«Ni Emerenciano ni yo tenemos las manos manchadas de sangre»
La madre de César Sena volvió a difundir una carta. Aseguró que es inocente y responsabilizó a “los medios sensacionalistas” de la acusación que pesa sobre ella, su marido y su hijo por el crimen de Cecilia.
Marcela Acuña, una de las principales detenidas por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, la joven presuntamente calcinada en un campo en Resistencia, Chaco, difundió este jueves al menos dos nuevas cartas. En una indicó que ni ella ni su esposo, Emerenciano Sena, tienen «las manos manchadas de sangre». En la otra volvió a apuntar de manera directa contra su propio hijo, César Sena, al asegurar que lo encubrió en el hecho.
Por su parte, el Equipo Fiscal Especial (EFE) dispuso esta mañana la apertura de los sobres de los hisopados sobre los vehículos de los detenidos César Sena y de su asistente Gustavo Obregón. El objetivo es determinar si las manchas halladas dentro de los mismos son restos de sangre humana. De confirmarse, averiguarán si pertenece a Cecilia.
Una carta dirigida a la comunidad
En una de las cartas que difundió este jueves, Acuña aseguró: «Bajo ningún concepto, dado todo punto de vista, ni Emerenciano ni yo tenemos las manos manchadas con sangre». Además señaló: «no hay antecedentes, ni historias que puedan justificar semejante barbaridad«.
«La justicia parece desconocer no solo nuestra forma de pensar y de vivir que da testimonio de lo que somos, sino también desconocen las pruebas que muestran a las claras nuestra inocencia», continuó.
Además, apuntó a la fiscalía y preguntó: «¿Por qué desde un primer momento instaló contra Emerenciano y quien escribe otras versiones?».
La madre de César Sena también aseguró que ella y su esposo «jamás asesinaron a nadie», y culpó a «los medios sensacionalistas» que «así lo señalan».
Posteriormente, comparó a Emerenciano Sena con Milagro Sala, condenada a 13 años de prisión por el delito de «fraude a la administración pública, asociación ilícita y extorsión que fue confirmado por la Corte Suprema de Justicia».
«El milagro de Emerenciano de haber construido casas, bibliotecas, escuelas, jardín de infantes, centros recreativos, es el mismo castigo que le dan a Milagro Sala en Jujuy»
«El milagro de Emerenciano de haber construido casas, bibliotecas, escuelas, jardín de infantes, centros recreativos, es el mismo castigo que le dan a Milagro Sala en Jujuy. Es lo mismo, la diferencia es el adjetivo calificativo, Milagro es chorra, Emerenciano es asesino, que aunque se demuestre que no lo es, igualmente es el padre del que podría ser asesino», agregó.
Una carta a su marido
“Ojalá pronto llegue tu libertad, la mereces, yo no, yo lo cubrí a César, lo protegí, te oculté para no involucrarte y salió todo mal y mucha gente inocente está presa, empezando por vos. Esa carga también me mata por encubrir a mi hijo”, escribió Acuña en la carta. “Quizás Dios me escuche, y me bendiga o bien me haga ver la realidad, dejo en manos de él, hoy la prioridad es tu libertad. Te amo mucho, mucho”, cerró.
La desaparición de Cecilia
La joven de 28 años fue vista por última vez en la mañana del 2 de junio. Una cámara de seguridad registró su ingreso en compañía de su marido a la casa de sus suegros, situada en la calle Santa María de Oro 1460, de Resistencia.
Según la resolución de los fiscales, a Cecilia la asesinaron al mediodía una de las habitaciones de la casa aparentemente por estrangulamiento en momentos en que se hallaba junto a César, Emerenciano y Acuña.
De acuerdo con la acusación, al cuerpo lo trasladaron César Sena y un colaborador de la familia, Gustavo Obregón. Envuelto en una frazada y a bordo de una camioneta, la llevaron hasta la chanchería de los Sena, donde la habrían calcinado.
Finalmente, se cree que sus restos se esparcieron en distintos sectores de ese predio, junto a una de las márgenes del Río Tragadero. Allí, tiempo atrás, se encontraron restos de huesos humanos. Además, el viernes pasado otros fragmentos óseos que debe determinarse aún de qué son.
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