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Cronología y epílogo: el caso Espert ¿cárcel o bala?

El diputado nacional José Luis Espert, que hace tambalear al oficialismo, goza de licencia hasta fin de su mandato. Previamente renunció a su candidatura y la presidencia de la comisión de presupuesto. Envuelto en el escándalo narco y corrupción, todo indica que recién comienza la trama que pone en jaque al gobierno de Milei.

José Luis Espert, economista formado en la UBA y el CEMA, fue durante años una voz crítica del estatismo y defensor de un liberalismo económico sin matices. Se dio a conocer como columnista televisivo y analista financiero, hasta que en 2019 decidió convertir su prédica económica en acción política: fue candidato a presidente por el frente Despertar. Su discurso combinaba tecnicismo, dureza ideológica y un tono moralista que lo diferenciaba de la dirigencia tradicional. Sin embargo, empezaba a tejerse una trama con vínculos que hoy, son parte de su epílogo y pone en jaque al gobierno.

Del liberalismo mediático al Congreso (2021–2023)

En 2021 Espert logró un escaño como diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. Desde el recinto reforzó su perfil combativo: insistía en que el Estado era “una máquina de gastar” y que la Argentina debía “liberarse del populismo”. Durante esos años se multiplicaron sus cruces con la izquierda parlamentaria —especialmente con el Frente de Izquierda y los Trabajadores—, a quienes acusaba de “defender vagos” o “promover el caos”.

Su lenguaje fue cada vez más provocador, promoviendo desde lugares institucionales el odio y la intolerancia. En más de una entrevista, Espert afirmó que a los piqueteros que cortaban rutas “había que aplicarles cárcel o bala”, frase que se volvió su marca discursiva. Dicha expresión, pronunciada en 2022 y repetida luego en 2023 durante un conflicto social en Puente Pueyrredón, fue presentada por él como “una metáfora del orden”, pero en los hechos legitimaba la represión como método político. Esa retórica endurecida lo convirtió en un símbolo de la derecha punitivista emergente y le ganó la simpatía de sectores que pedían “mano dura” frente a la protesta social.

El acercamiento a Milei y la absorción liberal (2024–enero 2025)

Con la irrupción de Javier Milei en el poder, Espert encontró un espacio donde su discurso encajaba sin fricción. En 2024 se sumó al bloque de La Libertad Avanza y fue designado presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, un cargo clave. La alianza sellaba un pacto político: Milei necesitaba técnicos con experiencia parlamentaria, y Espert, un gobierno afín a sus ideas.

Sin embargo, la convivencia fue tensa. Las diferencias personales y la lucha por la hegemonía dentro del liberalismo argentino hicieron que la relación con Milei oscilara entre la camaradería y la sospecha. En privado, ambos se disputaban la representación “auténtica” del ideario liberal; en público, mantenían una alianza frágil, sostenida más por conveniencia que por afinidad real.

Candidatura bonaerense y la campaña de 2025

En agosto de 2025, Espert fue confirmado como primer candidato a diputado por Buenos Aires, ya 100% alineado orgánicamente dentro de La Libertad Avanza. El oficialismo buscaba aprovechar su perfil económico para apuntalar las reformas del gobierno y consolidar un frente liberal puro. Pero apenas semanas después, todo se derrumbó, dejando expuestos los lazos y alianzas del oficialismo con sectores del delito más oscuro. “entre el Estado y la mafia, prefiero a la mafia” predicaba Milei en campaña, mantra que hoy se enmarca en los escándalos de coimas de la secretaria generla de la presidencia y hermana, “el jefe” Karina Milei, el caso $Libra y las relaciones con esa misma mafia que pregonaba. Mientras tanto, el brutal ajuste que se carga la vida, los proyectos, las ilusiones, y los derechos de millones de argentinos que se van quedando fuera del sistema.

El escándalo: transferencias, narcotráfico y caída libre (septiembre–octubre 2025)

A fines de septiembre, medios nacionales e internacionales difundieron documentos que vinculaban a Espert con una transferencia de 200.000 dólares proveniente de un trust ligado al empresario Federico “Fred” Machado, acusado de narcotráfico y lavado de dinero.
El economista reconoció haber recibido el dinero, alegando que se trataba de “honorarios profesionales” por una consultoría. Sin embargo, la conexión con un empresario bajo investigación por delitos graves sacudió la estructura del oficialismo. Ayer, en un allanamiento a Fred Machado, apareció el contrato, a modo de mensaje mafioso, conociéndose la cifra real de 1 millón de dólares por un trabajo no realizado.

Las repercusiones fueron inmediatas: la oposición pidió su renuncia, la justicia abrió un expediente preliminar y desde el propio gobierno libertario surgieron voces que buscaban despegarse del escándalo.

El derrumbe político (3–6 de octubre 2025)

En pocos días, la presión se volvió insostenible. Espert suspendió apariciones públicas y finalmente renunció a su candidatura a diputado y a la presidencia de la Comisión de Presupuesto.
El discurso oficial de Milei fue ambiguo: aceptó la renuncia y habló de “actuar con transparencia”, pero evitó confrontar directamente. La alianza, ya resquebrajada, se disolvió entre silencios y acusaciones cruzadas.

Relación con Milei: del espejo al exilio

El vínculo entre ambos fue un espejo roto. Compartían el ideario económico —Estado mínimo, apertura, disciplina fiscal—, pero competían por el mismo electorado. Cuando el caso estalló, Milei se desmarcó con rapidez. Lo que antes era cercanía se convirtió en distancia mediática.
Espert, sin estructura propia, quedó políticamente aislado. Su discurso de “cárcel o bala”, que antes lo hacía funcional al relato oficialista, ahora se le volvió en contra: muchos lo leyeron como el rostro autoritario del liberalismo y como prueba del doble estándar de quienes hablaban de “libertad” mientras celebraban la represión.

Impacto político

El “caso Espert” expuso varias capas de la crisis argentina contemporánea:

  • La facilidad con que la política liberal se desliza del discurso económico al autoritarismo punitivo.
  • La precariedad moral de dirigentes que, mientras predican transparencia, terminan atrapados en redes de financiamiento oscuro (mucho mas oscuros de aquellos que venían a combatir)
  • Y la paradoja de un oficialismo que hizo del “antipolítico” su bandera, pero repite los vicios de la vieja política, la más rancia. De la frivolidad del Movistar Arenas al no poder caminar por la calle sin recibir una tormenta de insultos.

Más allá de la resolución judicial, Espert ya carga con su propia condena simbólica y social: la de haber encarnado el costado más intolerante del liberalismo argentino, ese que confunde orden con bala, y libertad con impunidad.

 

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