crímenes más aberrantes que tenemos en nuestra historia. La avanzada de discursos de odio por parte de La Libertad Avanza también prepararon el terreno para el travesticidio de Sofía Fernández en una comisaría de Pilar, en la Provincia de Buenos Aires, un causa que ya tiene más de un año y en la cual el poder judicial liberó a 9 de los 10 policías responsables del crimen. Incluso, la avanzada de discursos de odio por parte de La Libertad Avanza pretende atentar contra las políticas públicas que intentan que la población tenga acceso al trabajo, a la educación, a la salud y a la justicia, sectores que históricamente han excluido y violentado al colectivo.
“Las mayores problemáticas para la población sigue siendo el no acceso al trabajo, el no acceso a la justicia, a la educación y a la salud. Estas instituciones siguen siendo impermeables y nos siguen excluyendo a las personas travestis y trans a través de el no respeto a la identidad, el no respeto en las aulas, el no respeto a la hora del acceso a los baños, compañeras que cuando van al hospital son maltratadas por los cuerpos médicos y culpabilizadas por llegar en estados de salud casi irreversibles, cuando la culpa no es de las compañeras sino del sistema que siempre nos ha estigmatizado, patologizado y criminalizado”, explica Guimaraes.
“La sociedad celebra series de personas travestis y trans en plataformas y canales de tv pero al mismo tiempo no termina de comprender la fragilidad de las vidas travestis y trans. Eso se traduce en no respetar nuestras propias existencias”, agrega.
Acceso al trabajo
Si bien el sector es históricamente vulnerado, los últimos meses, el gobierno de Javier Milei fue demoledor con el colectivo travesti trans. Según relata la activista, la situación que están viviendo las compañeras que lograron acceder al trabajo por primera vez en su vida es realmente preocupante. Primero, porque hay muchísimas compañeras que el gobierno de La Libertad Avanza despidió. Después, porque muchas están con miedo y sin tareas en sus puestos laborales. Sobre todo, porque han ingreso a trabajar al Estado nacional y están con nuevas autoridades que realmente aplican las políticas de la crueldad e incluso bajo amenazas.
“Nunca pensamos que íbamos a llegar a estas instancias, primero porque el derecho al trabajo es un derecho humano y aquellas personas que han entrado a trabajar se les han transformado sus vidas”, sostiene Flor.
Pero el problema en el sector laboral no es nuevo. Según el Departamento de Género y Diversidad de ATE, tras la sanción de la ley 995 personas travestis, transexuales y transgénero ingresaron a trabajar en el Estado Nacional, apenas un 15% del total de trabajadores que deberían contratar. Es decir que a pesar de las buenas intenciones políticas de las gestiones anteriores, no se ha logrado jamás cumplir ese 1% que dice la ley, lo que es sumamente preocupante.
“Frente a todo esto, la herramienta que seguimos teniendo es la organización popular, la lucha y las calles. A pesar de la aplicación de estos protocolos represivos de Patricia Bullrich y Javier Milei no podemos dejar de seguir manifestándonos, reclamando por nuestros derechos, en las calles y en todos los medios que podamos alzar la voz. Eso es posible en tanto y cuanto estemos organizadas, y hagamos fuerza. Sobre todo, teniendo en cuenta que del otro lado el opresor es muy grande. La clave está ahí. En construir políticas de morosidad, en poder dialogar y llegar a acuerdos para enfrentar lo que estamos viviendo como sociedad y como personas travestis y trans. Por eso es importante salir a manifestarnos este 28 de junio, como lo hacemos hace nueve años para seguir gritando basta de travesticidios, transfemicidios y transhomicidios, sobre todo en este contexto de crueldad”, concluye la activista travesti.
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