Es Tuyo, del Barrio, de Todes

“El proyecto de Ley Johanna no puede perder estado parlamentario”

Johanna transformó el dolor por la pérdida de su hijo marcado por la violencia del sistema de salud en un abrazo colectivo. La iniciativa, que hoy lleva su nombre, busca garantizar procedimientos y establecer criterios médicos para el acompañamiento de estos casos.

“La muerte es un tema muy tabú del que no se habla, que se esconde, se minimiza y se infantiliza”, asegura Johanna en relación a una de las experiencias más duras que le tocó vivir: la muerte de su hijo deseado en medio de un sistema médico violento y un estado ausente.

Johanna Piferrer perdió un embarazo en la semana 33 de gestación. Desde entonces, el sistema médico -sin protocolos para acompañar la muerte perinatal- la empujó a parir en una sala de maternidad. Nadie le brindó la contención psicológica, ni la información pertinente sobre los procedimientos médicos a los que fue sometida.

Johanna tardó tres años en encontrar un acompañamiento adecuado y poder procesar su duelo. Allí descubrió que había sido víctima de múltiples violencias. Hoy trabaja para que se apruebe el proyecto bautizado como Ley Johanna, una normativa que busca establecer procedimientos médicos y asistenciales para la atención de mujeres y personas gestantes frente a la muerte perinatal.

“Este proyecto de Ley tiene como objetivo dotar de herramientas a las y los trabajadores de la salud y de derechos a la personas gestantes y sus familias, que atraviesan por esta situación”

JOHANNA PIFERRER

“Este proyecto de Ley tiene como objetivo dotar de herramientas a las y los trabajadores de la salud y de derechos a la personas gestantes y sus familias, que atraviesan por esta situación”, explica.

Pero Johanna no está sola, la acompaña el Colectivo por la Ley Johanna, compuesto por una gran cantidad de psicologxs, obstetras, enfermerxs, neonatologxs, parteras, doulas, organizaciones sociales, políticas, feministas, culturales, familias y personas que han atravesado por estas muertes. Todos ellos intervienen constantemente en distintas situaciones similares a la vivida por Johanna para que nunca más se repita.

Durante el 2021 el proyecto de Ley logró dictamen unánime en todas las comisiones y no logró por cuestiones de agenda, llegar al recinto para su tratamiento. Hoy el colectivo se encuentra nuevamente frente a esta situación, viendo como se corre el riesgo de perder estado parlamentario el 30 de noviembre.

El relato de Johanna

“A partir del momento en que la ecografista me dice que Ciro estaba sin vida, empezó un camino tortuoso. Me llevaron a una sala de maternidad y me intentaron convencer de acceder a un parto vaginal cuando yo pedía una cesárea. Nadie me decía qué había pasado, ni cuáles eran los procedimientos a los que debía someterme. Solo recuerdo que de las otras habitaciones se escuchaba el llanto de los recién nacidos. Me llevan a la sala de parto sin ningún tipo de información. Me aplican la epidural y me atan las manos. Pedí asistencia psicológica y no la tuve. Después de la operación, empecé con la bajada de leche y nadie me explicó nada. Solo vino una enfermera que me llamó mamita y dijo que me tenía que apretar las teta”, cuenta Johanna, casi ocho años más tarde.

Me tocó atravesar la situación en absoluta soledad porque tu realidad no condice con la respuesta que te brinda el sistema de salud, ni con la contención que te da la sociedad. Decían que no era para tanto, que por suerte no me lo había llegado a llevar a mi casa, que mejor que fue antes y no después, que ya iba a tener otro. Me hablaban de la pérdida de un embarazo como si hubiese perdido una llave”, agrega.

P: ¿Por qué crees que el tema no tiene la visibilidad que se merece? 

R: La muerte es un tema muy tabú del que no se habla, que se esconde, se minimiza y se infantiliza. Fue el feminismo quién nos permitió alzar la voz y contar que las mujeres y personas que gestamos atravesamos un montón de realidades. Una de las tantas realidades que transitamos es la parir hijes deseades sin vida. 

Las violencias tiene que ver con relaciones asimétricas de poder, la vulneración de derechos, el no tener el derecho a decidir, no respetar la soberanía de nuestros cuerpos y las elecciones que nosotras tenemos en estos momentos de tanta vulnerabilidad. Hay que empezar a entender el deseo como un derecho. 

P: ¿Quiénes fueron las primeras personas con las que empezaste a crear el proyecto de ley?

Con las primeras personas con las que empezamos a crear el proyecto de ley fueron con mis compañeros y compañeras de la organización Eva Perón Lanús. Todo empezó a partir de un post que realicé en mis redes sociales contando cómo había sido mi experiencia a la hora de parir a Ciro sin vida.

Empezamos a recibir relatos de mujeres y personas gestantes que habían atravesado por lo mismo, donde estas prácticas violentas se repetían sistemáticamente tanto en el ámbito público como en el privado.

También nos acompañó Magdalena Sierra en su primera presentación en el año 2017 en el Senado de la Provincia junto a profesionales de la salud que nos abrazaron, como Patricia Rosemberg (ex directora de la maternidad Estela de Carlotto), Ana Estevanel, Fernanda Meques o Eliana Mountori.

La construcción de este proyecto fue colectiva entre las mujeres y personas gestantes, la militancia, les profesionales de la salud y los representantes del pueblo. 

P: ¿En qué estado se encuentra el proyecto?

R: Esta es la tercera presentación del proyecto. Es importante que no pierda estado parlamentario ya que necesitamos una ley que aborde de manera integral, con perspectiva de género y derechos estos nacimientos, estos partos y estos puerperios totalmente invisibilizados que atravesamos en la más absoluta soledad. Por lo tanto, antes del 30 de noviembre debe ingresar a la cámara de diputados ya que el proyecto pasó por todas las comisiones con dictamen unánime y favorables de todos los bloques. 

P: ¿Qué le dirías a alguien que esté transitando una situación similar a la tuya bajo la desidia del Estado?

R: A las personas y mujeres que están atravesando por esta situación o que la hayan atravesado quiero decirles que no están solas. Hay un colectivo conformado por la agrupación Eva Perón Lanús, por la Red de Salud Mental Perinatal, por Mumalá (Mujeres de la Matria Latinoamericana) y por Abofem Argentina. Es un colectivo que las abraza y que las acompaña, que está ahí para dar respuesta mientras luchamos y gritamos para que el estado nos garantice el acceso a la salud y la ampliación de derechos. 

Les diría que teniendo soberanía sobre nuestros cuerpos, con partos y duelos libres de violencia podemos volver a reconstruir nuestras vidas, que podemos volver a reir, que nos lo merecemos, que no estamos solas y que las abrazo profundamente. 

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