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Mariela Muñoz | Icónica activista trans y madre de 23 hijos

En 1997 se convirtió en la primera persona trans del país en cambiar su identidad de género en sus documentos oficiales. A 5 años de su fallecimiento, recorremos su historia de vida y sus enormes batallas ganadas.

Un 5 de mayo de 2017, fallecía con 73 años la icónica activista y defensora de los derechos LGTBIQNB+ en Argentina Mariela Muñoz, más conocida como «La Gigante».

Nació el 24 de diciembre de 1943 en la ciudad de Lules, Tucumán y catorce años después decidió cambiar su nombre a Mariela Elcira.

Según cuenta un documental sobre su vida, tuvo que soportar una infancia cargada de violencias de todo tipo. Su padre la obligó a ir al psiquiatra y, como si fuera poco, también la hizo recorrer varios cabarets con la intención de «enderezar» su género e identidad.

Gracias a su fuerza y convicción, logró el apoyo de su familia. Finalmente, la aceptaron como lo que siempre fue, una mujer.

A sus 15 años, Mariela comenzó a tener sus primeros trabajos, entre ellos, cuidar a una mujer enferma que tenía dos hijos: uno de seis y otro de dos años.. Por el estado de la madre, comenzó a ocuparse ellos, pero con el tiempo crecieron y los dejó de ver.

A los 21, se mudó a una casa que logró comprar con mucho esfuerzo en Florencio Varela. Fue allí donde comenzó a recibir a niños en su casa, a quienes materno desde el minuto 0.

El primero fue un adolescente, hijo de una prostituta que no podía cuidarlo y decidió entregárselo. La segunda, una joven que encontró en la estación de tren del barrio, con una bebé en brazos desamparada. Muñoz se hizo cargo de ambas. .


Con una fuerza inimaginable, Mariela crió a lo largo de su vida a 23 hijos e hijas y en sus últimos años, hasta 30 nietos.


El 17 de mayo de 1993 la policía apareció en su casa con un despliegue sumamente violento. La detuvieron y la separaron de tres de sus hijos.

Fue condenada a un año de prisión en suspenso. Se la acusó de secuestro, de ser una transexual peligrosa que les haría daño y ese lamentable hecho fue una puerta para empezar a exteriorizar en los medios de comunicación su historia. 

Tal fue su relevancia en la sociedad, que algunos años después la conductora Mirtha Legrand quiso recibirla en su mesa, para escuchar sus trágicas vivencias.

Tras la condena, le prohibieron ver a sus niños y fue entonces, cuando salió a pelear por ellos. La Argentina ahora estaba al tanto de una historia de vida revolucionaria y tuvo que enfrentar un debate que jamás antes se había planteado: ¿Una persona trans, puede ser madre?

Lo que para nosotros hoy es obvio, en ese entonces era impensado. El estigma sobre la comunidad trans era mucho más radical y se las condenaba sin siquiera escuchar lo que tenían para decir.

La primera mujer trans con DNI femenino

En 1997, Mariela ya con la operación de cambio de sexo y protagonizando varias tapas de revistas reconocida, fue invitada nuevamente al programa de Mirtha Legrand, quien comenzó el programa con el documento de ella en la mano.

«Esto es impresionante. Yo nunca vi un caso así. Es revolucionario«, decía, mientras leía «Mariela Muñoz, argentina, tucumana».

La Gigante fue la primera persona del país que consiguió el cambio de género y nombre en el Documento Nacional de Identidad con el respaldo del INADI. Pero, lejos de conformarse y descansar luego de tantas luchas, Mariela puso el cuerpo para pelear la Ley de Identidad de Género, porque ella, más que nadie, sabía la necesidad de tantas otras que vendrían a su paso.

Su militancia, como sabemos, no fue en vano. En 2012 se promulgó la Ley de Identidad de Género.

En 2003, a sus 70 años, Mariela sufrió un ACV que afecto su audición, visión y movilidad. Una jueza le otorgó un subsidio extraordinario y reparatorio por la discriminación a la que el Estado, la ley y la desidia la habían sometido. Tenía entonces 70 años. De nuevo, un suceso histórico en nuestro país.

Cuatro años después, con 73 años y una vida llena de violencias y hostigamientos, Mariela Muñoz se fue de este mundo, dejándonos el camino liberado de tantas piedras a las que decidió enfrentarse sin miedo alguno. Mariela Muñoz, nos acompañará por siempre en nuestra lucha y militancia. 

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